Imaginar el origen
Parece que estamos leyendo mitología griega, cuando leo lo siguiente: Sigue luego una sucesión de imágenes sobrenaturales que describe las prodigiosas tareas emprendidas por Nuevo Viento y cuyo conjunto forma el relato más completo de las acciones de un héroe cultural que registran los antiguos mitos cosmogónicos. Dice el códice que Nueve Viento nació el año 10 Casa, día Viento, de este Gran Pedernal. Otras 16 imágenes describen las múltiples cualidades que adornan a este héroe portentoso. Entre los muchos títulos que se le atribuyen sobresale los del Señor de jade, Señor Sacrificador. Señor Conquistador, Señor que sabe palabras hermosas. Señor de cuyo pecho brotan cantos, Señor que escribe con tinta la roja y negra, Señor que carga el Ñuhu [la deidad] en su pecho.
Lecturas por el país dicen de la riqueza cultural y literaria que convoca a reconocer la presencia y fortuna de quiénes siendo originarios, dejan muestra que logran que la imaginación alcance su nivel más alto. Cuenta Florescano: Luego el códice ofrece la imagen etérea de Nueve Viento descendiendo con majestad del cielo a la tierra por una abertura en el techo de la bóveda celeste. Una cuerda preciosa que se desprende de esa abertura hace las veces de escalera, y por ella baja el dios vestido con sus magníficos atavíos, empuñando un rollo de papel y cargando el bastón de Mando. Largos tiempos, extendidos en el espacio territorial y en la rueda que gira y gira por diversos lugares de nuestra antigua nación. Si así lo puedo llamar, se expresa la riqueza de aquellos que tenían diversas formas para mantener las relaciones entre gobernantes y gobernados.
No se vivía al día, ya no más. Ahora la inquietud tiene que ver con la cuestión de saber cuál es el origen de la tribu, de la pandilla, del grupo y etnia. En el Códice de Viena dice: El origen de los hombres y mujeres mixtecos. Una vez ordenados los distintos ámbitos del cosmos y dotada la tierra de sus atributos germinales, el códice relata la aparición de los primeros seres humanos. Este es asimismo un acto presidido por Nueve Viento y dominada por la imagen de un gran árbol de cuya abertura en la parte superior brota una nueva humanidad. El códice enumera a 51 personajes nacidos de ese árbol genésico. La parte central de esta sección se concentra en la descripción de los personajes nobles que fundan las dinastías mixtecas. Dar vuelta al gozo del conocimiento, siguiendo la huella de los mayas, y en ese recorrido del territorio del sureste hacia el centro de Mesoamérica, pasar por el Estado que es un país por sí solo: Oaxaca y la presencia de los mixtecos. Cultura fundamental para comprender grandeza de mexicanos en tiempos de su pasado indígena, y que en la capital oaxaqueña se crea durante la Colonia Española, una ciudad de los milagros por su belleza labrada en cantera verde. Monte Albán y ciudad de Oaxaca dos joyas deslumbrantes.
