Aniversario
A unas horas de tu aniversario luctuoso,
te honro madre.
El tiempo dice que se cumplen cinco años de haberte ido.
Trato de explicarme esta transición sufriente.
Fueron cinco años de sucesos enfrentados
donde la obnubilada alma permanecía obscuramente ausente.
En el quinto año, la claridad interior empieza a darse;
perdonar, perdonarse, perdonarme,
darme la paz del olvido.
Oscura de mí,
a los pocos días de
haberte ido,
te sentaste
a la orilla de la cama,
tocándome el cabello, me dijiste:
Levántate, nadie vendrá por ti.
Madre, en ese momento me mostraste el amor
que me has tenido en vida y en la muerte.
Tus palabras me dieron el inicio del camino
para valerme interiormente.
Por eso hoy, después de cinco años, celebro la vida.
Celebro la fiesta Guadalupana
Recordándote en la despedida.