Otro Angulo
Fernando Olea
Las plantas que he visto plantarse solas
Aparecen más bellas y no necesitan el crimen del maquillaje,
Como una mujer no necesita de una lencería brocada
Para llamar la atención de los espejos,
Porque los peinados y bronceados
Lo da la voz, en ese momento, o la mirada,
En ese otro momento
O el aliento de todos los años durante el beso que duró un abrazo sin brazos.
Y es que, pero, así, por lo tanto, las palabras, que en realidad,
Nunca, nunca sirvieron para algo, funcionaron como ecos
Santos y oscuros que salían como resortes de nuestros cuerpos.
Las mentiras por ejemplo, ahora, y definitivamente ni si quiera pueden
Ya mentir
Y dicho esto
O hecho esto
Si las mentiras empezaron a no poder servirA ninguna causa,
Ni colosal
Ni microscópica
Me pregunto si el vivir
No es acaso
Esa contemplación loca que para que funcione necesita la alquimia
De la verdad y la mentira en su justa dosis lúcida o amnésica
Y así, sin la palabrita insignificante y ramplona llamada culpa cual tango
Apasionado, apasionado
Discurrimos en la vía de la mentira
Como el mejor antídoto
Para engañarnos, pero bien
Como si fuera una obra maestra
Que como la mayoría
Lleva años en concluirla .