Frutillas

Views: 749

El olor se podía percibir desde la sala. De un lado a otro volaban las pequeñas moscas pardas de la fruta en descomposición. Se pudrieron las fresas, y con ellas, un poco de esperanza, ahí están en la cocina fría, vacía.

Están débiles, agrias, rojas de carne. Se pudrieron las fresas y con ellas el corazón; poco a poco, corroídas por el dolor, como la humedad carcome todo, expandiéndose, dejando una mancha amorfa.

Se pudrieron las fresas y con ellas la confianza; que se va burlándose de la ingenuidad, que, de mentira tras mentira, se extingue en cada mirada.

Se pudrieron las fresas mi amiga, se pudrieron, están desechas, olorosas las carajas ¡Hablen!, digan qué se siente ofrecerse a las moscas, ¿para quién era su dulzura? ¿Quién las abandonó? Un mal intencionado juego de paciencia. Una efímera simpatía. Nada es para siempre mi amiga.

Casi extintas como el recuerdo tan poderoso de nuestro encuentro. Ahí yacen, en las últimas, junto a la pasión de nuestros besos, las caricias y la obscuridad. Se siente su agonía, de falta de amor, de aires de ironía. Se van, sin la música que tiene mi sonrisa, se van sin mis palabras que acarician. Se fermentan, huyen, con la intención solitaria de tenerme a tu lado sin sentido, se van, faltas de aliento, dan el último suspiro sobre esta mesa ¿Existe alguna forma de salvarlas? ¿Tendré que dejarlas ir? No sé cómo

Se pudren mi amigo, basta con mirarlas. Se te olvidó que las tenías, cuando las viste te enamoraste tanto que las llevaste a tu casa. Tuviste que olvidarlas, porque tienes tantas cosas en qué pensar mi amigo. Soñaste lo que podrías hacer con ellas, probaste un poco, una vez, dos veces, tal vez tres, pero tenías más tiempo. Y ahí se quedaron, luchando en silencio por tu atención, ¿qué más podían hacer?

Se van las fresas al suelo de donde vinieron, a rehacer su vida, a comenzar de cero, a sentir la energía nueva, absorber las aguas de otros manantiales. Vayan, vayan a mirar cosas distintas, a sentir las inclemencias, a escuchar el canto de otras aves libres, a rendirse ante las intenciones más puras, más reales, vayan y crezcan, enamoren, antes de ser devoradas una, y otra, y otra vez.