IGUALDAD Y EQUIDAD

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Equidad según la RAE (Real Academia Española) Bondadosa templanza habitual, propensión a dejarse guiar, o a fallar, por el sentimiento del deber o de la conciencia, más bien que por las prescripciones rigurosas de la justicia o por el texto terminante de la ley.

Igualdad según la RAE (Real Academia Española) 1. f. Conformidad de algo con otra cosa en naturaleza, forma, calidad o cantidad. 2. f. Correspondencia y proporción que resulta de muchas partes que uniformemente componen un todo. 3. f. Principio que reconoce la equiparación de todos los ciudadanos en derechos y obligaciones.

Qué interesante que en ambas definiciones intervenga de forma tan clara la voluntad y el carácter, es decir no por un acto fortuito sino por la única motivación de dejar ser.

Al centro de toda definición en cuanto a equidad e igualdad se refiere, están los valores sociales, así como los principios éticos y morales, principios que sustentan el corazón de la humanidad misma.

“La igualdad ante la ley no es un hecho sino una exigencia política basada en una decisión moral. Y es totalmente independiente de la teoría – probablemente falsa – de que todos los hombres nacen iguales.” KARL RAIMUND POPPER

“La primera obligación de la igualdad es la equidad.” VICTOR HUGO

El caso del partido de béisbol

“Para ver claramente las diferencias entre igualdad y equidad, vamos a poner como ejemplo gráfico una imagen que se ha popularizado mucho en los últimos años, la cual permite comprender muy rápidamente estas dos ideas y en qué se diferencian. La imagen, popularizada por las redes sociales, es la de tres personas con distintas alturas que intentan ver un partido de béisbol detrás de una valla. Hay una persona alta, una persona de estatura mediana y una de estatura pequeña.

De primeras, y sin tener ningún tipo de ayuda ni apoyo, la única persona que consigue ver el partido es la alta, dado que su altura supera a la de la valla. La persona mediana tiene dificultades y tiene que ponerse de puntillas para poder captar algo, aunque no lo consigue. La más desafortunada es la persona baja, dado que ni de puntillas puede ver nada del partido. Esta primera situación representa la injusticia social cuando no se interviene.

Acto seguido, tenemos una imagen que trata de representar la igualdad. Alguien les ha dado a estas tres personas tres cajas de madera iguales, una para que cada una de ellas se ponga encima. La persona alta ahora está todavía más por encima de la altura de la valla, mientras que la mediana por fin consigue ver bien el partido. Lamentablemente, la persona baja, aunque se ha puesto encima de su caja, no consigue ver nada: no se le ha dado suficiente como para poder estar a la misma altura, pese a que el trato ha sido igualitario.

Finalmente, tenemos la imagen que representa la equidad. En este caso se tienen en cuenta que las tres personas no son iguales, aunque tienen el mismo derecho a ver el partido. Para conseguir que lo puedan ver se reparten cajas, pero no tocan a una para cada una. La persona alta no necesita ninguna caja, dado que ya ve el partido sin ayuda. La persona mediana va a necesitar una caja para poderlo ver, pero la persona baja necesita dos cajas para conseguirlo.

Ahora las tres personas pueden disfrutar del partido porque se han puesto a la misma altura. Cierto que el reparto de cajas no ha sido el mismo, porque a uno le ha tocado más cajas que a los otros dos. Sin embargo, dado que el resultado es el mismo, que las tres personas puedan ver el partido estando en la misma altura, se trata de una medida que contribuye a la justicia social, dado que todos reciben el mismo derecho, en este caso ver el partido de béisbol.

En base a este ejemplo, podemos entender que la principal diferencia entre igualdad y equidad es que la primera implica impartir justicia a todos los ciudadanos de manera uniforme, mientras que la segunda se pretende dar un trato justo a todo el mundo, pero teniendo en cuenta sus diferencias y situaciones excepcionales. En la equidad no se compromete el sentido de imparcialidad, pero sí que se comprende que no todo el mundo ha nacido igual y, por tanto, un trato demasiado igualitario implicaría injusticia social.” (Fuente: Cultura inquieta, escrito por: Nahum Montagud Rubio)

El apóstol Pablo decía que “ante Dios todas las personas son iguales.”

Y Santiago el apóstol por su parte, hablando de la equidad decía lo siguiente:

“Puede darse el caso de que al lugar donde ustedes se reúnen llegue alguien vestido con ropa elegante y con anillos de oro, y llegue también un pobre vestido con ropa andrajosa. Si ustedes reciben gustosos al que viste la ropa elegante, y le dicen: «Venga usted, siéntese aquí, que es un buen lugar», pero al pobre le dicen: «Tú, quédate allá de pie, o siéntate en el suelo», ¿acaso no están discriminando entre ustedes y haciendo juicios malintencionados?

Hablando de valores, ningún valor es mayor que el otro, cada uno en su momento construye y aporta una guía de vida diaria, para la sana convivencia y el bien común.

Cada uno, en términos de la ética y la moral, instruyen lo que es bueno o malo, correcto o incorrecto y hablando de los valores que en esta ocasión nos ocupan: Equidad e igualdad, entendemos que para que exista verdadera igualdad, necesariamente debemos construir las condiciones necesarias para que se dé la equidad social.

 “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer, sino que todos ustedes son uno en Cristo Jesús.” Apóstol Pablo.