HOY SALGO A LA CALLE
(Por cualquiera de las dos puertas)
Me gusta esa canción sepia
en el arpa
que ataca seria y tierna
hasta que me despierta todos los días
Incluidos los años y décadas prodigiosas
A esa misma hora natural
Como mi almohada solidaria
Con el Café quemado y solo
que me abre la piel de los ojos
para saltar de este catre
Ese catre con resortes aceitados
Para que no rechine
Ni me sienta
Como si alguien me escuchara
Sin esperar que venga
Ese llorar solo y a oscuras de la mañana
Porque mi ventana está dibujada en ese muro
De mi celda de luz blanca
Eterna, eterna, eterna
Porque recuerdo ya que no hay
Las películas, libros, los telones,
los lienzos que ya no
Volveré a ver
Más, como
el recuerdo de tu cuerpo
Al que yo refrescaba y abrigaba
Con abrazos a la carta
A pesar de
Los túneles y las cataratas y los pozos
Y los acantilados y las quebradas
Santas y negras de mis ideas
Que taladran al triángulo más suave de la orquesta
Y es que extraño tanto tu estar
El número 22, las sonrisas de mantequilla
tus llaveros tecnológicos
Los autos de alta gama sin timón y
que nunca me comprendieron
Y los perros que me odiaron
Desde el tobillo hasta el cuello
Y Paco el gato con bandoneón en su ronroneo
Que me amó como el único
De todos los seres
De todas las palabras
De toda esa historia de gemidos
Con encendedores, agujas y unos
Y encajes y escotes y licras
Como tules finos y corrientes
Y nuevamente yo
Con los silencios de tu piel tibia
Que hervía con un beso largo
En ese alargar
De la fábrica de consuelos
De la cabeza mía que se está
Quemando, porque a sabiendas que no sé
Que haré
hoy es el último
Día de mi cadena perpetua
Y ni su maullido ni tu sonrisa me esperan
Y me siento y siento
como esa arpa, única, perfecta,
pero
sin
tus manos.