Águila o Sol
En el apostar, el águila tiene su sol, al contrario, del otro lado tiene su águila. La hoja de un lado tiene el haz y del otro el envez. El color antípoda de blanco es el negro.
Marx dejó escrita la lucha de contrarios, necesidad imperiosa para la existencia de la dialética. A contrario sensu, se dice en Derecho para indicar el otro sentido, de la acepción jurídica. Versus, se dice en latín para indicar la lucha de contrarios, así la abreviatura vs era un adorno literario, no entendido por todos, cuando en los carteles de lucha libre se anunciaba EL SANTO VS EL CAVERNARIO GALINDO, máscara contra cabellera. ¿Por qué me llevas las contras? se le dice a quién no está de acuerdo con uno. Es un contreras se dice de quién por sistema está en contra de todo.
Ahora, ¿quién es el contrario?, no sólo el adversario, también las palabras anónimas: frío de calor; paraíso de infierno, ¿ah!, y en las películas, por sistema, el alemán y el japonés son contrarios del gringo como los vaqueros de los indios, Hitler de los judíos y los blancos de los negros. En el futbol mexicano, ¿alguna vez dejarán de ser contrarios el América y el Guadalajara? y ¿en la política MORENA Y EL PRIAN?
La existencia del punto de vista contrario produce la reflexión: este dice que sí y éste que no, ¿quién tiene razón?, y de las ideas contrarias con peso específico similar nace la saludable polémica y conste que dije peso específico similar, porque lo aberrante, lo lógico, lo no demostrable científicamente no entra en la saludable lucha de contrarios. Verbigracia. Dios existe, Dios no existe. No se puede. Como tampoco; 2+2=3.
En la lucha de contrarios, lo medular es poder elucubrar, emplear el bisturí de la reflexión, del razonado análisis y dentro de lo posible hacer nuevas tesis.
Y no porque muchos lo digan tienen razón. Los innovadores triscan por la llanura de lo aparentemente ilógico. Sí todos en el terreno del arte aplaudían el Neoclasicismo, ¿por qué no ensayar en otros caminos? y así nació, verbigracia, el Romanticismo, luego también aplaudido por todos.
En el terreno de la Axiología, los valores se miden por su antivalor: del bien, el mal; de lo justo, lo injusto; de lo bello, lo feo y aun así, ¿el bien para quién, en dónde y cuándo? Lo que para un occidental es bello para un oriental tal vez no, y viceversa.
Puntos de vista contrarios, cada uno con su razón. En cuestión de creencias, quien dogmáticamente cree poseer la razón, llega a la lucha de contrarios; esto se ve en la religión: Mi Dios es el verdadero. –No, es el mío. Curiosamente todos están seguros de estar en la religión correcta, pero ningún ente pensante ha venido del más allá para decirnos quien es el verdadero Dios. Hoy se están intentando otros criterios axiológicos que contienen tres o más valores. En Europa la dicotomía químicamente pura ya no es tan utilizada.
Nuestra razón debe imperar. Así, quien no comulga con mí razón es mi contrario y contrariar, es un malestar que me causa quién no camina por mi “correcta ratio”. ¿Y el otro? Conceder de quien detenta una tesis opuesta a la mía puede tener razón, es un buen comienzo para dirimir la hipotética verdad usando el diálogo y no la violencia.
Quiénes ven al contrario como enemigo mortal –los fundamentalistas por ejemplo- son peligrosísimos. O en la guerra: si tu país está en guerra, tu contrario –un ente sin rostro que tal vez podría ser tu amigo– por esa irrazonable causa se convierte automáticamente en tu contrario.
Muchas luchas comienzan: permítame contradecirlo. Por principio usted asegura…
Y la frase que hace del contrario al aliado: Como bien dijo usted y en eso estoy de acuerdo…
No estaré de acuerdo con lo que usted, dice pero defenderé hasta la muerte el derecho que tiene al decirlo.
Después de la larga cadena de puntos antitéticos, que son un homenaje a la diversidad de pensamientos, el bisturí penetra hasta el fondo de los conceptos que mejoran la vida del hombre y así –aunque el respeto a disentir sea sagrado– debemos estar con los pobres, los ofendidos y los humillados.
Es cierto que determinada porción de la humanidad hay mala levadura, que es inconcebible que junto a Lula esté Bolsonaro, que Milei haya ganado con suficiencia en Argentina y que Palestina siga siendo masacrada.
Y no queda otra estar de lado del Santo en una lucha a tres caídas, porque si los de Malolandia se hacen del poder vale gorro el ser humano.
Y no llegar al clásico volado mexicano y pedirle a Dios que ayude a los buenos. Nosotros debemos ayudarnos primero.
Por eso, este próximo 2 de Junio la voluntad de votar, el hecho de tachar una boleta en la urna, por quien sea tonificará al país.
SALUD