Investigadora de UAEM dictó conferencia sobre violencia sexual

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Los mexicanos estamos educados desde la violencia, que va del “poder correctivo de la chancla” hasta violaciones sexuales dentro de la familia, es decir, no percibimos la violencia como una situación extraordinaria o ajena a las normas y sí como parte de un proceso socializador, afirmó la investigadora de la Universidad Autónoma del Estado de México, Velvet Romero García, al dictar la conferencia “La cotidianidad de la violencia sexual: ‘provocadoras’, ‘merecedoras’ y ‘juguetones’”.

En la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, en el marco del Seminario Permanente “Género, violencia y políticas públicas”, la académica universitaria presentó la investigación realizada en materia de violencia y sexualidad entre internos del Centro Penitenciario y de Reinserción Social de Ecatepec.

Refirió que recopiló diversos testimonios sobre violación sexual, tanto de hombres como de mujeres, que le permitieron identificar situaciones por las que el género femenino es más vulnerable ante estos hechos.

La normalización de la violencia, aseguró Romero García, se desarrolla a través de la legitimidad social, las relaciones de poder, la marginación, la desigualdad, el clasismo y la mala procuración de la justicia.

En este contexto, indicó que cuando una mujer trasgrede el tránsito de los espacios, ya que es concebida para estar en casa, se torna vulnerable porque se cree que el cuerpo femenino le puede pertenecer a los hombres por el solo hecho de estar expuesto.

Por un lado, abundó, el cuerpo de la mujer “trasgrede” las normas masculinas del tránsito por los espacios y, por el otro, hay condiciones estructurales que colaboran para que los cuerpos sean percibidos como “violables”, como la situación de calle, consumo y venta de drogas, impunidad o posición jerárquica de los agresores.

Por otra parte, la investigadora señaló que las condiciones estructurales y culturales dificultan que el hombre sea visto como víctima de violencia sexual. Así, cuando es violado por una mujer integrante de su familia, no se asume como víctima, ya que se cree que este tipo de episodios son necesarios para afianzar su masculinidad.

“La violencia ejercida hacia los hombres pasa por un proceso de familiarización diferente al de las mujeres. Ellos aprenden que deben tener experiencias sexuales con mujeres mayores, que si bien pueden ser desagradables e incluso traumáticas, son fundamentales para afirmar su masculinidad”, concluyó Velvet Romero García.