¿Diálogo o polarización en las redes sociales?

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Seguramente muchos de nosotros hemos sido testigos de ríspidos comentarios con respecto a un post, algunos de ellos incluso ofensivos y discriminatorios, de tal modo que lejos de la hipotética definición de las relaciones humanas que, entre otras cosas, tienden a considerarse como promotoras del respeto, la comprensión, el afecto y el reconocimiento; pareciera en las redes sociales estos aspectos muchas veces quedan reducidos y velados.

 

Es evidente que siempre ha habido posturas en contra con respecto a un tema, y eso sin duda nos hace diferentes y nos da la posibilidad de informarnos para poder argumentar y solventar nuestra perspectiva, así como enriquecernos con el punto de vista de nuestro interlocutor, cuando esto ocurre se suscita el diálogo, a través del cual intercambiamos ideas de manera democrática.

 

Sin embargo, el fenómeno de la virtualización ha propiciado que se dé poco espacio al diálogo y mucho lugar a la ofensa y a la descalificación, pues como bien lo explica el psiquiatra José Posada Villa, en las redes sociales el otro se vuelve virtual de tal modo que, con frecuencia, nos desprendemos de la carga emocional que conlleva agredir a otro ser humano; ya que este tipo de comunicación nos permite conectarnos y “desconectarnos” del otro, tenemos incluso la posibilidad de “apagarlo”, pues al tener enfrente una pantalla y no al otro es más sencillo descalificarlo.

 

Es posible que en un diálogo frente a frente una persona que intenta agredir a otra sea capaz de darse cuenta de cómo se modifica su expresión facial, la postura corporal, o cómo cambia el tono de sus palabras, para el caso de las redes es posible que no nos demos cuenta de todo esto debido a que lo que vemos frente a nosotros es una pantalla, se da el “Efecto de desinhibición online”.

 

Se debe advertir que el medio no es el problema, pese a todos los argumentos serios con respecto al efecto manipulador de las redes sociales, lo cierto es que por otro lado nos permiten explorar un sin fin de posibilidades; de tal modo que lo conveniente es aprender a usarlas para construir diálogos democráticos, entre otras cosas, es importante siempre cuestionar las fuentes e informarnos sobre cualquier tema, ser tolerantes y empáticos con quienes piensan diferente, no replicar los mensajes de odio, estar conscientes de que todos pensamos diferente antes de descalificar y menospreciar, escuchar a las personas también suele ser una buena forma de entablar una plática cordial, pues es de suma importancia que las plataformas digitales evolucionen a que pesen más las cosas que nos hacen similares a aquellas que nos hacen diferentes, porque estas son las formas más efectivas de cambiar mundos.