ELLA, CON SU NUDO GORDIANO
–A la cometa sin pabilo–
No, no se le puede sacar en procesión
Los celos me matarían
Con tal solo ver las miradas de tanto feligrés
Que la despojan por más sagrada que sea, no.
Ella es pura,
Lo dice la historia y está
bañada en oro de 24,
Flexible y más joven que nunca
Porque ese metal egipcio
le da una piel natural interminable
como si fabricara seda
con su saliva de colores
como una paleta de niños
inventora de la menta y de la mente
en todas sus frecuencias,
Como ella misma,
Resistente a todo
Y de nuevo, su cabello, que
Soporta con la dulzura de las Arqueras
Que pueblan su alma de buena puntería,
Y así, se extiende en cierto amarre,
En todos los nudos de su espíritu
Que quema al sol, para variar
Sin soportar ningún panegírico
Incluido el Nudo Gordiano efervescente
Que desata todos los días
Mitad víctima, mitad héroe y
Sin un Monte Taigeto,
Donde podría lanzar a gente que no son niños
Porque ella acepta a todos menos a los otros
Sobre todo, a esos cíclopes que guiñan el ojo con
El cinismo rancio para poder asesinarlos
Sin piedad, porque,
Ella puede con tan sólo
una mirada
Hacer los nudos de los franciscanos
Ajustando el sayal,
Con sus tres nudos de
Pobreza, Obediencia y Castidad
Y hacerlos felices para que no sientan su ausencia
O los cinco nudos que representan
Los cinco estigmas del rey de los judíos.
Y sucede su sonrisa
Ocurre, acontece, aparece
E ilumina hasta los días de la canícula efervescente
Porque sobran los testimonios
Que de seguro no podrán entrar en Roma,
Porque cuando ella toca a alguien con su mirada
El colapso es instantáneo
Desde el candor más sutil
hasta la más
Intensa velocidad sanguínea
Que suscita a cualquier mortal
Que pasaba por ahí.