Si no lees no aprendes

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La afirmación de la frase si no lees no sabrás escribir… si no sabes escribir no sabrás pensar, se fundamenta en el hecho de reconocer que los pensamientos sólo pueden expresarse con códigos como las palabras, ya sean estas orales o escritas. Ahora bien, ¿qué es lo que realmente enriquece el pensamiento? Se podría decir que la experiencia puede ser una opción o que la reflexión a partir de la observación es otra posible respuesta, pero lo cierto es que tal vez la opción más certera sea la de leer y escribir, y sobre todo cuando de una buena lectura se trate. Después de todo, la forma tradicional y duradera de transmitir la cultura, la historia, el conocimiento o las creencias, ha sido a través de libros que han tenido que leerse y sobre los que, poco a poco, se fue construyendo la humanidad, razón por la cual los libros son una herramienta de desarrollo fundamental.

Y al hilo de todas estas ideas, precisamente, hemos querido elaborar este artículo, desarrollado con la intención de reflexionar sobre la importancia que tiene la lectura para el desarrollo del pensamiento crítico y para la formación general de todas las personas, en especial de los niños. Para hacer una buena lectura se necesita un espacio de concentración adecuado, pues leer no se trata nada más de comprender las palabras, sino de ponerse un poco en la mente del escritor y en la situación que nos plantea: el escenario y el tiempo cronológico.

La lectura, además, nos permite hacer cosas tan increíbles como paralizar el tiempo, pues incluso podemos estar leyendo libros cuyos escritores estuvieron hace cientos de años que ya no están en el mundo y que el libro siga pareciendo actual. Los libros los hacen inmortales, también cuando el lector logra recrear el entorno, el espacio, la época, la cultura, las posibles creencias del escritor y/o el reconocimiento del género discursivo seleccionado para transmitir su mensaje. En el momento en que nos acerquemos a la lectura, es importante y necesario tener una posición crítica ante lo que se lee, pues eso significa tratar de comprender la información y tomar posición sobre lo que se leyó.

Esta posición dependerá de la experiencia del lector para construir su propia interpretación sobre lo que esté leyendo, por eso las personas con más horas de lectura en sus vidas estarán en mejor posición para tener un buen desarrollo del pensamiento crítico. En el momento en que nos acerquemos a ella, es importante y necesario tener una posición crítica ante la vida, pues eso significa tratar de comprender la información y tomar posición sobre cualquier problema. Por supuesto, ésta dependerá de la experiencia del lector para construir su propia interpretación.

Lo cierto es que pensar esto lastima: si no sabes leer ni escribir no sabes pensar…, pero no es menos cierto que se puede cambiar trabajando y esforzándonos por mejorar cada día. Se cree que esta frase podría haberla dicho el escritor mexicano Juan José Arreola, una de las figuras principales de la literatura mexicana del siglo XX. Pero aunque leer puede ser un acto placentero y necesario para enriquecer el pensamiento, no es posible que exista una acción si no se escribe después sobre el nuevo conocimiento generado que se tiene a partir de dicha lectura.

Por ejemplo, en el mundo científico la ciencia sólo es posible a partir de nuevos conocimientos creados en torno a la ciencia ya realizada, y dichos avances o nuevos descubrimientos deben ser plasmados y divulgados por los medios correspondientes. Esto, lo que nos viene a decir, es que leer, interpretar, argumentar y problematizar son pasos necesarios para expresar la madurez del pensamiento crítico tras el proceso de la lectura. Por eso en el mundo de la educación, y en cuanto a la formación de los estudiantes se refiere, al margen de la disciplina o área a tratar, no se puede obviar la importancia que tiene el conseguir que los niños sean buenos lectores, pues de ello dependerá que sepan también escribir y que sepan analizar y poner orden a sus ideas a través de la reflexión y la crítica.

Eso sí, a la importancia de saber leer y escribir adecuadamente se suman hoy otros retos, como el que nos enfrenta a la realidad de unos estudiantes que hoy en día ya no solo leen libros, sino que también están expuestos a otros textos como los de internet y en las redes sociales. Estas nuevas herramientas serán sin duda alguna (y lo queramos o no) parte importante del desarrollo de los más jóvenes. ¿Serán capaces también estos nuevos modelos de enriquecer el pensamiento? El tiempo lo dirá…