Entre textos aztecas

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Sigamos con la imaginación de un hablante del castellano, que busca como gambusino el oro de las palabras ajenas. Es decir, de traductor no de lenguas modernas, sino de aquellas que son más antiguas que la propia cultura que habla el español en los últimos mil años. ¿Dónde las raíces del maya? ¿dónde las raíces del náhuatl? ¿dónde las raíces aztecas? ¿dónde las raíces del purépecha?… sí hemos nacido en este país, tendríamos que saber dónde está el origen del por qué soy como soy o por qué somos como somos. Buscar el gen que ha forjado este mestizaje al que José Vasconcelos calificó de un nuevo Ulises, un Ulises criollo resumiendo todo lo bueno de diversas culturas ante la idea de una raza pura.

Andar en otras lenguas abre la mente. Hacerlo con idiomas antiguos plantea nuevas realidades y un pasado sorprendente. La imaginación en pleno aparece, escribe Ángel María Garibay en restauración del Género Humano destruido, Ya los dioses se congregaron y dicen unos a otros: —¿Quién ha de habitar allá? ¡Los cielos se han estacionado: el señor de la tierra [Taltecuhtli] inmóvil está! / Se pusieron afligidos la diosa de falda de estrellas [Citlalicuel] y el dios de luz solar reluciente [Citlaltónac]; el que manda en las costas [Apantecuhtli], el que sale en lugar de otros [Tepanquisqui], el que da consistencia al mundo [Tlalmananqui], el que mueve la azada de labranza [Huictolinqui], el dios de plumas preciosas [Quetzalcoátl], y aquél de quien somos esclavos [Titlacahuan]. Como se puede ver había dioses y diosas para todos. De ahí la fuerza que tenían los sacerdotes por participar de cada dios en su momento o tener un ramo de dioses para su servicio, que no para los feligreses de aquellos tiempos. Tantos dioses, cientos de sacerdotes a su servicio y miles de fieles por un bando o por el otro, con el fin de mantener el statu quo en la paz social que se espera en el triunvirato de reyes-sacerdotes y militares. 

Los dioses representando cualidades o debilidades del espíritu humano. Para explicar lo que el bajo desarrollo de la ciencia tenía. Ciencia tomada en el sentido de la diferencia de aquellos tiempos con cualquier cultura: recordemos las rebeliones de los sacerdotes en Egipto cuando algún faraón tocaba sus dioses para convertir a la religión del politeísmo al monoteísmo. Cuando esto sucedió las revueltas azuzadas por los sacerdotes eran sangrientas e imparables aún por el ejército. Así que el mundo de los aztecas tenía un dominador real. ¿Qué papel jugaron los sacerdotes durante la conquista española en contra de los aztecas y sus aliados? La imaginación lleva a imaginar muchos mundos o ficciones que surgen de la riqueza intelectual de las culturas que se entretejían unas con otras. Y para acabarla de amolar llegan otros hombres, blancos y barbados con toda una serie de dioses, donde uno es el centro de todo: pero se divide en tres personas distintas. Mujeres y hombres convertidos en santos o vírgenes trastocan toda realidad religiosa que viene de legendarios tiempos del indigenismo.

De esas realidades nos iluminan el padre Garibay y el mayense Demetrio Sodi M. y nos piden que indaguemos más leyendo sus traducciones. Demetrio escribe: La palabra de Chilam Balam, sacerdote Maní / Cuando acabe la raíz del 13 Ahau Katún, / sucederá que verá el Itza. / Sucederá que verá allí en Tancah / la señal del Señor. Dios únicos. / Llegará. Se enseñará el madero asentado sobre los pueblos, / para que ilumine la tierra. / Señor: se acabó el consuelo, / se acabó la envidia, / porque este día ha llegado el portador de la señala. / ¡Oh Señor, su palabra vendrá a hundirse en los pueblos de la tierra! / Por el norte, por el oriente llegará el amo, / ¡Oh poderosos Itzamná! Ya viene a tu pueblo tu amo. ¡Oh Itzá! / Ya viene a iluminar tu pueblo. / Recibe a tus huéspedes, los barbados, / / los portadores de la señal de Dios. / Señor, buena es la palabra de Dios que viene a nosotros, el que viene a tu pueblo con palabras del día de la resurrección. / Por ello no habrá temor sobre la tierra. / Señor, Tú, Único Dios, el que nos creó, / ¿Es bueno el signo de la palabra divina? / Señor: el madero antiguo es substituido por el nuevo… De qué ‘Dios’ nos habla el traductor, de que ‘Dios’ nos hablan los mayas ya de Yucatán o ya de Guatemala.

