HOMENAJE AL HECHIZO
Ella es un cascabel dormido
Que tapa sus huecos para no sonar
Cuando danza, es decir, cuando camina
Se escucha ese cascabel cuando te mira
De frente o de reojo, de arriba hacia abajo
O de izquierda a derecha
O cuando lanza cual lanza llamas su mirada 43
Que te abriga o te quema
Ella tiene la saliva de colores
Con sabores ancestrales y sabores dulces secos
Altísimamente peligrosos
Como tomar agua de mar para saciar la sed
Su inteligencia es el metrónomo de un músico
El escalpelo de un cirujano
El teodolito de un topógrafo
El rosario en las manos de un fallecido feliz
Su inteligencia canturrea, gruñe y santifica
Y su sonrisa, ese pequeño Gran espectáculo
Que está en los museos la lanza y mata,
Mata de gozo y de contagio y de festín y de gloria y de ataque y de ternura y de todas las íes de la risa,
porque las maneja como timón de viejo marinero ante cualquier tormenta, y lo sabe, en su corazón que contiene
La Rosa de los Vientos, porque agotadas ya las palabras,
quizá sólo quede inventarlas,
Cabría decir
Que es un ángel rojo de sangre
Un jocker en los naipes, que todo lo puede
Un asterisco,
Una llamada de atención a la esencia de una metáfora,
El último sorbo de café antes de salir a escena,
El rastrillar antes del esgrima de voces en pro de cualquier causa,
utópica o no, según el menú
Mientras tanto sube y sube y en su elevación la veo feliz, alada, contrita
Guiñando un ojo con sus capas y botas
O sus vestidos de verano que como velas marinas hace que se la lleve
El viento
Y por aquí, jugando a la alta precisión del secreto
De lo hermético
De lo clandestino
Que ya entró en la recta final
Para conquistar ese territorio sin nombre
Conociendo sin ser pitoniso
Todo lo que va a pasar,
Y es tan bueno, como ella,
Simplemente.