~Apología a la esperanza~
-Esperanza, que das luz a mi alma-
Jamás me seas ajena,
¡Oh, flor de la esperanza!
Enraízate en mi alma
para que nunca me falte tu luz
por muy negra que sea la noche,
que, si titilas para mí
haré de tu llama
por pequeña que sea
una hoguera inextinguible
y de ella sacaré la energía de canto
que necesito para continuar
con mi encomienda y mi viaje
de colores arcanos.
Mira que hay veces
que el camino es pedregoso,
con niebla que turba mi visión,
las laderas me cansan
y las sorpresas de lo que creía conocer
me tienen confundida y decepcionada.
Quiero seguir siendo
lago de vida en calma,
nunca la piedra que se lanza,
perturba la tranquilidad
y al final acaba en un fondo oscuro
tan solitaria como un olvido,
sin dejar eco en su camino.
Jamás te alejes, esperanza
haz tu hoguera en mi alma,
y me encargaré que nunca seas rescoldo
siempre flama o llamarada,
estrella de oriente encendida
para el caminante
que a contracorriente viaja
y aun con sus pasos cansados
cuando parece que todo está perdido
no equivoca su camino
si tu luz la lleva consigo.
Jamás me seas ajena, esperanza,
luz de mi alma y brillo en mi destino,
acompáñame en mis pasos cansinos.
~•~
-Un canto de esperanza-
¿Por qué estás triste, alma mía?
¿Acaso no has visto el cielo?
Hoy está más despejado
con su azul radiante y bello.
El mundo se ha detenido
como aquel corcel ya viejo,
pero con fuerza y coraje
se levantará de nuevo
A continuar su camino
con paso firme y sereno,
hasta que no pueda más
y lo triste sea un recuerdo
porque, mientras haya vida
y tenga un soplo de aliento
seguirá el río su curso
como las aves su vuelo
Y será entonces que…
En la copa del encino
se escuchará desde lejos,
una canción de esperanza
en el trinar del jilguero.
Así que…
¡Levántate, alma querida!
Aférrate a ese lucero,
que no deja de brillar
por fuerte que sople el viento.
En medio de aguas tranquilas
o con fuertes aguaceros,
recuerda que tienes vida
en la que esperan tus sueños.
~•~