+Ernesto Sábato a 13 años de su muerte; su desencuentro con Borges, su actividad como pintor; la visita a su casa en Santos Lugares, en Argentina
La frase:
¿Para qué tanto lío si hemos de morir y de esto no quedará ni un verso sencillo?
POR BORGES Y SÁBATO, QUE NO SE QUISIERON
UN RECUERDO PARA ERNESTO ROQUE SÁBATO FERRARO
Conocí a Ernesto Roque Sábato Ferraro en julio de 1975 durante una conferencia que dictó en el Museo Virreinal de la ciudad de México, recién había publicado casi un año atrás, 1974, lo que fue su tercera novela Abbadón el exterminador, en donde se incluye asimismo como personaje principal y retoma personajes que habían aparecido en su anterior novela Sobre héroes y tumbas, 1961. Esta novela le mereció el premio de la Sociedad Argentina de Escritores y el premio a la mejor novela extranjera en París y el premio Medici en Italia.
Sábato murió el 30 de abril del año 2011, a punto de cumplir 100 años, ya que vio la luz primera el 24 de junio de 1911. Ahora, se da la coincidencia con los años en que fue publicando su narrativa. Es decir, se cumplen 13 años, número cabalístico para él, sin encontrar explicación alguna o algo que se semejara a la lógica o coincidencias forzadas. Su primer texto novelístico El túnel, se publicó en 1948.
Aunque ya había dado a conocer otro tipo de escritos, su primera novela salió a la luz pública en 1948 llamada El túnel; la segunda Sobre héroes y tumbas en 1961 y la tercera Abbadón el exterminador, en 1974. Si se hacen cuentas, Sábato publicó una novela cada 13 años como decíamos líneas arriba.
Reacio a las entrevistas, primero me aceptó una fotografía con él, tomada por mi esposa Rosa María. Segundo, me contestó después del evento al que acudió un par de preguntas.
Tomé en cuenta que sus estudios fueron de Físico-matemático, pero también ejerció la escritura y la pintura, por ello le pregunté cuál de los dos géneros era el que más le llenaba como ser humano.
Me contestó:
Los dos géneros, aunque la pintura es más sana y me calma más, porque si te das cuenta el arte surge del inconsciente y se manifiesta con imágenes, podría decir que los sueños profundos son como el cine en su época muda y la pintura te puede trasladar de inmediato a esa imagen, en tanto que en la literatura hay que expresarlo con palabras.
De su relación con Jorge Luis Borges me dijo:
Conocí personalmente a Borges a través de don Pedro Henríquez Ureña, quien fue mi profesor de lenguaje en el primer año del secundario. Años después me pidió a través de un amigo, si quería escribir en la revista Sur ahí vi por vez primera a Borges, mantuvimos una relación, hasta que nos separó un problema de tipo moral, aunque los dos éramos escritores antiperonistas, era un gran maestro del idioma como en su tiempo fue Quevedo”.
SÁBATO Y SUS NOVELAS
Sábato fue el 10º de 11 hijos y nació poco después de la muerte del que fue su noveno hermano llamado Ernesto José, a quien en familia le llamaban Ernestito y él tomó el nombre de Ernesto por decisión de sus padres Francesco María Sábato y Giovannina Ferraro.
Además de escritor y pintor Sábato era doctor en Ciencias Físicas-matemáticas por la Universidad Nacional de la Plata. Trabajó en el laboratorio Curie en París, posteriormente en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, tras lo cual regresó a su natal Argentina en 1940.
En su primer trabajo en los laboratorios Curie dijo encontrarse vacío de sentido y en el caso del Tecnológico de Massachusetts afirmó que trabajó en observatorios astronómicos que están llenos de neuróticos.
Fue en la revista Sur, después de muchos rechazos en las editoriales de la época, en que logró publicar El túnel, una novela psicológica, según afirmaron los críticos de la época y narrada en primera persona. Una de las críticas más positivas fue la de Albert Camus, quien logró que novela de Sábato fuese traducida al francés por editorial Gallimard.
