El color de su mirada…
Aquella tarde de otoño
mientras cantaba el jilguero
me topé con la mirada
del hombre más noble y bueno;
era linda y especial,
¡tanto, como ver el cielo!
a través de sus faroles
de aceitunas y de almendros;
¡seguro, Dios los creó!
por ser tan lindos y tiernos,
pues no creo que alguien más
pudiera hacerlos tan bellos.
*
¡Son del color del poema
qué ahora estoy escribiendo!
*
Desde ese bendito día
son la luz de mis sonetos;
mis romances y rondeles
tienen sus lindos reflejos,
intentando retratar
con mis más sentidos versos,
¡los ojos más deslumbrantes!
por quién elevo mis rezos;
les dedico mis poemas
con melodiosos arpegios,
a los bellísimos faros
que me roban el aliento.
*
¡Si voy buscando la gloria,
en su mirada la encuentro!
*
Es que miran tan bonito
que en sus lunas me adormezco;
viendo esos ojos preciosos
que son mi salmo y mi credo;
acarician sin tocar
y se han clavado en mi pecho;
sin hablar lo dicen todo…
¡tienen mis sentidos presos!
y siendo yo su cautiva
por amarlos y quererlos,
los guardaré para siempre…
¡en el altar de mis sueños!
*
¡Son del color del amor…
por quién conjugo mis verbos!
~•~
El color de sus ojos, es el color de mi poema, que tiene el color de su mirada, que es la que alumbra mis sueños y al despertar, se convierte en poema y éste, buscando la rima en su cuerpo, se hace miles de versos y cada uno, un apasionado beso.
Mi tiempo estaba dormido, él, lo ha despertado, ha hecho de mi oscuridad y de las paredes de mi alma, la aurora boreal de mis entrañas, bendito preludio y bendita su mirada, luz de luna llena jamás apagada que me alumbró con su llegada.