14) El 6 de octubre
Iker aprovechó cada día de la semana previo al cumpleaños de Pamela para trabar dicho texto. Él quería empezar dicha historia desde el día que se conocieron. Sin embargo, si ella no le había recordado cuando tuvieron la revancha y mucho menos cuando jugaron juntos, de qué serviría escribir ese recuerdo. La chica de las pecas no tenía la más mínima remota idea de quién era aquel niño.
Ese mismísimo día, aquel lunes, 6 de octubre del 2014, Pamela llegó y se bajó del auto. Tres de sus amigas la esperaban con ansia en su casillero. A la distancia las observó: Ana, Raquel y Julieta. En su mente ya sabía que algo planeaban. Ana era de piel morena y de extraordinarios ojos azules, los detalles de su cara eran muy finos, formaba parte del equipo de porristas y andaba con Jorge, amigo de Iker. Raquel era de piel tostada y formaba parte del equipo femenil, jugaba muy bien y era delantera, muchos admiraban su forma de jugar. Julieta también era de piel blanca y de cabellera pelirroja, no formaba parte de ningún equipo del colegio
—¿Ya has visto el diario de hoy? —preguntaron las tres a coro.
—Acabo de llegar, ¿creen que eso sea posible? —contestó sarcásticamente la chica de las pecas.
—Estás en primera plana, eres el artículo principal —informó Raquel muy animada.
—Iker se ha lucido con su escrito, ¿por qué no le echas un ojo? —agregó Julieta dándole el periódico. Pamela vio una foto en la que se encontraba por hacer la finta perfecta, fue tomada en el momento justo y al ver tal foto, empezó a leer el titular:
“¿Quién es Pamela Hernández?
Muchas veces me he hecho este cuestionamiento y me he respondido una y mil veces con la misma respuesta: es la mejor futbolista que los ojos de este chico han podido ver. Es sinónimo de profesionalismo, actitud, habilidad, destreza, gran goleadora y el mítico dorsal diez.
Por mis fuentes, de primera mano, sé que desde muy pequeña contó con este don y mientras crecía mejoró más y más. Bien dice el dicho: ‘el balón siempre al diez’. No hay de otra, ella es quien te puede cambiar un partido, es indescriptible verla jugar para cualquier retina. Es absolutamente delicioso presenciar su visión y estilo de juego, sino me creen vayan y observen la mayoría de las vitrinas de los niveles educativos de esta escuela.
Un ejemplo, una líder y mucho más, solo tiene catorce años a partir de hoy, ¿algunos se lo creen? Esa estatura le queda perfecta, su habilidad es gracias a ella y aun así mete goles de cabeza, es una verdadera maga. Si España ya ha conseguido un mundial en varonil, con ella llegará la corona en femenil.
Cantidades bestiales son sus números: más de doscientos goles en las inferiores blaugranas y más de cincuenta asistencias, no por nada lleva el gafete de capitán de este colegio. Pocas como ella sudan la camiseta y siente el escudo, pocas como ella sienten este amor y pasión por este deporte, pocas como ella tienen tanta magia. No hay ningún jugador o jugadora mejor que ella, y aunque me tenga como rival hoy quiero decirle:
¡FELIZ CUMPLEAÑOS MONSTRUO DEL FÚTBOL!”
—Ya es tiempo de que le hables amiga —intervino Ana.
—¿Creen que por tales escritos me le voy a acercar? —preguntó molesta—. Él no me conoce, se lo he dicho una y mil veces, no me atrae, ni siquiera le conozco. Solo hemos jugado una, o dos, o tres veces. Le veo de vista y se pone todo rojo, hace el ridículo…
—Creo ya escuché suficiente… —dijo Iker que se estaba acercando para darle el collage—. Perdón por incomodarte, aquí está tu otro regalo, ten bonito día —agregó dándole las múltiples fotos que formaban un balón.
Antes de dárselo, al escuchar esas palabras, sintió un fuerte dolor, como un temblor por dentro. Era como si el mundo a su alrededor se estuviera cayendo. Humillado y sin dignidad se fue corriendo hacia su casa, con múltiples lágrimas cristalinas en sus ojos. Al siguiente día no fue a la escuela y así fue hasta el jueves.