Sustentabilidad, Comercio local, Alimento natural y disfrute en Restaurante Elizabeth

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Somos la decisión de lograr una sociedad más consciente, desde lo que nos da la fuerza, la energía y el sostén: el alimento. Por ello, nos esforzamos en integrar el consumo de una economía local, un respeto por nuestro medio ambiente y una experiencia de sentido humano entre nosotros, quienes juntos, cultivamos y cosechamos nuestra tierra.

Con estas palabras resume su esencia el Restaurante Elizabeth, que abrió sus puertas en junio de 2018 y en tan solo unos meses, ha logrado construir su identidad: constituirse como un espacio que invita a la conexión con la naturaleza, promueve un estilo de vida saludable y más interesante aún, impulsa la economía local.

La emprendedora toluqueña Elizabeth Nava García es quien ideó este concepto, que así lo explica, se basa en la sustentabilidad, el comercio local y en la parte natural. El alimento que comemos es sumamente importante, porque al final es lo que nos sostiene en la forma física; el alimento tiene que ser de lo más puro en cuanto a energía, y en el restaurante, justo lo que buscamos es eso, transmitir esa parte de conexión entre la naturaleza, los proveedores locales y el disfrutar.

EL AMBIENTE

Ubicado en la Plaza Comercial del fraccionamiento Foresta, el restaurante da empleo a 11 personas, es acogedor, e invita al comensal a la interacción con sus acompañantes, es por eso que no cuenta con pantallas, y un pizarrón a la entrada da la bienvenida con el siguiente mensaje: No pidas el Wifi, pide una copa de vino. Conectas mejor con la gente.

Para fomentar esa interacción, Restaurante Elizabeth coloca en el centro de las mesas juguetes de madera –dominó, ajedrez, damas chinas, balero, yoyo, o  gato en canicas–, algo que invita a hacer a un lado el celular para conectar en la parte humana.

Apasionada de los temas ambientales, licenciada en Mercadotecnia, egresada del Tecnológico de Monterrey Campus Toluca, Nava García ha cuidado que cada detalle en el Restaurante Elizabeth armonice con sus valores, y son esos pequeños detalles lo que lo convierten en un espacio único.

Por ejemplo, no usan empaques de unicel ni plástico; en el baño, utilizan toallas de tela para secarse las manos, y en su decoración, han optado por las plantas naturales, pues explicó: En mi opinión, muy personal, me parece un insulto usar plantas artificiales, porque es imitar la naturaleza, considero que si te gusta y te da algo, debes hacerlo bien. Claro que te cuesta más dinero, más tiempo, porque se mueren si no las atiendes; el mantenimiento que exige es mayor, pero vale la pena y nosotros, eso creemos, dijo Elizabeth.

Además, tienen en cuenta a los niños, a quienes atienden con una loza especial    –vasos de colores y platos con figuras de animales a su elección; cubiertos con  figura de avioncito con el peso y el tamaño ideales para ellos–, y designando un  espacio para su recreación. Tenemos una pared pintada de pizarrón, en color negro y con gises; los niños pueden pintar. Tenemos también lienzos que pueden comprar, colocar y ahí lo van pintando con acuarela. Nos parece importante porque ahora ya en muchos lugares se están cambiando los juegos por tablets y videojuegos; nosotros creemos que es al contrario, es fundamental arraigar, y el que el niño pueda recrearse.

Restaurante Elizabeth es también un lugar Pet Fiendly, los comensales pueden acudir con sus mascotas, consumir sus alimentos en la terraza y agasajar a sus mascotas con helado para perros o panqués, que se elaboran sin lácteos ni azúcar.

LOS ALIMENTOS

El menú del Restaurante Elizabeth también es único, pues utiliza para la elaboración de los alimentos, productos frescos y naturales, dando énfasis a la nutrición.

Por ejemplo, el café lo molemos al instante; el helado que tenemos es un helado artesanal, sin colorantes, sin saborizantes, sin grasas vegetales, hecho a base de leche, a la antigüita y con ingredientes naturales, explicóNava García.

Lo mismo ocurre con productos como el chorizo; el mole, y las gelatinas, estas las  preparan con fruta y grenetina, no son las del sobrecito con color y sabor artificial.

