La magia en la palabra “SO-RO-RI-DAD”

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Esa mañana lluviosa es de esos días que probablemente no olvidaré por varias razones, el autobús para ir a mi trabajo me había dejado, el siguiente saldría hasta la próxima hora, llovía mucho, todavía no amanecía, me estaba mojando al lado de un señor que me causaba miedo y por casualidad pasó un político, casi era época de campaña, él no era candidato para mi municipio, es decir que sólo lo conozco por redes sociales, me llevó en su coche, me sentí salvada, el sujeto comienza a hablar con una mujer política que va en su camioneta y lleva al lado a su asesor de campaña, hablan, rocían perfume (hablan mucho de cosas que los demás no deben saber) y por supuesto conmigo hablaron un poco, casi nada, sobre  el tiempo, cultura, desparecidos y ya. Después me preguntaron cualquier cosa que ellos dos fueran hablando y yo respondía que sí.

El asesor le dijo al candidato “tú preocúpate por …mira, no, por ella no te preocupes, tu sabes que ellas son mujeres, ellas solitas se acaban, déjaselo a … es una envidiosa, casi te aseguro que solita te da el gane,  tu habla poco y al final firmas como si nada. Claro el precandidato estaba nervioso, pero a la vez feliz, estaba seguro de lo maléficas y tontas que somos  las mujeres,  me preguntaron yo que pensaba ¿a ver sí o no  las mujeres son así?” Yo respondí que sí.

Me quede pensando mucho en las casualidades de la vida… Así empieza mi novela que por supuesto aún no termino de escribir, fue como soñar, también en ese consejo, esa pregunta y mi respuesta.

Empecé a tomar importancia en la palabra sororidad, recordé a mujeres que muchas veces me han dicho que sus mejores amigos son hombres porque las mujeres somos envidiosas y queremos ser competencia para todo empezando por la belleza, los novios, etc., por tal razón no les gusta juntarse con mujeres.

A temporadas, me he juntado más con hombres, hice conciencia de las razones, relacioné sororidad con los mitos y estereotipos, pero además vi el otro lado y quedé agradecida con la vida, porque en mi camino me he cruzado con mujeres llenas de amor y sororidad. Las personas que más me han apoyado son mujeres, de ellas he recibido los regalos y los apoyos más bonitos e importantes, como por ejemplo escribir en este medio.

Así que concluí que lejos de ser envidiosas o acabarnos entre nosotras, podemos salvarnos, apoyarnos, amarnos, las mujeres somos el pilar de la solidaridad, en nuestra vida cotidiana construimos, familias, valores, hermandad, amistad, cultura, recetas de comida, etc., no destruimos.

Gracias a las mujeres, las demás, ahora podemos votar, escribir, estudiar, trabajar, vestir como queramos, han luchado por nosotras por siglos. Es justo dejar de pensarnos como enemigas y hacer más caso a la palabra sororidad, que además está llena de magia  impregnada en cada una de sus letras a lo largo de la historia.

Sororidad según el diccionario de americanismos proviene de soror que significa hermana, compañera, amante, hermana de una cofradía, más el sufijo de cualidad tat/ itad, dad/ idad, como en las palabras humildad, morbilidad, agilidad, lo cual junto es la cualidad o condición (-idad) de pertenecer a una hermandad (soror) entre mujeres.

El concepto se adjudica al texto La tía Tula del escritor Miguel de Unamuno publicado en la revista Caras y Caretas en 1921 en el que plantea la necesidad de un término de solidaridad entre mujeres.

El cual a mi parecer llego a él por arte de magia. Según los poetas, nosotros no las elegimos las palabras, ellas nos eligen y llegan de algún lugar, tal vez de otra dimensión, de Dios, de la tierra, de algún lugar del que aún no podemos saber,  llegan, nos inspiran y  nos hacen escribir.

La magia de esta palabra radica en que inconscientemente nos está permitiendo dejar el pasado de un patriarcado que va disminuyendo para comenzar uno nuevo de libertad.

Cada una de sus vocales coincide con la historia SO- RO- RI- DAD, para Alex Grijelmo “el sonido constituye la clave de acceso para que una idea entre en nuestra enciclopedia mental y encuentre en ella su sentido. Porque en el proceso que nos lleva a comprender las palabras se produce una sucesión de actividades cerebrales relacionadas primordialmente con la música” y las vocales y fonemas forman musica.

Si dividimos esta palabra en sílabas encontramos dos vocales “o” al principio de la palabra y esta vocal para Grijelmo en La seduccion de las palabras  denota negro que se asocia a funebre y a la vez a muerte, quiere decir que soro esta muriendo para dar paso a la vocal “¡” que en nuestro inconciente significa amarillo, marchito, diminución, cuando queremos nombrar algo en diminutivo cambiamos una vocal por la i por ejemplo niño y niñito,  entonces lo negro de la historia patriarcal y machista esta disminuyendo para dar paso a la vocal “a” que se asocia a las palabras  blanca, alma, alba, agua, diana, cálida, quiere suena a Diana es una mujer de alma blanca y cálida que renace en el alba. La diosa Diana por siglos ha sido todo cuanto represente a la mujer, ha sido el estandarte de la mujer sabia y fuerte, Diana, Dannae o como se le nombre ha sido todo lo bueno reconocido en la mujer.

En Mexico, el uso de esta palabra se debe a la antropóloga Marcela Lagarde y de los Rios quien explica en su artículo Pacto entre mujeres sororidad que no se trata de ser completamente iguales sino de eliminar las diferencias, de eliminar el daño que se nos ha hecho a lo largo de la historia, la opresión patriarcal, sino de acompañarnos para lograr la libertad y ser completamente auténticas, crear un mundo de mujeres únicas, en el que quepa cualquier clase de belleza o cualidad.

Si esta palabra llegó a México, tiene razones para venir, la estábamos necesitando, me queda claro algo, aunque  cien mujeres escribamos sobre sororidad cada opinión  tendrá su propia belleza, ya que esas cien mujeres somos únicas y pensamos de cien maneras diferentes.