EL VOLCÁN XINANTÉCATL
El hermano mayor, eso es para los toluqueños el Volcán de Toluca, si el cerro del dios Tolotzin es el hermano menor en el norte de la ciudad, el volcán que domina todo el Valle de Toluca y mira a todos los puntos cardinales desde sus más de 4600 metros de altura nos permite sentir el orgullo de saber que tenemos un patrimonio natural de excepcional belleza. Margarita García Luna Ortega, que tiene en su vida tantas cosas que le hacen significativa mujer de muchos dones. Como diría el poeta Alí Chumacero al hacer reconocimiento por el traductor, estudioso de culturas grecolatinas y poeta admirable Rubén Bonifaz Nuño, dijo Alí más o menos que Si él había tenido un acierto, Rubén había tenido muchos logros en su quehacer literario. Con la Cronista de Toluca, que lo fue de 1997 a 2014 en que falleciera para tristeza de nosotros y de su familia. Sí, mujer de muchos logros gracias a su trabajo incesante que no se detuvo ni un solo instante. Eso admirábamos de Margarita todos los días trabajando en diversas tareas.
Ella escribe para El Sol de Toluca el artículo El volcán Xinantécatl, su toponimia nos cuenta sobre ello: De acuerdo con la versión que le dio Fray Diego de Mendoza en el año de 1570, fray Bernardino de Sahagún describe el volcán Xinantécatl al tratar las principales idolatrías antiguas que se hacían en las aguas y los montes; “Hay otra agua donde también solían sacrificar que es la provincia de Toluca, junto al pueblo de Calimaya; es un monte alto se refiere al Xinantécatl— que tiene encima dos fuentes que por ninguna parte corren, el agua clarísima y ninguna cosa se cría en ella porque es frigidísima. Una de esas fuentes es profundísima, parecen gran cantidad de ofrendas en ella, y poco tiempo ha, yendo allí religioso a ver aquellas fuentes, hallaron que una ofrenda había sido recientemente ofrecida, de copal, papel y petates pequeñitos, que hacía muy poco que se habían ofrecido, y estaban dentro del agua, esto fue en el año de 1570 y uno de los que lo vieron fue el P. fray Diego de Mendoza, el cual era el presente Guardián de México y me contó lo que había visto”.
El texto refiere al siglo XVI, me lleva a recordar siglos después, en el siglo XIX, la ocasión que otro cronista admirable, como el cubano-mexicano y padre de las letras toluqueñas, José María Heredia y Heredia, que hace una crónica de su subida al volcán más querido por lugareños del Valle de Toluca. Cuenta Heredia al respecto en su crónica admirable y que se debe estudiar para entender lo que es vivir en el lugar la experiencia que se desea narrar, viviendo tiempo, circunstancias y revisando minuciosamente los detalles de las mismas; cito la crónica Viaje al nevado de Toluca. En la misma dice: El que quiera algo nuevo debajo del sol, suba a la cumbre de una verdadera montaña, dice un escritor moderno. Hace años que deseaba someter a la experiencia tal aserción, pero obstáculos del momento y sobre todo, la flojedad consiguiente a una salud débil y un periodo largo de vida sedentaria habían frustrado mis designios. Estaba el poeta cubano-mexicano a tres años de fallecer, cosa que acaecería el 7 de mayo de 1839. Ni a cumplir sus 36 años llegó este hombre que pasó por Toluca y nos dejó las tareas que podían hacer a la ciudad capital de los mexiquenses un lugar de educación, cultura y respeto a las normas jurídicas. La tuberculosis le había agarrado, así, literalmente, y fue motivo de su muerte en la pobreza, soledad de todo tipo de relaciones políticas, culturales y de carácter ideológico en ese México bárbaro que desde el 28 de septiembre de 1821 no había dejado de desangrarse por lucha de mantener las canonjías del pasado.
En medio de esas luchas quedó Heredia para su desgracia y la nuestra, que derivado de esa enfermedad murió joven siendo una inteligencia de gran capacidad creadora. La obra literaria hecha en Toluca cuando esta ciudad no tenía más de ocho mil habitantes es suficiente para entender el porqué, desde esta urbe toluqueña le designamos con todos los motivos como Padre de las letras toluqueñas, pues su obra como escritor, editor, periodista y poeta dejan huella en el quehacer desde las primeras décadas del siglo XIX.
