ÉXODO AL ABISMO

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ES ESPANTOSO QUE GENTE TAN IGNORANTE TENGA TANTA INFLUENCIA. GEORGE ORWELL

 

 

Cuando se encienden los fanales de los líderes populistas, es señal de que el sol no va a salir, México vivirá una larga noche, ojalá que al menos, valoremos las estrellas.

Toda mediocridad en la política lleva a la hipocresía en el carácter y en la vida. El voto fue polvo y en polvo se convirtió. Se podrán robar todos los muebles, pero no permitamos que se roben la casa que es de todos no sólo de unos cuantos inyectados de inmediatez y ajenos a la reflexión profunda de largo aliento.

Veamos las pinceladas en lugar del cuadro completo y ahí, encontraremos las respuestas a lo que se nos vendrá. Digo, siempre y cuando, no seamos de las personas que están más a gusto en la mentira ajena que en la propia verdad.

Desde hace medio siglo, los populistas han aprovechado los vientos a favor de su movimiento social para adaptarse en cada momento a las demandas sociales y culturales de la mayoría, cual río que busca su propio cause a pesar de lo accidentado del terreno. A su éxito ha contribuido el hecho de que los partidos de oposición al oficialismo, presos de su militancia confundida, desanimada y  languideciente, de su ideología trasnochada y manoseada; y de sus estrategias mercenarias, no han comprendido, ni mucho menos les interesa, analizar los motivos de fondo de ese descontento. Para ellos, su diana es sólo el cargo y el fardo.

Antes para reírnos de los políticos, íbamos a las carpas, a los teatros de revista, ahora en cambio, los elencos de payasos, cómicos, imitadores y demás actores del espectáculo barato y anodino, se han asentado en las máximas tribunas de los tres poderes del estado, solo que ahora, no nos causan risa, nos provocan lágrimas de rabia y de impotencia.

¿Qué diría el poeta, político liberal y escritor mexicano Juan de Dios Pesa al ver a sus compatriotas como felices actores de reparto de su famoso poema REÍR LLORANDO?

 

El poema de quien fuera el alumno favorito de Ignacio Ramírez “El Nigromante”, es una magnífica obra que explora de manera profunda y conmovedora la complejidad de las emociones humanas. A través de sus versos, se adentra en la dualidad de la risa y el llanto, demostrando cómo a veces estas dos expresiones emocionales pueden coincidir en un mismo instante.

Desde que inicia el poema, el autor nos sumerge en una escena donde un hombre recuerda alegres momentos del pasado, pero su corazón está lleno de tristeza. Esta contradicción entre lo externo y lo interno, entre la risa aparente y el llanto real, es el centro de la reflexión de Pesa.

La obra destaca la capacidad humana de ocultar nuestros verdaderos sentimientos detrás de una sonrisa; a veces, para protegernos a nosotros mismos o para no preocupar a los demás. Sin embargo, el poema nos advierte sobre el peligro de reprimir nuestras emociones, ya que el dolor acumulado puede alcanzar un punto en el que la risa ya no sea suficiente para enmascarar el sufrimiento.

A lo largo de sus estrofas, «Reír Llorando» nos invita a reflexionar sobre la autenticidad emocional y nos recuerda la importancia de expresar nuestros sentimientos de manera genuina. La obra sugiere que la verdadera liberación emocional surge cuando somos capaces de aceptar y enfrentar nuestras tristezas, permitiéndonos así encontrar una catarsis sanadora y transformadora.

“Reír Llorando», fue el poema favorito de Don Rubén Vargas, mi suegro, disfruté escuchando declamarlo en varios momentos, con tal emoción, que lo llevaba a las lágrimas, éste poema atemporal nos invita a explorar nuestra propia complejidad emocional y a abrazar la vulnerabilidad que yace en nuestro interior. A través de su poesía, nos enseña que la risa y el llanto son dos caras de una misma moneda, que juntas nos ayudan a navegar por las aguas turbulentas de la existencia humana.

Vienen épocas en la que la resiliencia y la unidad de los mexicanos, será crucial para que siga ondeando nuestra enseña nacional, símbolo de orgullo e identidad nacional que refleja la historia, la cultura y los valores de nuestro país. A través de sus colores y su escudo, nuestra bandera representa la diversidad, la unidad y la rica herencia de México, recordándonos  la importancia de la libertad, la paz y la justicia en la construcción de un mejor futuro para las generaciones venideras.