+4T: Mucha Propaganda y Manipulación, Pero ¿Y Los Resultados?; los huaraches en boca y estómago de todos
La frase:
Rápida fue la respuesta presidencial al llamado de Guadalupe Piña, vendedora de huaraches. Su suerte, no la tienen los niños y jóvenes con cáncer, a los que ha ignorado olímpicamente la 4T.
UNA GRAVE REALIDAD
LOS HUARACHES EN BOCA Y ESTÓMAGO DE TODOS
Es un trabajo de fin de semana, vendía 600 pesos o un poco más. De pronto, le inusitada publicidad por estar en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles sus ventas se incrementaron hasta en 8,750 pesos, porque en Los Pinos vendió 250 huaraches, o tostaditas como las bautizó la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto.
En el Cencalli, la Casa del Maíz y la Cultura Alimentaria o bazar de Los Pinos, llamó la atención tanto de los medios de comunicación como de los consumidores. Algunos por primera vez, para matar la atención y generar el gusto. Ahí trabajo este fin de semana, sábado y domingo, sin mayor sobresalto.
Hasta antes de esta fama, que, esperemos no sea efímera, los huaraches tenían un costo de 25 pesos. En el AIFA los vendió a 40 pesos y en Los Pinos a 35, es decir los precios fluctúan como en la Bolsa de Valores, con o sin inflación.
Guadalupe Piña Pichardo es su nombre, trabaja con su suegra, quien maneja los huaraches desde hace 30 años. Lupita apenas suma 12 años vendiendo. Su esposo está desempleado, tiene 4 niños y ha estado en Santa Martha Acatitla, donde salió al pagar una fianza. Eso fue hace 7 años, recuerda.
Su delito de tratar de ganarse la vida vendiendo lo que ahora es un típico producto que llama la atención de propios y extraños, fifís y chairos. Aunque en aquella ocasión le agregaron el ingrediente de que supuestamente golpeó a una mujer policía. Ya sabe usted cómo se las gasta la policía de la Ciudad de México.
Diario hace un recorrido de dos horas y media, entre Santa Cruz Atzcapotzaltongo y la ciudad de México, en donde vende en el zócalo, como torera, evadiendo la acción policiaca, que la lleva a pagar multa y le decomisa su producto.
Plaquetas bajas, infección en la piel, son las enfermedades de sus hijas, para lo cual trabaja también, ya que son enfermedades caras en cuanto a atención médica y compra de los medicamentos.
Para llegar al AIFA, la familia empleó un vetusto auto que se desbieló a la altura de La Marquesa, de ahí tomaron un Flecha Roja hasta la Terminal de Observatorio y de ahí en taxi hasta el AIFA, el viajecito costó en casi 500 pesos.
Desde luego hubo muchos comensales que ya conocían los huaraches, confundidos por los medios nacionales como tlayudas, sin embargo hubo otros que no sabían de la existencia de los huaraches y mucho menos de su impulsora, Guadalupe Piña Pichardo.
Explica que martaja el maíz, luego divide las porciones para dorarlas en el comal, incluye raspado y dorado. Un día antes se preparan los guisados, como frijolitos aguados, nopales, cilantro, cebolla, queso y salsa roja o verde, de acuerdo al gusto del cliente.
Es un sueño que se le cumple a esta mujer originaria de nuestro municipio, pero esperemos que no sea Reina por un día como aquel programa de Carlos Amador, sino que consolide con un lugar en donde pueda vender sin sobresaltos policíacos y sus tropelías.
4T: Mucha Propaganda y Manipulación, Pero ¿Y Los Resultados?
En una conferencia de prensa, tanto los gobiernos como los medios de comunicación atienden una agenda social, es decir se centran en informar sobre los temas que más interesan o preocupan a la población, pero La Mañanera de la Presidencia de la República, solo ha tenido una finalidad: manipular la realidad para ocultar los problemas nacionales que se agudizan permanentemente, pero además, utilizarla como plataforma ideológica propagandística para fortalecer la figura centralizadora presidencial, al partido oficial y debilitar a los partidos opositores y a los críticos del sistema, con mentiras, amenazas o cárcel.