‘Dios’ con mayúscula para los cristianos es Jesucristo, su Padre y el Espíritu Santo. Los demás dioses de las demás religiones vienen en minúscula: ‘dios’. Igual es para nombra al ‘Señor’ cuando se habla de Cristo, y para los demás sólo ‘señor’ en minúscula. Me pregunto por qué en los textos mayas con facilidad se habla del ‘Señor’ y de ‘Dios’ con la mayúscula a que estamos acostumbrados los mestizos al paso de la colonización española en América. Religiones politeístas y monoteístas, son el terreno fértil en el que conviven las dos culturas más importantes de los nuevos tiempos indígenas. Otros, más antiguos lo son el mundo de olmecas y toltecas, pero igual en esas grandes culturas las presencias de dioses, muchos dioses, es el mejor camino para quedar bien con todos. Para tener espacios clientelares, facciones o sectas con las cuales convivir de manera religiosa, pero dentro de una cierta civilidad que impusiera normas a tribus guerreras, que comenzaron siendo cazadores de animales para comer, y terminaron cazando a sus vecinos para dominarlos cuando el brazo era más fuerte que el de ellos. Por eso fue odiada y querida la cultura azteca, por su terrible poder de destrucción y deseo de conquista de sus alrededores.

Textos para todos los momentos de la vida en las culturas indígenas son prueba de que realidad, necesidad e imaginación iban de la mano, escribe el padre Garibay: Hallazgo de los Sustentos. De nuevo los dioses dicen: / —¿Qué van a comer los hombres? ¡Andan buscando alimentos! / Ya va a tomar la hormiga roja los granos de Maíz al monte de los sustentos. Se encontró con Quetzalcóatl y él le dijo: —¿En qué lugar fuiste a coger esos granos? ¡Dímelo por favor! / Ella no quería decirlo: porfío él a preguntarlo. Y por fin le dijo ella: —¡Allá en el Monte de los sustentos! Y la hormiga lo conduce allá. Quetzalcóatl se trocó en hormiga negra. Lo va acompañando a la otra y entra al Monte de los sustentos. / ya los dos juntos transportan y ponen en la orilla de la montaña los granos de maíz. Luego los llevan a Tamoanchan [tierra de la vida nueva]. / Los mordisquearon los dioses. En nuestros labios pusieron y con esos fuimos creciendo. El alimento, uno de los tres sustentos principales del hombre en sus primeros siglos de vida: vivienda, vestido y alimento. Largo camino para tener lo suyo, aún obligados a quitárselos a los dioses o semidioses, que deseaban todo para ellos, aún la vida de los que viviendo en tierra deseaban todo para ellos sin ser dioses.  

Los alimentos, cuenta el padre Ángel María: Dicen entonces [los dioses]: / ¿Qué hacer con el Monte de los sustentos? / Lo ato con cuerdas, pero no pudo levantarlo. / Con los granos de maíz echa suertes Oxomoco y su esposa Cipactónal empieza a leer destinos. / Y los dos dijeron juntos: / —Lo ha de quebrantar el dios llagado [Nanáhuatl]. Y ellos echaban sus suertes. / Pero llegaron todos los dioses de tierra y lluvia [Tlaloque]: / Dioses azules, cual cielo, dioses blancos; dioses amarillos; dioses rojos. Hicieron un montón de tierra. Y se llevaron los dioses de la tierra y de la lluvia [Tlaloque], todos los sustentos: maíz blanco, maíz amarillo, la caña de maíz verde; maíz negruzco, y el frijol, los bledos, la chía, la chicalota… ¡Todo lo que es sustento nuestro fue arrebatado por los dioses de la lluvia! La pelea por el alimento, que en la imaginación metafísica de los habitantes del altiplano aparecían por sí solos, alimentos por todas partes, sin tomar conciencia que mucho era resultado de la laboriosidad de los pueblos. 

De los hombres y mujeres, que al principio se hicieron cazadores y, después, comenzaron a crear la agricultura: como creación del alimento que ya no tiene que ir a buscar territorios lejanos y peligrosos. En todo estaban los dioses —tal y como sucede en la mitología griega—, sólo que acá los dioses son expresiones de la naturaleza con ruda o serena conciencia humana. Al revisar investigaciones de Garibay y Sodi, encontramos que el vuelo de la imaginación está presente: es decir, se ha creado la literatura, junto a teología de dioses y seres, cuya fantasía no tiene fin ni comienzo. Aprender de estos textos es ir por los senderos del verdadero México antiguo.