Dice Heredia en su crónica: El Señor Sowkins, pintor inglés, me invitó el 1º. del corriente octubre a que le acompañara en su próxima expedición al nevado de Toluca, y un amigo complaciente y generoso allanó al punto las dificultades que sugería la pereza. A las cuatro de la tarde salimos para la hacienda del Veladero, situada a la falda oriental del volcán y distante cinco leguas de Toluca: Allí pasamos la noche, y recibimos las mayores atenciones de su administrador D. José Iniesta, a quien sirvió recomendarnos el Señor don José María Franco. El 2 de octubre a las seis de la mañana partimos acompañados por el Sr. Iniesta y tres o cuatro sirvientes. La subida al principio fue suave; pero muy luego su vuelve áspera la pendiente, prolongando sus vueltas y revueltas en un bosque de pinos gigantescos, al parecer intercambie. La lectura de esta crónica nos lleva a sus dos momentos más grandes y bellos que hubiera vivido Heredia, según su párrafo final de tal crónica: haber estado ante la grandeza de las Cataratas de El Niágara y, ante las lagunas del Sol y la Luna en nuestro volcán emblemático. No hay nadie que pueda huir a la presencia del Xinantécatl, el cual en los siglos pasados fue un portento de belleza siempre coronado por las nieves que han dejado de ser eternas por culpa de la sobrepoblación del Valle de Toluca y la polución de todo tipo de químicos que están en la atmósfera de este territorio antes tan limpio y transparente.
La investigación que hace Margarita sobre la etimología de Xinantécatl. Desde sus inicios tuvo diversidad que señala la Cronista: En su libro titulado El Volcán Xinantécatl. Toponimia (edición del Gobierno del Estado de México, 1959), el profesor Javier Romero Quiroz señala que Gaspar de Covarrubias fue el primer europeo que investigó la etimología del nombre del volcán. Covarrubias era Alcalde Mayor de las Minas de Temascaltepec y seguramente investigó no por interés propio, sino para enviar las respuestas recogidas y formar las estadísticas de Felipe II, rey de España. Gaspar de Covarrubias nos describe así el volcán Xinantécatl y proporciona la supuesta etimología de la manera siguiente: está en una sierra nevada, que todo el año tiene nieve a cuatro leguas y media del pueblo de Texcaltitlán a la parte septentrión, quien según su lengua le dicen Chicnaguitecatl que quiere decir “nueve cerros” porque los tiene a la redonda de sí. El estudio es prolífico nos cuenta Margarita y en ella tiene un papel especial el historiador y cronista Javier Romero Quiroz, siempre bien respetado por sus extensos estudios relacionados con la entidad y no sólo con la ciudad de Toluca.
Sí, los estudios del profesor son serios, señala Margarita: El profesor Romero Quiroz considera que ni Manuel de Olaguibel, ni Cecilio A. Robledo, ni el doctor y arqueólogo Antonio de Peñafiel, ni José María Payón, proporcionan el origen ni la etimología del volcán Xinantécatl. En su artículo la historiadora refiere al final: Posteriormente, y tomando en cuenta valiosas observaciones del historiador Lázaro Manuel Muñoz, don Javier Romero Quiroz llega a la siguiente conclusión: Podemos, por tanto, concluir opinando que el Volcán conocido como nevado de Toluca, lleva el nombre del dios murciélago Tzinacan, en náhuatl, Zortz, en maya, y posiblemente dicha deidad sea el anual del dios zapoteca Pitao Cosobi, ‘dios del maíz’ y del dios mixteco, Cohuy, también ‘dios del maíz’. Estudiar el valle de Toluca obliga a saber lenguas originarias, no se hace la historia o la crónica ignorando el pasado, eso enseñan los textos de investigación juiciosa que hace Margarita a través de su vida. Las culturas se amalgaman. Los españoles también recibieron el oro de las lenguas.