+ Devaluación e Inflación, el Rostro Dañino de los Populismos

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La frase

El público asistente a la Fil en 2019, llegó a la cifra de 828 mil 266, ahora en el 2021 apenas alcanzó 251 mill 900 personas

SIN DUDA UN ANTES Y DESPUÉS

EN TWITTER: Este domingo el gobernador Alfredo del Mazo acudió junto con Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la CDMéxico, a hacer un recorrido con el presidente Andrés Manuel López Obrador por las obras de conectividad del nuevo aeropuerto “Felipe Ángeles”.

 

OCURRIÓ EN EL SEMINARIO: «Los papás son la clave para que los niños salgan adelante, si van a jugar fútbol hay que llevarlos siempre a la práctica, hay que estar con ellos, hay que estimularlos, hay que demostrarles que nos interesan sus logros y eso, por sí mismo, va formando el carácter de los niños», dijo el presidente muncipal electo de Toluca, Raymundo Martínez Carbajal, al inaugurar el Centro de Formación deportiva “BamBam Moreno.

Señaló que el Modelo Colaborativo de Trabajo Comunitario Pie a Tierra es muy parecido al deporte, con reglas y juego coordinado, en equipo para lograr el objetivo de ganar, de ahí la importancia de este nuevo espacio que fungirá como formador de futuros talentos.

Y al hacer el saque inicial, mostró técnica y hechuras, no en balde es gran aficionado al Deportivo Toluca., Sin duda sabe tocar el balón, esperemos que así sea su toque en beneficio de la ciudad.

EN LA FIL DE GUADALAJARA: Un verdadero gusto reencontrar a Jorge Vaca, el gran amigo mesero del restaurante Los Vitrales del Hotel Hilton, uno de los sobrevivientes de la pandemia.

Me contó que pudo sobrevivir a cuatro meses en que estuvo cerrado el Hotel. Después a largos meses con apenas el 4% de ocupación, lo cual fue durísimo para los dueños y para los trabajadores.

Pero ahora me lo encontré, en horas casi altas para el hotel y para él, con el festival gastronómico de Perú, del que pude disfrutar una magnífica cerveza Cusqueña.

Durante viernes y sábado, 3 y 4 de diciembre hice dos entrevistas. Una a Andrés Orozco Vidal, autor de Dos mundos, Malintzin y Gonzalo, que resultó muy adecuada al momento de los famosos 500 años de la conquista de México y de la discusión sobre lo que pasa en Toluca, con una fecha por demás incierta.

La otra este sábado 4 con el autor español Carlos Vázquez, mejor conocido como “Tibu” de tiburón, porque así le pusieron cuando corría en motocicletas y que es director de orquesta y que fue representante de artistas, entre ellos Los hombres G y Azúcar Moreno. Una delicia charlar con ambos y gracias por sus respectivas dedicatorias de sus libros.

Devaluación e Inflación, el Rostro Dañino de los Populismos

En todos los populismos del mundo, sean de derecha o de izquierda, el común denominador es que afloran ofreciendo el paraíso terrenal y terminan imponiendo condiciones de vida de opresión y de miseria, cuyo rostro más visible y dañino es la devaluación que deriva en inflación  y en aniquilamiento del poder adquisitivo.

México no es la excepción, y vaya que hemos visto desfilar gobiernos populistas como el de Luis Echeverría Álvarez con su lema de “Arriba y Adelante”; el de José López Portillo con su oferta de “defender el peso como un perro” o la invitación a prepararnos para administrar la abundancia del país; el de Miguel de la Madrid Hurtado, como su promesa de la Renovación Moral de la Sociedad; el de Carlos Salinas de Gortari con su bandera de la Solidaridad; el de Vicente Fox Quesada con sus botas para aplastar a la víboras prietas; el de Enrique Peña Nieto y su oferta transformadora; y ahora el de Andrés Manuel López Obrador con su Cuarta Transformación de “primero los pobres”. En todos, los salarios se han esfumado.

Luis Echeverría, el rostro dañino de los populismos.

