DE MADRID A PUNTA CANA Y DEL AJEDREZ A LA POLÍTICA
En política, a veces debes dar un paso atrás para dar dos pasos adelante. Vladimir Lenin
Escribió Mario Maldonado. La cena se alargó por tres horas. Además de responder sobre las investigaciones en su contra y de insistir en que no había nada irregular, razón por la que no creía necesario en ese momento contratar a un abogado, Enrique Peña Nieto habló con soltura sobre temas de su vida política y personal.
Ésta es parte de la introducción del libro que sobre uno de los personajes más importantes del México del siglo XXI, escribió el reconocido periodista y columnista y que tituló: CONFESIONES DESDE EL EXILIO: EPN.
En varias páginas se puede leer el apetito propio de un periodista como Mario, de poner en jaque a su interlocutor, cosa que nunca logró al tener sentado enfrente a un maestro del milenario juego de estrategia, quien más bien lució como si hubiera estado jugando unas partidas simultáneas disfrutando desde el gámbito de dama, hasta la coronación de un peón.
Maestro en el tablero de 64 casillas y en el campo de golf, su número favorito es el 72, porque representa la longitud típica de un campo de golf de 18 hoyos. La mayoría de éstos tienen 18 hoyos, y cada hoyo tiene un par asignado que representa el número promedio de golpes que un jugador debería necesitar para completarlo. Los jugadores de golf suelen medir su desempeño en relación con el par del campo, tratando de terminar con un puntaje igual o mejor que el par (72 en un campo estándar) para una ronda completa.
Ese es uno de los desafíos del mexiquense cuando recorre los maravillosos campos de golf de Punta Cana y de otros tantos lugares de esta fantástica isla del caribe, que además es famosa por sus mujeres que hacen levantar la mirada y torcer el cuello, sus puros y su ron Brugal.
Hombre de grandes retos y desafíos, reconocido caballero en la política y en la vida, es también agradecido, prudente y un gran amigo. No pocas veces he escuchado cuando se refieren al de Atlacomulco: Enrique es más amigo de sus amigos, que sus amigos de él. Por supuesto, con sus contadas excepciones, una de ellas, su leal colaborador y entrañable amigo Luis Miranda Nava.
Y es que he leído en el libro que comento, que según versiones de cercanos a Peña y a Meade, a finales de 2017, cuando Meade fue designado candidato presidencial, dejó de tomarle las llamadas a su jefe y presidente — lo cual niega —. La relación con Peña Nieto se convirtió más en un lastre que en algún tipo de apoyo.
Algunos de los miembros de su gabinete, también le dieron la espalda, se solazaban hablando mal de todos los mexiquenses empezando por su jefe durante todo el sexenio, imaginémoslo cuando ya no lo era. Se dice que Osorio Chong, no se dignó a asistir a la cena que con motivo del fin del sexenio, el Presidente Peña le ofreció a su gabinete.
Ya lo decía sabiamente el Maestro Carlos Hank: En política haces amigos de mentiras y enemigos de verdad. Acaso por ello eso, ante la pregunta clave que le hizo AMLO a EPN en la cena en casa del primero ¿Qué me aconseja? Le dijo que tuviera cuidado del empresariado, solo de algunos: <<De los que se dicen sus amigos de Monterrey>>
Además de privilegiar la amistad, Enrique Peña es un hombre agradecido que reconoce ampliamente a quien fuera su mentor, el también ex gobernador mexiquense Arturo Montiel Rojas y también lo hace con sus colaboradores al reconocer a Gerardo Ruiz Esparza QEPD de quien se refirió: gran amigo y ex colaborador, gran ser humano y servidor público de excelencia.
Del libro podría decir que no hubo muchas confidencias, más bien, a partir de lo registrado en las conversaciones que tuvo con el personaje, investigó a través de terceros más datos para completar el libro.
Del tridente: Videgaray, Nuño y Osorio Chong, por cierto, ninguno mexiquense, ya se conocía su influencia; de ahí que es incierto el que los mexiquenses tuvieron gran influencia en el sexenio, lo dice el libro: Videgaray, siempre Videgaray, con excepción como ya lo dije, de su compadre y partner Luis Miranda.
En otra parte del libro se dice que: A quien el mexiquense Peña Nieto sí dijo tener en alta estima, y a quien seguía considerando realmente su amigo, es al también ex gobernador de su tierra Eruviel Ávila Villegas.
La relación entre los dos políticos, según se pudo percibir en la conversación de Enrique Peña, era mucho más cercana que la que mantenía el expresidente con su primo y también ex gobernador del Estado de México Alfredo del Mazo Maza.
Si quiere saber más sobre uno de los dos mexiquenses que llegó a ocupar la silla presidencial, lo invito a comprar el libro, pero también, a leer la segunda parte de esta entrega: ¿Que puede aprender un político de un jugador de ajedrez?
- Estrategia a largo plazo: Planea sus movimientos con varios pasos por delante.
- Anticipación de movimientos: Al estudiar el ajedrez, un político puede mejorar su capacidad para anticipar los movimientos de sus oponentes y tomar decisiones informadas basadas en posibles escenarios futuros.
- Evaluación de riesgos: Evalúa constantemente los riesgos y beneficios de cada movimiento.
- Adaptabilidad: En el ajedrez, las condiciones del juego pueden cambiar rápidamente, y los jugadores deben adaptarse a nuevas situaciones.
- Manejo del tiempo: En el ajedrez, el tiempo es un recurso limitado y valioso. Un jugador debe tomar decisiones rápidas y eficientes.
- Pensamiento estratégico: El ajedrez requiere un pensamiento estratégico profundo y la capacidad de ver el panorama general.
- Paciencia y perseverancia: El ajedrez enseña la importancia de la paciencia y la perseverancia. Un político puede aprender a no desanimarse por los contratiempos y a mantenerse firme en la búsqueda de sus objetivos políticos.
- Resolución de conflictos: El ajedrez es un juego de confrontación donde los jugadores deben resolver conflictos de manera estratégica.
- Equilibrio entre la ofensiva y la defensiva: En el ajedrez, es importante equilibrar entre la ofensiva y la defensiva para mantener una posición sólida.
- Análisis crítico: Al estudiar partidas de ajedrez y revisar sus propios movimientos, un jugador desarrolla habilidades de análisis crítico.
Propondré tablas para cerrar esta partida con una frase de otro personaje de la política que como Enrique Peña, también admiro y reconozco, Henry Kissinger: En política, nunca hay amigos permanentes, ni enemigos permanentes, solo intereses permanentes.