Un solo códice o libro de estas culturas basta para comprender la riqueza cultural de tales pueblos. Cuenta Florescano: El Códice de Viena le asigna un lugar importante a la ceremonia del Fuego Nuevo y pinta a Nueve Viento como actor principal de la primera ceremonia del Fuego Nuevo, celebrada en el año 6 Conejo, día 3 Lagarto. Este acontecimiento es seguido por otra ceremonia, en la cual Nueve Viento ejecuta el rito de perforarle las orejas a los señores (un procedimiento para ascenderlos en rango) y luego otorga título a un grupo de 44 personajes en el pueblo de Apoala. Cito al historiador Enrique Florescano, en otro de sus bellos libros titulado Imagen del cuerpo en Mesoamérica (5510 a.C.- 1521 d.C.) publicado por el Fondo de Cultura Económica en recientes años. En el capítulo cuyo título dice: VII. Cuerpo, representación e imagen en los mayas (200-950 d.C.) Con los mayas de la época Clásica se inicia otra etapa en las formas de ver, trazar, esculpir y modelar el cuerpo humano. También se modifica la manera de descifrarlo y entenderlo. Este cambio se debe a la escritura. La lectura y el desciframiento de los glifos mayas comenzó hace tiempo, pero el conocimiento acelerado de su sintaxis y su gramática y estructura se aceleró desde la década de 1980. No debe espantar que muchos de los conocimientos sobre nuestro pasado se encuentren en las últimas décadas del siglo XX. Bien vemos cómo es que Carlos Basauri señala a Los indios como algo que todavía es diferente a él mismo. Los estudios antropológicos de 1940 tienen ese aspecto de estar estudiando algo que es ajeno, y en su diversidad puede tener multitud de defectos y quizá algunas fortalezas. Defectos del que estudia en sentido antropológico. De inicio con ese error de ver al Otro como un ser extraño y diferente. Cuando voz que viene de hace mil años en territorio que poblamos los mexicanos, es una sola cosa, solo que diversa. Al paso del tiempo los antropólogos se han hecho más humanos y más cercanos a diferencias de lo moderno, con respecto al indígena. Entender que es en respeto al pasado que se debe hacer juicios sobre ellos. Saber que su cultura es mucho más antigua que la que tenemos los mestizos de este siglo.
Igual que Viento Nueve se convierte dentro de los mixtecos en un ser extraordinario, en las culturas de todo el planeta este tipo de seres surgen al parecer de la nada, pero en realidad lo hacen, desde aquellas experiencias que vienen de los hombres cazadores, que sí, ciertamente, tuvieron que enfrentar hechos muchas veces alucinantes; ante cosas extrañas que a cada paso encontraban en su realidad que era un misterio, tanto de día como de noche. Misterio lo era, el encontrarse de pronto ante animales cuyas características rebasaban la altura y fuerza del cazador; aunque fuera en grupo parecían enanitos, hormigas, tratando de matar al mastodonte. Sí, cada paso en el estudio de restos prehispánicos, son prueba de que otro mundo era aquél en el que el hombre y la mujer se daban cuenta de sus diferencias físicas y mentales. Había necesidad de explicarlo en un lenguaje que era mágico y mágicas sus palabras, que iban una a una tratando de decir, cómo es que la raza humana entre los Mayas, Mixtecos, Nahuas y K’Iche’ provenientes de tierras altas de Guatemala resumían inquietudes cotidianas y de extrañas apariciones. En su libro Imagen del cuerpo en Mesoamérica (5510 a.C.- 1521 d.C.), Florescano escribe: Las culturas del Preclásico Tardío (300 a.C.-200 d.C.) anticiparon la escritura jeroglífica, como se ha constatado entre los olmecas y los mayas. Pero en la época clásica (200-900 d. C.) los mayas desarrollaron una civilización letrada que en distintos momentos convivió con la de los zapotecos, teotihuacanos, mixtecos, toltecas, y más tarde, con la de los nahuas del Altiplano central. La escritura proporcionó a los gobernantes un código de identidad unificador y un instrumento idóneo para comunicar el mensaje a distintos públicos.
Nombres de culturas que hoy dan orgullo, y dicen que el pasado está presente en sus aportaciones: hechos y obras que prueban la grandeza de ese pasado que muchas veces negamos, por ignorantes o por que no comprendemos que ellos están de manera objetiva en sus muestras. La sola visita al estado de Oaxaca nos hace andar en el pasado cual si el presente les cobijara sin permitir su olvido. Dice una cosa cierta Florescano, al estudiar el Códice de Viena y los otros que son parte de una misma geografía cultural. En su libro de Imagen del Cuerpo… Por su carácter de medio de comunicación visual, la escritura hermanó ese lenguaje con la imagen, el medio anterior a ella. Con esa compañía labró una alianza común que extendió el conocimiento más allá de donde nació el texto. Los mayas le otorgaron a la escritura y a la imagen un significado sobrenatural, pues consideraron que era una creación divina. Lección de vida. Lección para comprender que es en la escritura y la imagen donde lo humano se reencuentra para forjar una voz cuyo espíritu es la trascendencia.