CLAUDIUS BOMBARNAC (1892)
Verdadero verniano
Si un lector no se ha sentido impelido a saber más sobre los parajes retratados en sus novelas, o cuando menos a seguir en un atlas los recorridos de sus rutas, no es un verdadero verniano.
Claudius Bombarnac es un reportero asignado para cubrir el trayecto de la Gran Vía férrea que va entre Uzun Ada, Turkestán y Pekín.
En esta novela vemos una vez más al inglés como una mofa, en el viaje coinciden pasajeros de varios países, y una trama para aderezar un viaje que parecería tranquilo por la estepa asiática.
En el tren va un alemán, como una especie de burla al mítico personaje Phileas Fogg, quien al igual que el inglés, busca dar la vuelta al mundo, aunque parece que su itinerario no le sale como esperaba.
Podemos decir que es el mismo autor quien se sube al tren para relatar el viaje junto con algunos de sus personajes; pues el matrimonio Caterna es una clara alusión a los Cascabel, de quienes ya comentamos anteriormente; el Mayor Noltitz se parece mucho a Miguel Stroggoff.
Claudio Bombarnac enlista a los pasajeros en su libreta tratando de encontrar al héroe de su historia y poder entregar una buena crónica del viaje al periódico donde trabaja: El siglo XX. Intrigas, enredos y hasta lo que podemos llamar un ataque terrorista convergen en esta fascinante aventura a bordo del tren trans-asiático.
Como anécdota personal, también, en un viaje, quise emular al señor Bombarnac y al igual que el personaje, enlisté en una libreta, que aún conservo, la lista de los pasajeros que nos acompañaron en el viaje.
Dato curioso: El comportamiento del inglés a bordo del tren es muy similar a lo ocurrido recientemente con el Brexit, la separación de Inglaterra de la Comunidad Europea, pues Sir Francis Travellyann se mantiene reservado y alejado de los demás pasajeros del tren, sumado a que nunca habla durante el viaje. ¿Coincidencia? Júzguenlo ustedes mismos.