+ Adriana López Berber, diseñadora de joyas y profeta en su tierra; Repensar el Camino en Toluca: 74 Alertas de Problemas Públicos
La frase:
He llegado a la conclusión de que la política es demasiado seria para dejarla en manos de los políticos.
CHARLES DE GAULLE
Las 74 Alertas en Toluca
En un inédito ejercicio para que la sociedad recobre la confianza en sus gobiernos, Gobernova Consultores y el Instituto de Administración Pública del Estado de Quintana Roo A.C. iniciaron un Ciclo de Pláticas Ciudadanas por Gobiernos Confiables, analizando el Caso Toluca, cuyo resultado arrojó un total de 74 Alertas de Problemas Públicos que tendrían que hacer repensar el camino en la administración que encabeza el alcalde Raymundo Martínez Carbajal.
En el evento, realizado en el Centro Cultural Toluca y presidido por los directores generales de ambas instituciones, los Maestros León Ricardo Lizárraga Cubedo y Ramón Cuevas Martínez, respectivamente, se contó con la presencia de la presidenta del Consejo Coordinador Empresarial del Estado de México, la también Maestra Laura González, así como de autoridades estatales, municipales, académicos y representantes de las organizaciones sociales, porque de lo que se trata es que la sociedad tome las riendas de la actividad gubernamental en sus tres instancias: federal, estatal y municipal.
El análisis está diseñado precisamente para que las autoridades ratifiquen o rectifiquen el camino, de acuerdo con los resultados, pero de la mano con la gente que les dio la confianza para administrar los recursos públicos.
La fotografía de Toluca nos refleja el sentir de la ciudadanía: de las 74 Alertas de Problemas Públicas, el pilar Seguridad; Municipio con Seguridad y Justicia fue el que obtuvo una mayor cantidad de alertas, con 27; seguido por el pilar Económico; Municipio Competitivo, Productivo e Innovador, con 17 alertas.
Seguridad con Visión Ciudadana, entonces, fue uno de los cinco principales temas alertados e impactados, con 59 alertas en 5 de los 30 temas del estudio.
Lo relevante del ejercicio es que se lleva a cabo a partir del contraste entre los postulados del Plan Municipal de Desarrollo de Toluca 2022-2024 con los sucesos de la cotidianeidad que llegan a la prensa en dicho municipio, dado que el documento recoge la información relacionada con los distintos ámbitos y áreas de gestión que integran el Ayuntamiento, con el afán de impulsar el buen gobierno y favorecer la incidencia, deliberación, coproducción y decisión de la ciudadanía sobre los asuntos que le afectan y que han tenido lugar en lo que va del actual gobierno, lo cual da pie para una rectificación inmediata cuando los resultados no corresponden a los planes oficiales ni a las expectativas de la sociedad.
El estudio ahí está, veremos la respuesta de gobierno y sociedad toluqueños.
ADRIANA LÓPEZ BERBER, DISEÑADORA
DE JOYAS Y PROFETA EN SU TIERRA
Además de ser profeta en su tierra, la arquitecta Adriana López Berber, desarrolla en Toluca una actividad que le fascina, pero no sólo eso, sino que le permite vivir de ésta y, al mismo tiempo, desarrollar su empresa, pero no fue nada fácil llegar a esa meta.
En algunos ángulos de su vida fue pionera, se ve que es feliz, pero además lo disfruta y eso se transmite por su forma de hablar y por la forma de conducirse. Tiene su propia marca, con nombre propio y por si fuera poco, triunfó en su tierra.
Es diseñadora, posee su empresa y ejerce, por así decirlo, un arte heredado.
Pertenece a una familia conocida en Toluca por el servicio que presta y que indefectiblemente todos algún día vamos a utilizar: el servicio funerario. Sin embargo, lo suyo es otra cosa, el diseño de joyas con base a vidrio, plata y artesanías.
Este entrevista forma parte del libro Toluca con y por su gente, que publiqué en el año 2018.
¿Dónde nació?
En la ciudad de Toluca. El 19 de febrero del 82.
Fue en la Policlínica, en la Alameda, cuando había este servicio ahí. Dice mi mamá que me adelanté un mes, fue precipitado, soy la hija mayor.
Mi papá es de Toluca, mi mamá nació en la ciudad de México, de hecho la familia de mi mamá trae una herencia alemana y franco árabe, es una cosa extraña, su nombre es difícil leerlo y mi papá toda la vida de Toluca, crecí aquí.
Los estudios los realicé aquí, el kínder en el Federico Fröebel, en la Alameda y en la Gabriela Mistral, me sigo llevando con la directora de ese kínder, es de mis mejores amigas.
