Inteligencia artificial, aliada de la salud mental

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La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en una aliada en el campo de la salud mental, al ampliar el acceso a terapias y personalizar tratamientos psicológicos a través de chatbots de apoyo emocional y plataformas de monitoreo, esta tecnología transforma la atención psicológica y contribuye a que más personas reciban acompañamiento oportuno.

Ese fue el eje de la conferencia impartida por el doctor Chaehan So en la Casa Rafael Galván de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), donde se examinó el impacto de la IA en la psicología y el bienestar emocional. El encuentro buscó reflexionar sobre la manera en que las herramientas tecnológicas complementan o modifican los enfoques tradicionales, así como sus implicaciones éticas.

El especialista surcoreano, profesor, investigador y emprendedor en el campo del diseño de interacción y la inteligencia artificial, subrayó que la aplicación de estas tecnologías debe realizarse con responsabilidad y criterios éticos. Detalló que el avance digital no debe desplazar la interacción humana, sino reforzarla dentro del ámbito terapéutico.

Resaltó la importancia de crear una colaboración constante entre psicólogos e ingenieros para diseñar instrumentos que favorezcan el bienestar de los usuarios sin comprometer su equilibrio emocional. Señaló que su trabajo combina los principios de la psicología social con el diseño de experiencias, tanto digitales como físicas, a fin de comprender cómo las personas perciben e interpretan su entorno.

Chaehan So utiliza métodos de inteligencia artificial para estudiar los procesos de decisión, emoción, motivación y percepción. Esto le permite identificar patrones de comportamiento y desarrollar herramientas de diseño más efectivas. Como ejemplo, mencionó un estudio en el que analizó cómo varía la percepción de los personajes virtuales según el ángulo del rostro que muestran.

Describió que su propósito consiste en crear experiencias fundamentadas en principios psicológicos que generen un efecto positivo en los usuarios. En este sentido, fundó Virtual Friend, proyecto en el que aplicó sus conocimientos para diseñar un “amigo virtual” basado en IA. Esta herramienta escucha a las personas y responde mediante un modelo de lenguaje empático que imita la comprensión emocional.

“El sistema no siente emociones, pero puede simularlas mediante interacciones naturales. Examina el tono de voz y el lenguaje escrito del usuario para ofrecer respuestas que transmiten comprensión y atención”, afirmó Chaehan So. La intención es que este tipo de aplicaciones contribuya a restaurar habilidades sociales debilitadas por el uso excesivo de la tecnología y la comunicación digital.

El proyecto surgió a partir de la reflexión sobre los efectos psicológicos de la pandemia de COVID-19, periodo que reveló una crisis global de salud mental. El confinamiento y la distancia social intensificaron la soledad y la ansiedad en amplios sectores de la población. “Esa experiencia mostró una vulnerabilidad colectiva y nos impulsó a diseñar un instrumento que ayudara a recuperar el sentido de conexión y pertenencia”, señaló.

A diferencia de otros chatbots que buscan integrarse de manera constante en la vida cotidiana, el enfoque de Virtual Friend se orienta a fortalecer la capacidad del usuario para establecer vínculos reales. Su objetivo es que las personas empleen la aplicación como un puente hacia la interacción humana, no como un sustituto de ella.

Explicó que la herramienta no pretende reemplazar la atención profesional, sino ofrecer un espacio seguro y confidencial para que las personas puedan expresarse. Este tipo de innovación demuestra cómo la tecnología puede tener un propósito humanista y responder a problemáticas sociales mediante el trabajo interdisciplinario.

El especialista insistió en que el desarrollo de la IA empática exige límites claros. Su uso responsable debe estar guiado por valores éticos que prioricen la dignidad y la autonomía de los usuarios. Subrayó que el reto no radica en crear máquinas más humanas, sino en fortalecer la humanidad en quienes las utilizan.

Durante el evento, Nancy Durán Orizaba, titular del centro cultural y académico Casa Rafael Galván, destacó que la relación entre psicología e inteligencia artificial representa un campo de estudio crucial para la sociedad actual. “No se trata únicamente de una herramienta tecnológica, sino de un elemento que redefine la forma en que las personas se relacionan, se comunican y perciben la realidad”, apuntó.

Agregó que para la UAM resulta fundamental abordar esta convergencia desde una mirada crítica y con un enfoque humanista. Enfatizó que el compromiso social de la institución impulsa el análisis de los impactos tecnológicos sobre la vida cotidiana, con el propósito de orientar su desarrollo hacia el bienestar colectivo.

La conferencia de Chaehan So dejó abierta la reflexión sobre el papel de la inteligencia artificial en la construcción de futuros más empáticos y equilibrados, donde la tecnología se ponga al servicio de las personas sin reemplazar lo esencial: la conexión humana.