Es por eso que la agenda mañanera del Palacio Nacional responde siempre al capricho, al humor y al grado de aprobación o rechazo que vaya registrando el presidente Andrés Manuel López Obrador, pero jamás a la agenda periodística y social de los problemas que aquejan a la población, como la creciente inseguridad y violencia en todas las regiones del país; los constantes homicidios, contra las mujeres, los periodistas y los defensores de los derechos humanos, ante los abusos del poder o el incumplimiento de sus responsabilidades públicas.
El gobierno de la Cuarta Trasformación transita por su cuarto año de gestión, obsesionado con unas obras faraónicas que únicamente a ellos entusiasman, pero ignorando totalmente las demandas ciudadanas que son auténticas llamadas de auxilio y de emergencia para salvar la vida, la educación, la salud, el trabajo y la seguridad en la diaria movilidad entre lo familiar, lo laboral, lo social y lo recreativo.
Los mexicanos reclaman información sobre programas específicos en favor de la niñez, la juventud, las mujeres, los estudiantes, los campesinos, los indígenas, los obreros, los comerciantes, las familias, opciones de empleo formal, pero a cambio les recetan jornadas maratónicas de mensajes propagandísticos de carácter ideológico para reafirmar simpatías y comportamientos masivos a través de impactos emocionales que buscan repartir las culpas del fracaso y cosechar los aplausos de la retórica de una lucha ficticia contra la corrupción y la impunidad.
Es así que los contenidos ideológicos invariablemente aluden a cuestiones políticas afines al gobierno y el partido en el poder, reforzadas con retórica religiosa o moral, a través de un formato de versiones discursivas simplificadas y exageradas de la realidad, salpicadas con refranes populares y chistoretes para que lleguen a la parte emocional del receptor y generen afinidad con el emisor.
Sin importar que en la realidad todo se esté derrumbando: la economía, la inversión productiva, la calidad educativa, el sistema de salud pública, la democracia y su pluralidad política, el ejercicio de las libertades fundamentales, las instituciones autónomas que garantizan la participación ciudadana en las cuestiones públicas y en la defensa de los derechos ciudadanos, el aparato propagandístico destina preferentemente su potencial presupuestal, de recursos humanos y materiales a la manipulación ideológica de que todo lo malo que sucede en la realidad es producto de los enemigos de la transformación.
Los mensajes masivos, entonces, están elaborados de tal forma que las audiencias se contagien de la rabia presidencial contra sus enemigos que no le permiten avanzar en el cumplimiento de sus promesas de acabar con la corrupción, la impunidad, el abuso del poder, la complicidad entre la autoridad y los grupos del crimen organizado, los conflictos de interés, el nepotismo, el favoritismo en la asignación de las obras y los servicios públicos.
Se genera así un mundo virtual donde se niega toda evidencia de corrupción en el entorno familiar del presidente de la República, entre los integrantes de su gabinete presidencial; los funcionarios, gobernadores, presidentes municipales, diputados, senadores de su partido político; integrantes de las fuerzas armadas, o grupos de interés con los que se reparten los contratos y se asignan directamente las obras de las tres instancias de la administración pública.
Pero ese mundo ficticio de la política actual ya no alcanza, donde el héroe de la política enfrenta a las poderosas fuerzas del mal, del exterior y del interior de la nación, para establecer en tierras aztecas el mismísimo paraíso terrenal para que las familias disfruten de todos los placeres sin tener que trabajar ni esforzarse, sólo aplaudir, pues todos los frutos caerán a sus pies al haberse sembrado vida.
Pero la realidad tiene otros datos: México está ubicado entre los peores países en materia de Transparencia debido a la creciente corrupción gubernamental, a pesar de las poses triunfalistas del pañuelo blanco, cuando el reporte de Transparencia Internacional demuestra que la cúpula del poder es adicta a la asignación directa de contratos de compras de bienes, obra pública y servicios, donde la opacidad y la discrecionalidad son la constante en los arreglos de familiares y colaboradores.
Si consideramos que para combatir la corrupción se requiere abatir la impunidad, estamos muy lejos de avanzar, cuando es justamente desde el cargo más alto del poder en México, desde donde se protege, con toda la furia y el poder presidencial, a quienes son evidenciados y denunciados por actos de corrupción.
La única salida, como siempre, la tiene la ciudadanía en las urnas para alejar del poder a los corruptos, del partido que sea, ¿no le parece a usted, estimado lector?