Después en la Anexa, como todas mis tías, mis primas y después me tocó, luego en la Paideia, cuando terminé la preparatoria no había en ese tiempo diseño industrial, excepto en la UAEM, pero como mi papá había sido maestro ahí, me dijo que de preferencia no lo hiciera, al final conocía a muchos de los profesores, eran amigos de él e iba a darse un conflicto.
Opté por el Tec de Monterrey, estudié arquitectura, en ese entonces ligada al diseño. Desde la prepa, realicé un poco de experimentos, obligada o a sugerencia de mi papá, sin hacer nada en vacaciones. Empecé a hacer experimentos en ese periodo con joyería en vidrio.
Desde la prepa tenía definido que a eso me quería dedicar, en México, en ninguna ciudad existe la carrera como tal, de licenciatura en joyería, en países como Europa, hay distintos grados, incluso doctorados.
Opté por Arquitectura siendo como la madre de todas las carreras del diseño, la empecé, fueron 10 semestres, cuando terminé el Tec de Monterrey tiene una incubadora de empresas y me invita a desarrollar el proyecto que traía.
Mientras estudiaba estuve haciendo cosas en la Universidad, en el CeAC, en el Centro de Actividades Culturales, en joyería, en el taller experimentaba con el vidrio y ahí empecé con metales, con el maestro Jesús.
Después entro a la incubadora, me doy cuenta todo lo que implica poner una empresa que más allá del producto era un conjunto de cuestiones. Empiezo a desarrollar con una de mis primas esa actividad, seguimos avanzando, ahí tomé la decisión que no sería un proceso semiindustrial, sino sobre piezas únicas.
La realidad es que a lo mejor por la vena, un poco artística de mi papá, visualiza cada pieza como única, como pintar el cuadro, dos o tres o cinco veces.
Trabajé en eso, después trunqué un poco el proceso por una cuestión de salud, de ahí me voy a trabajar y a vivir a la Ciudad de México, a trabajar en una constructora, una buena oportunidad, un poco tratando de retomar la carrera, pero al mismo tiempo da la casualidad que había una escuela de joyería, muy buena, cerca de mi oficina.
Prácticamente esperaba el reloj para correr a la escuela. Me di cuenta, después de un año que lo mío era ese camino, renuncié, mi jefe me apoyó, la verdad le agradezco, porque fue quien, de alguna manera me impulsó y me regreso a Toluca para empezar con la joyería.
Al mismo tiempo, hay una anécdota: el día que empiezo la empresa, me salgo de vivir con mis papás, en ese tiempo era un poco extraño, pero esto me dio el hambre para crecer y seguir trabajando.
Empecé con contactos pequeños, con la tía, la amiga que te van recomendando, empezamos a crecer y al cabo de un tiempo conozco a una diseñadora textil, se llama Lula Montes, con ella empiezo a trabajar la combinación de lo textil, de los bordados mazahuas, los procesos de éstos junto con el vidrio y la plata.
Hacemos muy buena sinergia, ahí empieza mi camino, trabajando con grupos indígenas del Estado de México, comenzamos con rebozos, tejido en palma, de San Cristóbal Huichochitlán, de la región otomí; los bordados mazahuas, tejido en piel, un montón de técnicas, rescatando esos procesos que de pronto en Toluca, poco se difunden o se quedan como en el olvido.

La verdad es que tenía una compañera de Oaxaca y ella orgullosísima de su ciudad, todo presumía, le decía es que nos falta tanto en Toluca por presumir, de empaparnos y sentir esa identidad. Tomé esa misión, a través de la joyería que pudiera hablar de otras cosas. Empezamos a trabajar con grupos y distintas técnicas, manteniendo siempre la pieza única, entonces los clientes empiezan a buscar las piezas porque saben que sólo es una, nada más.
Un poco como coleccionistas.
Me vinculo con proyectos de toda índole. Nos invitan a Nueva York a una misión comercial, donde vamos diez joyeras de México, representando al país, al Instituto de Plata, fue una experiencia maravillosa, porque te enfrentas a la meca de la moda y de la joyería.
Interesante, otros proyectos por ejemplo con Fonart, de capacitación en Santa María Rayón. La verdad nunca me imaginé que algo tan pequeñito, como es una joya pudiera llegar a tantos lugares y de distinta índole. Me toca convivir con artesanos. Ya me salí, pero estuve mucho tiempo en The Fashion Group México, son los que gestionan el Mercedes Benz, un montón de eventos participan con ellos y engloban a todo el gremio de diseñadores.
