Palabras del día
Corre el fuego
por los poros de mi carne.
La noche es brasa, hollín,
catástrofe que se anuncia
con el aullido del perro.
La ciudad huele a carne muerta.
Nada se quema.
Camino por la cloaca del autoengaño
me duelen los pies
y las palabras que siempre dijo.
No hay nadie.
El silencio reposa
en el encantamiento
de la penumbra.
No vendrá
y la alevosía devora mi fe.
La cumbre del mañana agoniza
con el silbato del tren de las tres.
Busco mi sombra
en el reflejo del espejo.
La mente abre laberintos
y el aullido del perro arranca
las palabras del día.