El engaño ha sido cíclico y ya no hay pretextos para decirse sorprendidos, porque lo mismo lo han hecho los priistas, los panistas que los morenistas desde la Presidencia de la República, pero igual ha sucedido con perredistas, petistas, verdeecologistas, alianciastas, emecistas y de toda clase de partidos políticos que van y vienen por todos los cargos de representación popular y de gobierno, en municipios, congresos locales y federales, y entidades federativas.

Apenas el 20 de noviembre celebramos el 111 aniversario de la Revolución Mexicana, y no es momento en que podamos contar con un solo partido político que sea modelo de congruencia ideológica, respeto a la democracia, las libertades, las leyes, a la transparencia y a la rendición de cuentas.

La mayoría de los políticos mexicanos han desfilado por diferentes partidos políticos y en cada elección han hecho gala de sus dotes histriónicas y camaleónicas para transformarse ideológicamente, pero sobre todo para sacar de la chistera todo un novedoso repertorio de nuevas promesas para conducir por fin al tan anhelado paraíso terrenal desde la nueva plataforma política en turno.

Sin importar que a veces se nos presentan como progresistas, como conservadores, como religiosos, como ateos, como masones, como agnósticos, como nacionalistas o liberales, todos sin excepción niegan ser populistas y tener como finalidad engañar a la población para hacerse del poder y de la riqueza.

Lo cierto es que entre más populistas han sido, mayor ha sido el daño económico y democrático que han causado a la nación, justo a la medida de su ambición, de su delirio, de su sed de aplausos, por eso su común denominador de buscar las grandes concentraciones, los mítines en la plaza principal, los discursos grandilocuentes y las reiteradas recetas mágicas para acabar con todos los males.

El resultado de los gobiernos populistas ya lo sabemos de sobra, lo que empieza como sueño de hadas, termina invariablemente como pesadilla de terror, entre muerte, enfermedad, desempleo, violencia, represión y pobreza.

Por eso vale la pena analizar el estudio de Adrián Villegas sobre los niveles de devaluación monetaria a los que han llegado los sexenios de los últimos ocho presidentes de la república, incluyendo la mitad de lo que va del presente.

Luis Echeverría Álvarez recibió el gobierno en 1970 con una devaluación del 4.7% y la elevó a un 27.2% en 1976; José López Portillo, toma el gobierno mexicano en 1976 y logra reducir la devaluación a niveles de hasta un 16.2% en la primera mitad, pero luego la elevó hasta un 98.8% en 1982 cuando concluyó su gestión.

En 1982 tomó el gobierno Miguel de la Madrid y en su primer tercio también bajó la devaluación a 59.2%, aunque en el segundo tercio la elevó a 159.2%, para luego reducirla a un 19.7% al concluir su sexenio en 1988; luego vino Carlos Salinas de Gortari en ese mismo año y la elevó a 23.9% en dos años de gestión para luego reducirla hasta 7.1% al término de su gobierno en 1994.

Sin embargo, al iniciar su gestión en 1994, Ernesto Zedillo Ponce de León la devaluación se disparó hasta 52.0% y culpó de ello a que Salinas le entregó un gobierno sostenido por alfileres, y ya al concluir su periodo en el año 2000, logró reducir la devaluación a un 12.3%.

Vicente Fox Quesada maniobró su sexenio para ubicar la devaluación entre un 9.0% en el año 2000, y un 4.1% con que concluyó el primero gobierno panista en el 2006. Su relevo también panista, Felipe Calderón Hinojosa, registró altibajos en el sexenio, pero inició en 3.8 en el 2006, la elevó a 6.5% en 2008 y cerró en 3.8%.

El priismo regresó con Enrique Peña Nieto, quien bajó la devaluación a 2.1%, luego la elevó a 6.8% y concluyó en 4.8% en 2018, año en que inició Andrés Manuel López Obrador, quien bajó la devaluación a 2.8%, y ahora está en 5.8%.

El gusto por gastar en caprichos y regalar dinero público para cosechar aplausos, es la principal causa de la devaluación en los gobiernos populistas, ¡y es que son los mismos con diferente cachucha!, ¿no le parece a usted, estimado lector?