Es interesante cómo ha sido el camino, de cómo la joyería me ha llevado por distintos rumbos. Mucha gente pregunta que si no me gustaría dedicarme a la arquitectura, la verdad es que la joyería la veo como arquitectura, en otra escala, en la escala contraria y sigo haciendo arquitectura al final, para construir una joya se tiene que hacer un plano, cierto modelo o maqueta hasta aterrizar y materializarlo.
Sin embargo, la joyería me ha dado más posibilidades de las que tuve de la arquitectura, hasta cierto punto es limitada y la joyería es una expresión infinita. Hasta el día de hoy, hemos continuado con la marca Adriana Berber Glass Design, Berber es el apellido de mi mamá, lo retomé, el año pasado, concluí un posgrado en Joyería Contemporánea.
Ahora hay varias escuelas que ofertan estudios en joyería de manera formal, más allá del INBA, porque tenía una carrera técnica desde años y era en esta actividad.
La joyería contemporánea va más cercana al arte contemporáneo, la joyería comercial fue una exploración, una dimensión bonita, un experimento padre que, con todo el conocimiento que traía y la experiencia pudiera transformarme de nuevo. Generamos otra marca más contemporánea que se llama Verver y con ésta, lo que pretendemos es hacer alianzas con instituciones, fundaciones, con la gente de cambio de la ciudad, para que la joya sirva de pretexto para darle cosas más importantes o más grandes, que no se vea nada más como un elemento comercial o de moda.
Es un arte menor, de hecho el Soumaya, es el único museo que presenta ese tipo de artes en el país, continuamente está haciendo exposiciones y me gustaría que de pronto, la joyería tuviera ese nicho y qué mejor que mi ciudad, donde supuestamente no hay nada o en diseño carecemos de propuestas, empezarlo a hacer. Al final el hecho de que no existan ofertas o que no tengamos toda esta cuestión de eventos, significa una posibilidad, es como un campo fértil para sembrar y sobre todo para darle un mejor legado a la próxima generación.

¿Cuando estuvo en el jardín de niños de la Alameda, todavía había patitos?
Sí, había patitos. La verdad es que fui a ese kinder sólo un año, porque por alguna razón, por mi fecha de nacimiento, mi mamá dice que reprobé kinder y tuve que recursar otro año, creo que hice seis años de kinder, entonces estuve un año en el Federico Fröebel y sí había.
Olía horrible, no me gustaba pasar por ahí y estuve durante ese tiempo. Toda la vida viví en Metepec, para mí ir a una escuela de Toluca era toda una odisea, porque cruzaba la ciudad, por ejemplo venía a la Anexa, era un largo trayecto en ese entonces. Los domingos, un poco la rutina era ir a la misa, al Calvario y de ahí bajar a desayunar a Las Ramblas o algún lugar del centro o con mi abuelita que vivía por la estación del tren.
Viví mucho Toluca, entonces me siento muy de esta ciudad. Empezó a crecer Metepec, pero antes cuando vivíamos ahí lo que había alrededor eran milpas, conejos, cosas así. Pero todos mis estudios fueron en esta zona. Por el Centro Cultural estaba la carrera, en ese entonces fui la segunda o tercera generación, al cabo del quinto semestre me quedo haciendo mi carrera sola, todos se dieron de baja, entonces me aventé la mitad de la carrera en una generación extraordinaria, porque era la única que la cursaba.
Me llegaban a dar clases particulares los profesores, porque tenía que continuar y no había alumnos, fue una experiencia extraña. Igual me sucedió en Paideia por alguna razón, el maestro de matemáticas que yo quería que fuera el maestro Aguilera, sólo daba en otras ciudades, entonces terminé haciendo mi horario y tomaba mis clases de manera independiente a todos los grupos de la escuela.
Por alguna razón he vivido en solitario, así se afirma y forma mi historia.
Ya me dijo de la constructora, pero después ingresa al estudio de la joyería.
Era un diplomado en joyería, el maestro era suizo, pero toda su carrera la hizo con un joyero en Italia. Cuando llegué con mi jefe, le dije voy a renunciar, la verdad es que lo mío es la joyería, él tenía toda la intención de que pusiera la sede de la constructora, aquí en la ciudad, pero la realidad es que la joyería era lo que más me emocionaba y disfrutaba hacer.
Me regresé a Toluca, incluso hicimos el intento de asociarme con su hija; su hija es diseñadora industrial, no funcionó, porque ella tenía como objetivo un proceso semi industrial, entonces, creo que tiene mucho que ver con esa vena artística, me cuesta mucho visualizar los procesos y la verdad es que sólo me gusta hacer cada pieza.
