CON EL ALZA AL PRECIO DEL MAÍZ, SE COMPLICA LA MANUFACTURA DE TORTILLAS

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El alza en el precio del maíz ha sido causa de que consumidores, productores y vendedores de tortillas y sus derivados, experimenten un tiempo de dificultad. Con precios que sobrepasan los 22 pesos por kilo en algunos establecimientos, tanto la alimentación como el trabajo diario, se complica.

Tal es el caso de María Salazar, quien con más de una década trabajando en la elaboración de tortillas, cada vez divisa más complejo el panorama y la oportunidad de sustentarse de la venta de tortillas.

María, originaria del municipio de Lerma, desde los ocho años de edad aprendió a hacer tortillas debido a que su madre le enseñó la riqueza del producto, además de que en tiempos pasados, su familia era sustento de trabajadores y familias enteras, al elaborar y vender el producto cada día.

Para ella el maíz, no solamente se traduce como un recurso natural y un alimento de la canasta básica, sino también, como un elemento que le ha dado la oportunidad de apoyar a su familia con cada una de las necesidades que presente.

Sin embargo, desde hace tres años, con el inicio de la pandemia, la situación ha ido empeorando para ella y su familia, en tanto que el precio del producto se ha elevado casi más del cinco por ciento, en comparación con el año 2019.

Antes de la pandemia, María vendía un kilo de siete a ocho kilos diarios, no obstante, a partir del año 2020, vende de cuatro a cinco docenas de tortillas, pues no solamente el capital de los clientes se vió afectado, sino también el precio del maíz, incrementó.

Con la finalidad de vender su producto y que su trabajo no se vea mayormente afectado, ha incorporado nuevos productos como lo han sido tlacoyos y quesadillas, las cuales vende con la misma masa con la que elabora las tortillas, pues teme que los bultos que compra de masa, terminen pereciendo los nutrientes que conserva.

“La masa no me sale tan barata, la blanca me viene saliendo a 15 y la azul a 17 o incluso a 20 pesos, y yo la doy a 18 pesos la docena, imagínese entonces mi ganancia y si no la vendo, se me echa a perder. Además, no solo es eso, también tengo que pagar el gas, me gasto cuando poco unos 200 a 300 pesos y no siempre me dura, a veces en ocho días ya tengo que llenar otra vez el tanque, siento que a veces ni los llenan como debe de ser”, declaró mientras suaviza la masa con sus dedos.

“Creo que comer tortillas ya es un lujo, la verdad, no todos pueden comprar ni un kilo en estos días, se cree que las cosas mejoraron con el paso del tiempo o ahora que se supone que el virus ya no está tan activo como antes, pero la verdad es que no, las cosas son muy complicadas todavía, si puedo decir que más difíciles que cuando empezó la pandemia”, dijo.

Mientras tanto, los clientes que son su soporte han sido mayoritariamente trabajadores de construcción que laboran cerca de su puesto, sin embargo, cada vez observa menos compra de parte de familias.

“Yo me dedicaré a esto mientras pueda y hasta que me alcance, si ya veo que las cosas empeoran y definitivamente no me conviene seguir, entonces tomaré la decisión de retirarme, pero mientras sigo haciendo lo que sé”, declaró.

De acuerdo con la directora del Centro de Estudios para el Cambio en el Campo Mexicano, Ana De Ita, durante el actual gobierno el precio de las tortillas ha sufrido un aumento de 54 por ciento al pasar de 14.37 pesos en enero de 2019 a 22.17 pesos en enero de 2023.