Sobre héroes y tumbas, segunda novela publicada en 1961 misma que fue salvada del fuego –de niño fue casi pirómano– por su esposa Matilde quien lo convenció de que debía publicarse en seis años se habían vendido 120,000 ejemplares, dicha novela de valió el título de Chevalier des Arts et des Lettres, orden que fue instituida por André Malraux.
De esta novela su hijo Mario Sábato realizó una película basada en Informe sobre ciegos, pequeña novela que se incluye o se fusiona con el tema preponderante de Sobre héroes y tumbas, sólo que esta ocurre en las profundidades de Buenos Aires, la ciudad de todos.
Llegó a definirse como un simple escritor que ha vivido atormentado por los problemas de su tiempo, en particular por los de su nación. Y es que al retiro de su actividad de autor, por prescripción médica, se dedicó a la pintura; sin embargo, el entonces presidente Raúl Alfonsín le pidió presidir la Comisión Nacional Sobre la Desaparición de Personas, cuya investigación publicó en su libro Nunca más, lo que abrió las puertas para el juicio a las juntas militares de la dictadura de 1985, cuyo tema principal se plasmó el año pasado en la película de Ricardo Darín, Argentina 1985 que fue nominada al Oscar y que dejó de lado la labor Sábato, que nunca fue mencionado en la película.
En el año de 1995 en un accidente automovilístico murió su hijo Jorge Federico. Dos años después recibió XI Premio Internacional Menéndez Pelayo por parte de la Universidad que lleva el mismo nombre y el 30 de septiembre de 1998 falleció su esposa, Matilde Kusminsky Richter, el 4 de junio del año 2000 presentó sus memorias bajo el título de Antes del fin y posteriormente otro texto denominado La resistencia en la página de Internet del diario Clarín lo que lo convirtió en el primer escritor de lengua española en publicar un libro gratuitamente en Internet antes que en papel.
En el año 2004 recibió un cálido homenaje por parte del 3er Congreso Internacional de la Lengua Española en presencia de la entonces presidenta de Argentina Cristina Fernández de Kirchner y del escritor portugués José Saramago y fue propuesto por tercera vez como candidato al Premio Nobel de literatura en el año 2009.
Sábato fue la conciencia política contra la dictadura.
SU CASA EN SANTOS LUGARES
Antes de ser remodelada para que pudiera ser visitada, como fueron sus últimos deseos, en forma gratuita por todos quienes lo leyeron y los ciudadanos también, con el fin de compartir su legado, visité la casa de Ernesto Sábato ubicada en Saverio Langeri al 3135 en Santos Lugares.
La casa fue un verdadero foco cultural, que ha renovado ese espíritu con la remodelación que incluye una narración en voz del propio Sábato con imágenes y palabras.
En esa casa vivió desde 1945 en compañía de su mujer Matilde y ahí se crearon sus hijos. Logré obtener dos fotografías de cómo se desempeñaba en dicho hogar, en donde escribió sus libros y muchos artículos. Murió a los 99 años de edad y fue homenajeado, casi de inmediato en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.
Su libro vivencial denominado Antes del fin inicia así:
Me llamo Ernesto, porque cuando nací, el 24 de junio de 1911, día del nacimiento de San Juan Bautista, acababa de morir el otro Ernesto, al que, aún en su vejez, mi madre siguió llamando Ernestito, porque murió siendo una criatura. “Aquel niño no era para este mundo”, decía. Creo que nunca la vi llorar –tan estoica y valiente fue a lo largo de su vida– pero, seguramente, lo haya hecho a solas. Y tenía 90 años cuando mencionó, por última vez con sus ojos humedecidos, al remoto Ernestito. Lo que prueba que los años, las desdichas, las desilusiones, lejos de facilitar el olvido, como se suele creer, tristemente lo refuerzan.