Critica de Succession
En múltiples ocasiones he comentado a través de las presentes líneas mi gusto por las series de HBO, productora que ha traído grandes obras como The Soprano, Game of Thrones, The last of us, House of dragons, entre otras, series que destacan por su trama y por la capacidad de desarrollar su mundo y sus personajes, calidad que se demuestra también en Succession, serie que no es nueva pero espere a terminar su cuarta temporada para redactar sobre ella en la presente columna.
Succession narra la historia de la familia Roy, una familia acaudalada de Estados Unidos por ser dueña de una empresa de noticias de alto nivel económico, el padre de la familia, Logan Roy, interpretado espléndidamente por Brian Cox, a quien se le recuerda de Troya, sufre un ataque al corazón abriendo la puerta a una lucha de poder por parte de sus hijos para poder sucederlo en la compañía, entrando en conflicto con ellos y nunca dejando claro quien es la persona que quiere que lo suceda.
La serie retrata la excentricidad de la aristocracia en Estados Unidos y de como el dinero volver caprichosa y egoístas a las personas al punto de pelear con su propia sangre por una empresa, desde el punto de vista empresarial, la serie muestra como se maneja un negocio de esa índole y como se dan las votaciones de asambleas, lo que a pesar de ser un ámbito algo complicado, tiene el acierto de darse a explicar.
Las actuaciones son bastante buenas e incluso toca temas sumamente importantes como la drogadicción y sus efectos en la vida de las personas, la corrupción, la política e incluso los trastornos mentales; el personaje de Kendall Roy, interpretado estupendamente por Jeremy Strong, demuestra un rango actoral en cada situación, actuando con gran nerviosismo frente de su padre, pero poco a poco dejando esa timidez cuando trata de ponerse al frente de la compañía.
La película hace una gran critica a la sociedad que deja atrás lo viejo y de cómo lo nuevo no necesariamente es algo bueno. Su final es un final sumamente agrio, que considero se inspira mucho en el final de “los soprano”, en la que al final queda un sentimiento de vacío existencial, pero al analizarlo, refleja como a veces las personas nos causamos tanto daño entre nosotras, incluso en las propias familias, que llega el punto donde es imposible remediar esos errores.
La serie en definitiva es bastante buena, tiene sus tintes políticos y proyecta el como las personas con poder toman las decisiones para conveniencia propia. Muestra los errores que pueden tomar las personas por el dinero y de cómo, a pesar de todo el poder que podamos acumular, todas nuestras decisiones tienen consecuencias.