+ Destruir Universidades de Prestigio a Cambio de las del Bienestar

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La frase

Hay tanta animadversión contra Juan Rodolfo Sánchez Gómez, en el Ayuntamiento de Toluca que a él, cuando llega a ir y se deja ver y a sus directores y demás funcionarios, los empleados los saludan muy cortésmente, diciéndoles:

¡MENOS DIAS!

CON FERNANDO FLORES: “Las elecciones nos dividieron pero Metepec nos une, y ese es, hoy, el principal objetivo, vamos a darle la vuelta a la página todos juntos, para recuperar la grandeza de nuestro Metepec, y cumplir mi palabra, esa que tanto prometí durante la campaña: ser uno de los mejores municipios de México”, dijo en su toma de protesta ante Ernesto Nemer Álvarez, el presidente muncipal electo de Metepec, Fernando Flores Fernández.

«Le ofrezco al Presidente Andrés Manuel López Obrador, la disposición de mi administración para colaborar con las instancias del gobierno federal por el bienestar de nuestro municipio, trabajaré siempre respetando el marco jurídico y normativo que nos rige, en Metepec, nadie estará por encima de la ley y todos estaremos bajo su tutela», señaló.

«Al señor gobernador Alfredo del Mazo le reitero mi compromiso y admiración, reconozco su liderazgo y su entrega por la causa del estado de México y quiero decirle, que en Fernando Flores presidente, empresario y mexiquense, siempre tendrá un aliado, pondremos las bases para que la gente de bien se sienta cómoda y segura en Metepec y aquellos que vivan al margen de la ley, entiendan, no tienen cabida en esta tierra, ahora sí, será un lugar seguro vigilado y monitoreado en todas sus calles, aquí no hay tolerancia para la delincuencia», detalló Flores Fernández.

En los primeros días del gobierno municipal, estarán disponibles una línea telefónica y una aplicación, que se llama #311, donde se podrá reportar la falta o falla de los servicios públicos y mantener una comunicación permanente conmigo.

Por su parte Ernesto Nemer Álvarez, subrayó que lo que transforma positivamente al Estado de México, es la suma de esfuerzos de los tres niveles de gobierno, trayendo beneficios a las familias mexiquenses, por eso, se debe construir, todos los días, una relación de respeto y colaboración, en favor de la gente.

«Este suelo, con piel de barro, y que tiene por corazón un árbol de la vida, es tierra de mujeres y hombres con una gran fortaleza y espíritu de ayudar al semejante, pero, sobre todo, con muchas ganas de salir adelante», dijo finalmente.

Destruir Universidades de Prestigio a Cambio de las del Bienestar

El previsto fracaso de las 100 universidades para el Bienestar “Benito Juárez”, se ha transformado ahora en una obsesión por tomar por asalto las universidades públicas e instituciones educativas consolidadas y prestigiadas del país, como lo estamos viendo en los caso de la UNAM y el CIDE, en aras de convertirlas en la cara exitosa de la educación superior del Bienestar del gobierno de la 4T.

Así como se ha degradado la calidad de la educación preescolar, básica y media superior, despojándola de los recursos presupuestales y del nivel de exigencia docente, evaluatoria, tanto para magisterio como para alumnado, donde nadie se esfuerza por capacitarse, por enseñar, por aprender o por someterse a exámenes de aprovechamiento, igual se pretender hacer con la educación superior.

A nadie extraña, pero a todos molesta, que el propósito meramente populista de hacerse del aplauso fácil al brindar acceso sin condiciones a la educación pública en todos los niveles, sin mayor requisito que el aspirar a una dádiva económica disfrazada de beca escolar, al eliminarse toda obligación de aprovechamiento escolar y su respectiva acreditación evaluatoria, busque destruir la educación, como instrumento de preparación para la vida en las nuevas generaciones.

Como todas las ocurrencias educativas de la Cuarta Transformación, desde la también fracasada Universidad de la Ciudad de México, ahora el proyecto de las 100 universidades del Bienestar, se van convirtiendo en auténticos nidos de vividores y fósiles para seguir disfrutando de los beneficios de la caridad pública, en tanto se sigan ostentando como maestros o alumnos a perpetuidad.

AMLO

Como, ni la ya anquilosada Universidad de la Ciudad de México, ni las 100 universidades del Bienestar que llevan el nombre del ilustre Benito Juárez entusiasman y menos alientan esperanzas de constituirse en alternativas viables de preparación profesional para competir en la vida, la población ha optado por hacerles el feo, y el gobierno federal por secuestrar las universidades públicas con prestigio académico para bajarlas al nivel vergonzante de la educación 4T, como signo de trato igualitario para todo el estudiantado mexicano.

Desde su paso como gobernante de la capital del país, Andrés Manuel López Obrador concibió la construcción de la Universidad de la Ciudad de México para demostrar que su modelo de educación pública superior podrían igual o mejor que el tradicional del modelo institucionalizado a los largo de dos siglos en México, y aunque es evidente que fracasó en el intento, ahora como Presidente de la República se le ocurrió multiplicar por 100 la idea en todo el territorio nacional, con el mismo propósito de ofrecer educación superior a jóvenes de poblaciones o colonias, con alta marginación y donde no haya una alternativa similar.

¿Cambio, continuidad o regresión?, cuestiona el estudio académico realizado por los investigadores Dinorah Gabriela Miller, Gustavo Mejía Pérez y José Luis González Callejas, en el volumen Análisis de la política en Educación, bajo el gobierno de AMLO, y evidencia buenos propósitos, pero cuestionables procedimientos, a decir por los pobres resultados que se han obtenido.

En la evaluación académica que fue coordinada por Pedro Flores Crespo y César García García, sobre los objetivos que se marcaron para las 100 universidades del Bienestar “Benito Juárez”, para funcionar en zonas con alta marginación y carencia de oferta de educación superior, se destaca lo siguiente:

Ocho municipios donde se han establecido universidades “Benito Juárez” se encuentran por debajo del mínimo poblacional establecido en el programa, en tanto que 47 municipios exceden el máximo estipulado, por lo que únicamente en 45 casos se cumple con las condiciones de contar entre 15 mil y 45 mil habitantes, llegando a situaciones excesivas, como sucedió con el plantel de Iztapalapa, en la Ciudad de México, que presenta 40 veces más de la población tope.

El estudio presenta también que sólo 12 de estas universidades del Bienestar están ubicadas en localidades de muy alto grado de marginación, y otras 9 se encuentran en una alcaldía pobre donde no haya otra oferta de educación superior; la mayoría están construidas en lugares de marginación muy baja y baja.

El capítulo del análisis, denominado “Las universidades para el Bienestar Benito Juárez García; entre las buenas intenciones y el desierto de lo real”, precisa que tan solo cinco de los planteles cumplen con los tres criterios marcados en el objetivo: la de Chenalhó en el estado de Chiapas; la de Urique, en Chihuahua; las de Metlatónoc y la de Xochistlahuaca, en el estado de Guerrero; y la de San Felipe de Jalpa de Díaz, en el estado de Oaxaca.

Nadie duda de las buenas intenciones del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, que incluso desde la sede de la Organización de las Naciones Unidas propuso una coperacha para acabar con la pobreza en todo el mundo.

Su problema empieza cuando tales ocurrencias no empatan con la posibilidad real de su realización, o peor aún, cuando a falta de resultados o al menos en el corto plazo, le da por destruir lo que funciona bien para parchar lo que hace mal, como en el caso de la educación superior, ¿no le parece a usted, estimado lector?