El de Juan Ratolfo un trienio perdido sin la máxima del morenismo: NO MENTIR, NO ROBAR Y NO TRAICIONAR
La frase:
Haciendo honor a su reacción, las ratas siempre abandonan el barco municipal, no les interesó mostrar algo de dignidad, tampoco se le puede pedir peras al olmo ni inteligencia a quien jamás la tuvo.
Así son Juan Ratolfo y su equipo
UN TRIENIO PERDIDO
Así se le puede llamar a los tres años de un gobierno ausente 2019-2021 que hizo el ahora bien llamado Juan Ratolfo Sánchez Gómez en el Municipio de Toluca.
1. No cumplió con mejorar la seguridad, si bien hizo millonaria inversión en patrullas, 15 de ellas –camionetas de lujo para servicio de quién sabe quién–, pero no de la ciudadanía. Sólo que esa millonaria inversión se hizo en el papel, porque en la realidad, las patrullas y demás vehículos, no se sabe si pasarán a ser propiedad del Ayuntamiento de Toluca, ya que se rentaron, lo cual elevó los costos hasta 50%.
Prometió tener un cuerpo policíaco de 3 mil 500 elementos, hubo muchas contrataciones, pero el pago salía como beca para quienes tomaron el curso, y no como sueldo, lo cual hace pensar en un chanchullo de proporciones mayúsculas.
La presunción. Es que ahora tenemos a la policía mejor pagada en estado, según dijo el propio Ratolfo, pero no la más eficiente.
2. Deja a la ciudad llena de baches y con calles con pavimento viejo, acocodrilado y sin mantenimiento eficiente. Si bien pavimentó varias calles, estas fueron las cercanas a su casa en la colonia Morelos, el camino empedrado hacia su rancho en Cacalomacán –el famoso San Miguel de Cacalomacán– así como la avenida Jesús Carranza, de ahí en fuera, el resto de las calles, recibieron bacheo tardío y mal hecho.
Las pocas obras que hizo, las realizó sin la licitación correspondiente, sin la traza adecuada y de pésima calidad, lo que hace presumir que hasta en eso transó, en perjuicio de la ciudadanía que paga sus impuestos y no recibe los beneficios correspondientes.
4. Rompió la tradicional inercia de pagos del impuesto predial y los derechos de Agua, al dejar de instalar las carpas correspondientes en Plaza Fray Andrés de Castro, sin pensar en las pocas posibilidades de las personas mayores, que son las que tienen la costumbre de hacerlo puntualmente y lo hacían además, porque en un mismo lugar podían efectuar los pagos correspondientes. Juan Ratolfo los mandó de lado a lado de la ciudad y muchos dejaron de pagar por esa razón.
Esto señala su falta de talento y su escasa bonhomía en torno a este sector de la población.
5. Deja sin rendición de cuentas, al menos a nivel público, del manejo personal de mil millones de pesos, que estaban a su disposición, en cada uno de los años en que desgobernó a la ciudad.
Sin ningún rubor le echó la culpa a los habitantes de Toluca, sobre que no pagan impuestos, cuando el 90% de los ingresos municipales provienen de la Federación vía participaciones.
Su desliz con los sueldos, es porque le importa poco el ser humano llamado trabajador, porque si conociera de administración hubiera aplicado aquello de: adelanta cobros y retrasa pagos.
6. Si bien hizo cambios en su equipo de colaboradores, supuestamente para buscar más eficiencia, pero ni la logró, ni dejó de pagarles a los anteriores colaboradores, lo cual infló la nómina con las consecuencias de todos sabidas.
7. Alma América Rivera Tavizón, primera Síndico del Ayuntamiento, es quien junto con el tesorero Eduardo Segura García, son los responsables o cómplices de la debacle financiera del Ayuntamiento, la primera con un escaso currículo para ejercer el cargo y dedicada en el último mes a asistir a cuanta toma de protesta de nuevos gobiernos municipales de Morena, desentendiéndose de sus funciones. Para colmo, en el gobierno que encabezará el doctor Raymundo Martínez Carbajal, va a ocupar el puesto de Segunda Síndico puesto que ganó la elección, pero algo se debe hacer con la responsabilidad que tiene por la desaparición del presupuesto; y el segundo con su casa de casi 60 millones de pesos en el Fraccionamiento Zamarrero.
8. La enorme deuda que deja por la renta de diversos edificios para del funcionamiento del Ayuntamiento, así como por el impago a muchos proveedores. Tan solo en un caso, el de la familia Ortiz Solalinde, propietaria del edificio ubicado en la avenida Villada 114, a media cuadra entre Hidalgo y Morelos, la deuda es de 4 millones de pesos, porque no pagó un solo mes de los tres años en que ocupó una buena parte del inmueble.
9. Nunca dejó participar o no escuchó las escasas propuestas que hicieron los integrantes del Cabildo, esto es los regidores, para tener un mejor gobierno municipal. Algunos de ellos se vendieron y otros simplemente nunca supieron en donde estaban parados, ni cuáles eran sus funciones.
10. El arreglo del miércoles pasado, ya no fue con el personal de Juan Ratolfo y los dirigentes sindicales del SUTEYM, sino prácticamente con el gobierno estatal, que deberá conseguir algo así como 250 millones de pesos para cubrir los adeudos a los empleados, sin contar a los no sindicalizados, cuya suerte no se sabe cómo vaya a terminar, lo cual se convierte en la más grave de las injusticias en el desgobierno de Juan Ratolfo, puesto que todos ellos trabajaron, sin recibir el correspondiente salario y prestaciones, lo cual es una violación a su derecho constitucional.
Jamás escucharon (las gentes de Juan Ratolfo) las frases publicitarias de los setenta y ochenta de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público: Para exigir hay que cumplir. Sólo hubo exigencia y nada de cumplimiento en sus obligaciones, pago de salarios y tomar acciones de amenazas de despido, cuando debió ser al revés. El voto de silencio recorrió ayer todas las oficinas municipales por parte de los directores que nunca dijeron esta boca es mía y prefirieron poner tierra de por medio.
No cabe duda que el mal de este país es el exceso de profesiones y de títulos sin que haya un respaldo de conocimientos, sólo el acto de presumirlo o en último de los casos resultó comprado, cuando se atrevieron a decir en la ceremonia de inauguración de la Filem: Bienvenidos al estado de Toluca.
Y por cierto, dónde quedaría eso del morenismo de NO MENTIR, NO ROBAR Y NO TRAICIONAR. Puras palabras huecas.
Todo lo anterior habría que leerlo con las notas de “Las Golondrinas”, esperando que pronto, Juan Ratolfo encuentre su Ipiranga.