La esperanza de lo digital
Vivimos tiempos convulsos sin duda, el entorno ambiental y político dan cuenta de ello, la palabra crisis en muchas ocasiones es utilizada con infinidad de acepciones en estos aspectos afectando la tranquilidad de nuestras vidas con la alerta de las amenazas que rondan en nuestra vida tales como la escasez y contaminación de recursos, los relojes de caos que nos llevan a racionar alimentos y agua dependiendo de cuál sea su disponibilidad respecto de los ciclos naturales y el número de población creciente, el calentamiento global y la sostenibilidad de los ecosistemas perturbada por la actividad humana sin consciencia, los conflictos bélicos y sociales, las tensiones políticas en el orbe, así como la lucha económica de las potencias país e industria que alimentan una encarnizada competencia por la dominación como parte de su propia subsistencia, y, en el ámbito doméstico, los retos que enfrentan familias y personas cada día, como lo es la eficiencia e incremento del ingreso, la actualización frente a la vorágine de capacidades y habilidades que permiten la obtención de un empleo, el desempeño de una ocupación, o simplemente la subsistencia de las empresas o negocios que fondean nuestra vida, todo ello, entre tantos otros aspectos que nos preocupan y ocupan en la vida.
Quizá todos los pesares anteriores se magnifican a la vez a partir de la gran cantidad de información disponible creciente que nos llega a partir de los medios digitales que ha encontrado también la forma de ser corrompida a través de su manipulación, su falsedad y el uso faccioso en beneficio de algunos intereses o, simplemente para fortalecer el sentido anárquico de algunas expresiones de pensamiento, información que nos presenta una infinidad de datos frustrantes puesto que ante la gran marejada de información, nos resulta complejo traducirla en información útil y, en su mejor versión, como lo es el conocimiento útil.
A ello, finalmente le sumamos que la gran cantidad de información no es neutra, sino que para contar con nuestro interés y atención, generalmente hace referencia a sucesos en mayor o menor medida asociadas a nuestra privacidad que tiene diversas dimensiones en cuanto hace a la interacción e involucramiento que tienen las personas con la misma, y, resulta paradójico cómo la libertad de expresión y la privacidad son dos caras inversas de la misma moneda que tienen equidistancias puntuales que a su vez permiten la civilización a través de las medidas que se posibilitan con la organización social mediante la construcción, creación e innovación posibilitada a través del intercambio de las ideas lo que permite inmanentemente la construcción de la narrativa de la realidad a través de la descripción de nuestra percepción, por ello, cualquier derivación que surge derivada de esa red multi dialéctica siempre es perfecta, porque refleja lo que es, y a paesar de la grandes asintonías e imprefecciones, permite capturar una estampa del momento que puede ser percibido por todas y todos por el milagro de la vida, y a partir de ahí, es posible redimensionar todo con la oportunidad de cada suspiro, es decir, ahí seguimos para seguir moldeando la realidad y aprender de nuestros errores.
Por su parte, la realidad cuenta, entre otros con dos componentes principales, la narrativa de la construcción de la percepción de los seres conscientes y, el conjunto de reglas que guían el orden de las cosas a partir de las cuáles se estructura todo, por lo que, adoptaré los enfoques, para el primero subjetivo, y, para el segundo objetivo.
Y es así que, la construcción de la realidad desde el punto de vista subjetivo tampoco es una tarea nada sencilla, puesto que tiene como eje la consciencia individual y colectiva que representa a los seres que tenemos intervención en esa decisión de qué es la realidad, que en principio, somos los seres humanos y si vemos desde esa perspectiva, posiblemente cambien muchas percepciones filosóficas en torno a la verdadera naturaleza del hombre en torno a los axiomas generalmente aceptados ¿el ser humano nace bueno o malo? ¿la condición humana cuenta con las mismas características de la animalidad y sus necesidades? O ¿simplemente las personas actúan en función de su grado de consciencia (que a su vez, implica todas las actividades de índole cerebral) y a partir de ahí, conforme a los constructos y valores que se generan? Y en esa labor, tal cual todas las personas somos únicas e irrepetibles por simple ontología pragmática de que a pesar de la clasificación que se realice, cualquier entidad ocupa un espacio único en un entorno, cuando hablamos de la consciencia y de los atributos cognoscitivos de las personas, se abren múltiples realidades que más allá de las referencias en torno a la mecánica cuántica, desde el ámbito social y una consciencia colectiva, advertimos que la sociedad cuenta con varias capas en función de las características cognoscitivas de sus miembros, las cuáles ha sido denominada como ideologías, creencias, cultura, identidad, que, en el ámbito digital resulta necesario preservar a fin de que las personas puedan llevar a cabo un desarrollo sano de su personalidad, a pesar de que, quienes aparentemente estén en un mayor grado de consciencia identifiquen como deseable la adopción de todas las personas hacia dicho estado, mismo que solamente podrá darse a través del proceso natural de culturización facilitado por el entorno de ideas en el ámbito digital.