En nuestra carta hay comida variada, pero siempre buscamos meter las verduras, equilibrar; en las sopas manejamos la de cebolla, que es un antibiótico natural y la de lenteja, que tiene bastante hierro, dijo.

Destaca el platillo Manatee, una creación del propio restaurante, que consiste en un tazón de arroz blanco con cinco guisos vegetarianos y aguacate al centro, es un plato fuerte; bastante vasto, y la gente que le da miedo de repente ser vegetariano, o que no conoce, está esa opción; también las flautas de jamaica o las enchiladas de queso vegano con esquite, bañadas en crema de zanahoria al chipotle.

Aunque sí ofrece refrescos, pues los comensales los piden, tienen otras opciones más saludables: Fomentamos mucho el consumir agua; siempre cuando llevamos la comida llevamos la jarra de agua infusionada, que solamente es agua natural con pepino, jengibre o clorofila; las aguas de fruta no les metemos nada de azúcar, y cocinamos con nivel bajo en sodio. Con ese tipo de situaciones buscamos equilibrar la alimentación, detalló.

Nava García puntualizó que este restaurante también es un espacio para conocer, por eso tienen una sección pequeña que ofrece productos naturales, para que la gente pueda comprar cosas que le hacen bien, por ejemplo papas de verdura, papas de fruta, champús orgánicos; jabones faciales caseros que hago, de hecho, sin químicos; áloe, kombucha, quinoas, avena, pomadas naturistas, clorofila, colágeno, bálsamos para los labios orgánicos, y una variedad de productos enfocados a ese estilo de vida.

El Restaurante Elizabeth maneja costos accesibles, considerando el tipo de productos que oferta, la calidad de las materias primas y el lugar.

GENERA COMUNIDAD

Relató que desde el inicio, ideó que su restaurante apostara por proveedores locales, y así poder generar comunidad, algo que le ha dado muy buenos resultados, pues actualmente consume los productos de 10 emprendedores en promedio, a quienes ha ayudado a crecer, impulsándolos, incluso, a innovar en sus productos.

Es un tema mucho de economía, donde si tú empujas a las microempresas, tienes un país o un estado más fortalecido, menos dependiente de Estados Unidos o de alguna transnacional; lo empoderas, y en lugar de ser nosotros mano de obra, seríamos capital humano, explicó.

Si lo que tú como cliente, como comensal gastas aquí, yo se lo regreso a alguien más de Toluca, a otro emprendedor, eso empodera a la comunidad económicamente activa de un sitio; sin embargo, si lo que consumes aquí se lo doy a una transnacional, sí da empleo a mexicanos, pero el porcentaje de economía que se quedan ellos es mucho, nada comparado a si yo se lo doy al emprendedor, o al microempresario que está en la comunidad, ayudo a ese emprendedor a crecer, subrayó.

Habló en especial su experiencia con dos de sus proveedores, por el ejemplo, al pedir que se produjera chorizo vegano. Ahora es un producto de mi proveedora, pero fue un requerimiento de nosotros, entonces es una oportunidad para ambas, y al cliente le das esa opción de probar y bajar su consumo de carne, dijo.

Otro caso fue el helado para perros –hecho a base de caldo de pollo, sin lácteos,  grasa, ni azúcar–. Se trata de ayudarnos, y de repente somos muy celosos de que si yo te pedí el helado para perro, pues solo a mí y no lo vendas a nadie, y no, al final es esa parte de generar sinergia, creces tú, crezco yo, mejoras tú y mejoro yo.

Elizabeth Nava

Finalmente, Elizabeth Nava aseguró que la respuesta hasta ahora ha sido positiva. Aunque es un espacio abierto al público, lo cierto es que 90 por ciento de sus clientes son vecinos del fraccionamiento ForestaHasta ahora ha sido una reacción buena, sí les gusta y sobre todo gente que viene más de México, trae un poco más un concepto abierto. Ya tenemos nuestro segmento de clientes, clientes que les gusta cuidarse, estar conectados y que valoran esos detalles.

Me gustaría poder sacar el concepto hacia afuera, pero obviamente requieres una inversión muy grande. En algún momento sí lo tengo contemplado, y espero que se dé, concluyó.