Data Ética

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El 9 de diciembre se conmemoró el Día Internacional contra la Corrupción fecha emblemática de la Organización de las Naciones Unidas en la que se busca destacar los derechos y responsabilidades de todos -incluidos los Estados, los funcionarios públicos, los agentes de la ley, los representantes de los medios de comunicación, el sector privado, la sociedad civil, el sector académico, el público y los jóvenes- en la lucha contra la corrupción.

Si bien, el concepto “ética” se inserta dentro de las normas morales como un mecanismo que orienta la conducta de las personas en torno a axiomas culturalmente determinados, y, por ende, forma parte de los aspectos considerados por los ámbitos empresariales y sociales para el desarrollo de sus actividades, actualmente, el concepto ha cobrado relevancia para el sector público, como parte de la ética pública en la cual, sobre todo en nuestro país, se encuentra principalmente dirigida hacia el actuar debido de las personas servidoras públicas en torno al uso adecuado de los recursos públicos a fin de evitar corrupción económico financiera, ante los requerimientos internacionales sobre marcos éticos para el uso de los datos, se genera la interrogante a fin de determinar que los modelos de integridad definidos por nuestro país no requieren una mayor especialización o enfoque sobre temas particulares, puesto que, la gestión en torno a la identificación sobre faltas administrativas y hechos de corrupción eventualmente pudiesen quedar limitados para una actuación adecuada por parte de las entidades públicas y una gestión administrativa debida.

Es el caso de la existencia de marcos éticos para el adecuado uso y procesamiento de datos que surgen a partir de prácticas éticas en el ámbito gubernamental, como la directiva sobre la toma de decisiones automatizadas en Canadá, la Agenda Gubernamental de Datos de Países Bajos, o los Marco de Ética para Uso de Datos de Reino Unido y Estados Unidos, el último en el que se destaca como parte de la reflexión de la importancia de su manejo una frase de David. J. Hand, en el que refiere que: “Aunque a veces se describe como el nuevo petróleo, debido a la forma en que los datos y la ciencia de datos están revolucionando la sociedad tal como lo hicieron antes los combustibles fósiles, los datos tienen propiedades únicas, lo que lleva a desafíos éticos únicos en consecuencia … Tales consideraciones no permiten respuestas simples de fórmulas, ya que estos deben ser dinámicos y dependientes del contexto. En cambio, las soluciones deben estar basadas en principios, con consideraciones de alto nivel que guíen las decisiones en cualquier contexto particular”.

Resulta importante replantear y ampliar el alcance de los marcos éticos para el manejo de la información, y una adecuada y ético manejo de los datos personales, ya que, la adecuada gestión de los datos y los datos personales por parte de los gobiernos cuenta con diversas dimensiones de actuación, pero quizá, el ejemplo más emblemático sobre la relevancia de la protección de la privacidad e identidad de las personas a través de una adecuada gestión de sus datos personales se ilustra a partir de las atrocidades cometidas por la Alemania Nazi en el Holocausto, retratada de manera puntual en la obra IBM y el holocausto, en cuya reseña se destaca como la sorprendente historia de la alianza de IBM con la Alemania nazi, que comenzó en 1933 apenas cuando Hitler subió al poder y continuó hasta bien entrada la Segunda Guerra Mundial, así, cuando el Tercer Reich se embarcó en su plan de conquista y genocidio, IBM y sus subsidiarias ayudaron a crear tecnologías que posibilitaron programas de identificación y clasificación desconocidos hasta ese momento.

Así, se relata que solo después de haber identificado a los judíos -una tarea monumental y compleja que Hitler quería terminada de inmediato-, se podía lograr una eficiente confiscación de bienes, reclusión en guetos, deportación, explotación laboral y, en última instancia, aniquilación. Era un trabajo de cruce de datos y un desafío de organización tan colosal que exigía una computadora. Por supuesto, en los años 30, las computadoras no existían. Pero la tecnología de las tarjetas perforadas de Hollerith si existía, y, con la ayuda de estos sistemas adaptados a la medida de sus necesidades, Hitler pudo automatizar la persecución de los judíos. Los historiadores han manifestado siempre su sorpresa ante la velocidad y la precisión con que los nazis fueron capaces de identificar y localizar a los judíos europeos. El hecho es que se usó la tecnología de IBM para organizar desde la identificación de los judíos a través de censos, registros y programas de rastreo de antepasados, hasta el manejo de los ferrocarriles y la organización del trabajo de esclavos en los campos de concentración. IBM y su subsidiaria alemana diseñaron uno a uno los complejos procedimientos, anticipándose a las necesidades del Reich. IBM no se limitó a vender las maquinas, sino que facilitó una amplia colaboración y ayuda técnica, convirtiéndose en el único proveedor de los millones de tarjetas perforadas que Hitler necesitaba.

Así, eventualmente el marco de ética pública definido a través de los mecanismos de prevención y de Ética Pública, y de rendición de cuentas, que se han institucionalizado a través de la Política Nacional Anticorrupción, y, actualmente a través de los mecanismos de implementación, deberán contemplar entre sus ámbitos, relativos al cumplimiento de una adecuada gestión de los datos en posesión del gobierno, a fin de evitar incurrir en tentaciones autoritarias que no únicamente puedan dañar a un partido político, sino a la impronta de todos los resultados y acciones de una nación, como en el caso de Alemania marcada a través de las atrocidades que aún atormentan a la humanidad, podrá considerar como parte de los elementos a considerar para el marco del manejo ético de los datos a la protección de las personas en torno a su bienestar, libertades, dignidad, cumplimiento de las leyes, privacidad, transparencia, autonomía, seguridad, equidad y responsabilidad, tal como se advierte en el marco de los Estados Unidos en el que se destacan los principios propuestos para el procesamiento en torno a: cumplir con los estatutos, regulaciones, prácticas profesionales y estándares éticos aplicables;  respetar al público, a las personas y a las comunidades; respetar la privacidad y la confidencialidad; actuar con honestidad, integridad y humildad; responsabilizarse a sí mismo y a los demás; promover la transparencia; y, mantenerse informado de los avances en los campos de la gestión de datos y la ciencia de datos.

Pautas a través de las cuáles también podrían disminuirse riesgos asociados a una corrupción de la gestión a través de un indebido manejo de un activo que el la actualidad, como mucho se ha referido, constituye el nuevo oro negro, mismo que debe ser gestionado un alto sentido ético a fin de que los marcos legales de protección a ala privacidad aumenten su eficacia.

Hasta la próxima.