EL DÍA DE LA MADRE EN EL PANTEÓN DE METEPEC

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«Un día hay vida y al otro, de repente, llega la muerte», lo menciona Paul Auster en el libro la Invención de la soledad, en el momento en el que su padre falleció. La misma experiencia pero en la parte materna, viven miles de personas que hoy, no pudieron tener en la mesa a la persona que, mencionan, merece todo lo bueno por darles apoyo, amor, sustento y, principalmente, la vida.

En el Día de la Madre de 2023, la celebración fue diferente, luego de dos años consecutivos de pandemia, en los que la celebración no fue la misma, algunos a distancia, otros evitaron llevarla a restaurantes o sitios concurridos para protegerla. Sin embargo, el presente año, los sitios regresaron a estar abarrotados, las calles se percibieron congestionadas y las pastelerías vendieron desenfrenadamente.

No obstante, del otro lado de la moneda, la celebración, las expresiones de amor y respeto, se trasladaron al lugar en el que todo semeja silencioso y doloroso, pero como nunca a lo largo del año, se sintieron cerca de la que los arropó en sus brazos desde el primer día de vida.

Josefina arribó con su esposo, para compartir la tarde con su mamá, quien falleció el año pasado. Para amenizar el momento, portó con ella una bocina a través de la cual se escuchaban las canciones favoritas de lo que considera, el mejor refugio que ha tenido en su vida.

“Claro que duele, duele mucho pero no hay más que seguir adelante, aprender a abrazarla a distancia. Acostumbrarte a su ausencia pero pensar que siempre está presente. Que puede, tal vez, que esté más presente que nunca pero me toca solamente abrir mi corazón para verla”, dijo.

Lo mismo sucedió con Tania, quien desde el 2016, lleva flores y globos a la tumba de su madre, a la cual le cuenta cómo está, qué ha pasado y entrelaza una conexión con ella, la mira presente, al frente suyo; le entrega el globo que dice Te amo y reza un Padre Nuestro y un Avemaría para despedirse.

“Yo creo que todos tenemos recuerdos gratos con nuestra madre. Probablemente habrá quienes no, porque no todas sabemos ser madres pero la gran mayoría de nosotros, respetamos a nuestra madre y también la admiramos por todo lo que es capaz de hacer para que sus hijos tengan todo lo necesario. A la mía le debo mucho y por eso siempre estoy aquí, no nada más vengo el Día de las Madres, también cuando me siento con ganas de hablar con ella o cuando necesito un momento de paz, vengo aquí y sé que ella me escucha”, declaró.

Con un clima similar al Día de Muertos, el panteón municipal del Pueblo Mágico de Metepec, se pintó de luz, de botones de flores a punto de nacer. De música y de venta de todo tipo para acompañar la visita de los cientos de personas que acudieron.