Aunque tengo artesanos que trabajan los metales, otros que trabajan los bordados, al final la única que termina la pieza o la ensambla o la ve concluida, soy yo.
De hecho tengo distintos talleres, todo el proceso está segmentado, pero en mi taller personal todo lo unimos para transformarlo.
¿Cómo es la vida, usted entra a un complejo para hacer lo que le gusta, qué hizo?
Ser emprendedor, es todo un reto. La realidad es que ahora se habla mucho de emprendedurismo, hay incubadoras y a los jóvenes les dan herramientas. Hace algunas semanas estuve en Otzolotepec, me pidieron una conferencia porque a los chicos, era un grupo de 300, de todos los CBTIS, escuelas técnicas, los impulsan a generar su propia empresa, ya no ser el empleado de.
Entonces, hay un conjunto de herramientas, cuando me tocó iba comenzando la incubadora de empresas, al final creo que me proporcionó esas herramientas para visualizar lo que implica poner un negocio, más allá del producto o del diseño. Como se integró esta experiencia que traía del Tec, cuando me regreso salgo de la casa de mis papás, venía de la ciudad de México y de pronto ya no me parecía, ya no había coherencia regresar a la casa a vivir de nuevo.
Me rento una en Metepec. Tenía que vender para comer, un poco fue esa dinámica y esa razón por la que tenía el propósito sí o sí de apostarle a mi proyecto. La manera en que llego a un acuerdo con mi jefe era que me siguiera pagando seis meses mi sueldo y al cabo de ese lapso se lo iba a devolver, fue un poco chistoso mi renuncia, oye ya me voy, pero quiero que me sigas pagando seis meses, me dijo ¿cómo?, y le dije: te los voy a regresar. Afortunadamente al cabo de seis meses fui y liquidé.
Creo que fue la misma inercia del hambre y decir, tengo que valerme por mí misma. ¿No es así?
Creo que quien es apasionado de su proyecto y de lo que hace, va encontrando los caminos. Aunque en Toluca mucha gente decía cuando veía mis piezas, pues son con bordados y procesos artesanales, es que lo tuyo se vendería muy bien en el extranjero o vete a San Miguel de Allende, a Los Cabos o a Cancún. Estoy contenta y agradecida, el 90 por ciento de mis clientes son de Toluca quienes no portaban nada de la artesanía del Estado de México y de pronto traen una joya hecha con rebozo o con un dije de plata.
Por ejemplo, cuando vino el presidente Barak Obama quien estuvo en reunión en el Cosmovitral, nos solicitó el gobierno estatal unos dijes que le iban a entregar a Michel Obama y a Laureen Harper la esposa del primer ministro de Canadá, Stephen Joseph Harper, como un obsequio que les mandábamos.
Entonces Lula les envío un rebozo hermoso en seda, combinado con un dije con vidrio, plata y tejido en palma otomí.
Ese rebozo de seda ¿de dónde es?
De Tenancingo, fue un obsequio muy bonito, sencillo, no era para nada ostentoso, pero al final creo que hacer este ejercicio de recuperar y hacer que la gente que, normalmente no portaba ese tipo de piezas, se las esté poniendo. Es un gran logro.
¿La gotita de dinero iba fluyendo e iba creciendo?
Iba creciendo. Hice como una estrategia, soy precavida. Cuando empecé hice un solo dije, en el centro tenía un cuadrito de vidrio y ése, fui a presentarlo con mis clientes, les dije de qué color lo quieres o de qué forma, lo quieres, me gusta ése.
Mi inversión en plata fue un solo dije, todo lo demás ya era pedido, entonces no tuve que desembolsar una gran cantidad, porque sobre lo mismo se iba sustentando.
Después hubo quien me dijo, ¿no haces aretes?, se hacen los aretes, pero sobre pedido, la verdad es que ese proceso de hacer las piezas y venderlas antes de que estuvieran hechas, ha sido como la manera de darme el sustento para seguir invirtiendo. El capital.
Hace dos años, tuve la oportunidad, después de todo este proceso, de cumplir diez años de que me gradué. Hacía cuentas con mi papá, empecé a los 16 años, tengo prácticamente 20 años haciendo joyería. Hace dos me dieron la oportunidad en Bistro Mecha, de abrir una tienda, me dijeron pon aquí la joyería, en ese momento conocía a varios amigos que estaban enseñando cosas interesantes, productos distintos, pero que estaban como yo, emprendiendo y apostándole a la ciudad.
Los invité, les dije ¿por qué no hacemos un colectivo y presentamos el proyecto?, y así fue. Fue la primera vez que tuve un punto de venta como tal, antiguamente nada más por cita, iba a ver a los clientes, en el taller, en fin todo eso. Está, además, esperar el momento adecuado para tener un punto de venta y que los gastos fijos no me comieran, fue parte esencial para crecer. Ahora estamos en punto de venta y el otro, de la otra marca está en Lusso Café, nos dieron oportunidad de poner las piezas.
Las que están en Lusso integran un proyecto muy bonito, estuve ensayando con la Filarmónica durante más o menos dos meses, entrevistando a los chicos, a los músicos y viendo cómo interactuaban con el instrumento, les decía que la forma en que ellos interactuaban es parecido a cómo se interactuaba con una joya, con una pieza, tiene que ver con el cuerpo al final, o sea, sin el cuerpo no tiene sentido.
Este proyecto finalizó en una colección inspirada en la Filarmónica y a beneficio de la propia orquesta, la idea es que todo lo que se recaude va para la ópera que van a montar. Fue una experiencia padrísima, conocer la música y a la orquesta desde el otro lado y además las historias de los chicos, entonces de eso va la otra marca. Otra se mantiene con procesos artesanales, solamente.
En la etapa en que trabajó como diseñadora en México fue con alguna agencia, alguna empresa.
La constructora, de hecho me siento privilegiada, porque está a una cuadra de la calle Independencia, paralelo a Reforma, en la calle de Río Pánuco, vivía atrás de la Embajada de Estados Unidos. Viví en la ciudad de México y le tengo cariño, me fascina, es una locura y un caos, pero vibra, es una empresa que tiene sede en Monterrey, Guadalajara, Los Cabos, hacen avalúos para créditos hipotecarios, además tienen hoteles en Manzanillo.
La idea era que pusiera una en Toluca, porque les solicitaban muchos avalúos y demás de Lerma, Los Encinos, Valle de Bravo, Metepec, entonces veníamos dos veces a la semana a hacer ese trabajo, lo que ellos querían era ahorrarse y qué mejor como que absorbiera toda la zona y lo hiciera.
Aprendí mucho, el que fue mi jefe es una persona súper disciplinada, el día que renuncié me dijo, además no se enojó, porque sabía, sólo te pido que seas persistente, porque seguramente vas a tener malos ratos, malas épocas, en esos momentos es cuando la gente se define.
Si tú continúas te vas a separar del resto, entonces ten conciencia de eso, de que va a haber malos momentos, pero al final si continúas la vas a hacer. Fue una decisión de no estar en un lugar cómodo, por decirlo, con un sueldo seguro, las prestaciones, con todo lo que implicaba de venir, arriesgarme por nada, aventarse al vacío.
¿Sí hubo esos momentos?
Sí. La verdad es que estoy tan apasionada con lo que hago que eso me pasa un poco así.
¿No entra la desesperación?
Creo que me entra la desesperación, pero por las cosas que no tienen que ver con lo que a mí me gusta. Ejemplo, me fascina el diseño, me encanta el proceso creativo, desde la parte del vidrio hasta cómo se va a publicar en redes sociales, todo eso es un proceso creativo, incluso los empaques.
Ahora tenemos un proyecto con Fundación Tláloc, mis empaques los hacen ellos, entonces a través de eso doy a conocer ese proyecto también. Esta bolsita que te estoy dando es de esto, esto y esto, la hacen mujeres en Capulhuac. Entonces la idea es ésa, hacer colaboraciones. Esto es todo lo que me apasiona y me gusta.
Hay otra parte que me disgusta y me molesta y tiene que ver con los números, con un montón de trámites, costumbres que de pronto están, al final, digo, vale la pena esto por lo otro. Pensar así como cambiar en algún momento de idea, de profesión, salvo ese momento que estuve en la ciudad de México, me duró poco; el punto es que también la familia de mi mamá, la bisabuela, o sea la abuelita de mi mamá era de Cuautla, ella se casó con el alemán.
Esta bisabuela hacía collares con semillas de Cuautla, heredé todo eso, cuando era chiquita eran mis joyas y luego las tías abuelas de mi mamá hicieron joyería de bisutería para el que era en ese entonces el Puerto de Liverpool, ellas se las vendían. Igual, heredé una cajita de cuentas, con las que jugaba. En realidad mis juegos siempre fueron diseñar el vestido de la muñeca, la joya de la muñeca, la casa de la muñeca, entonces eso lo traía nato, no me imagino haciendo otra cosa.
Todo tiene que ver con diseño, me fascina, me dicen que ahora se diseñan sistemas más allá de productos y me encantaba, ahora que estoy en Bistro me doy cuenta que la cocina es diseñar elementos y que armonicen. (Continuará el próximo martes).