Esas creaciones cognoscitivas a su vez, cuentan con un gran lienzo un lienzo que aparentemente ha encontrado un orden común, como lo es el código y el algoritmo, ya que, si se observan los fenómenos desde cualquier tipo de disciplina, tenemos que el código está presente en nuestras vidas en distintas formas que van, desde la química con las moléculas y sus combinaciones, la física, con los átomos y su interacción, las matemáticas, con los cálculos, el derecho con sus leyes, la biología con la genética, la religión con sus ritos, entre tantos otros aspectos de la vida que son codificables y que, han provocado que podamos ver al código como un nuevo nivel para la construcción y modelación de nuestra realidad objetiva, que, en función de lo señalado previamente, también resulta subjetiva ya que, constituye la combinación de los aspectos objetivos y subjetivos apreciados en una estampa particular desde un estado de consciencia individual y colectivo, cuyas brechas han favorecido la evolución intelectual a través de la ciencia y el pensamiento crítico.
Lo anterior, cobra relevancia puesto que, a pesar de lo difuso que puede resultar la descripción de la realidad o de la obtención de una falaz verdad, que más allá del escepticismo de la existencia de una verdad, representa un acercamiento fenomenológico que nos sirve de parámetro para la construcción del pensamiento y la conformación de lo que pretendemos llamar orden, que se asemejan a la metáfora de Demócrito, que refería que la verdad es como el color blanco, es decir, la suma de todos los colores.
Finalmente, como hilo conductor tenemos a los datos, particularmente a los datos personales que constituyen una representación objetiva de los dos mundos, tanto el objetivo, como el subjetivo, y que, favorecido por los alcances del orden existente que permite la codificación permite llevar a cabo una interpretación profunda de la realidad y de las consciencias, llevándonos vertiginosamente a escenarios que exigen un mayor grado de consciencia para definir entre esas creencias, cuál es la naturaleza de lo humano, no así, los reflejos que ha dado hasta ahorita la tecnología con mayor disrupción hasta el momento, como lo es la ahora denominada inteligencia artificial generativa, que a partir de conversaciones y productos, ha reflejado cuál es la imagen de lo humano a gran escala, cuándo, históricamente, gran parte de los avances y de la evolución humana ha obedecido no a las creencias populares, sino a la disrupción de las personas que han visualizado un mundo mejor, por ende, si bien la labor de respetar y fomentar la existencia de las diversas capas de creencias comunicativas y valorativas del lenguaje humano son esenciales para que exista un verdadero respeto a la dignidad, igual de importante lo es, que dichas tecnologías garanticen la posibilidad de libertad de consciencia y de pensar distinto, a fin de que este proceso creativo siga avanzando, en respeto de los derechos y libertades que el día de hoy representan nuestro estado actual de consciencia, pero, también construyendo y modelando las nuevas ideas y valores que representarán las nuevas esferas de derechos que corresponderán con ese nuevo estado de lo que debe entenderse por ser humano, que, eventualmente incorporará a otros seres que, a partir de esa tecnología podrán alzar la voz y evolucionar a través de la conformación de sus consciencias.
Y es así que, desde esta reflexión digital, en estos tiempos que desde mi cultura invitan a las reflexiones derivadas del renacer conjuntamente con la Navidad, en estos tiempos convulsos creo, que es importante tener que gran parte de la esencia de lo humano es su magia, una magia que en el marco de las aplicaciones tecnológicas y los medios digitales, nos abren posibilidades sin precedentes para conformar la mejor visión de realidad que queremos todas y todos, que nos ayuden a deconstruirnos en lo personal, en lo familiar y en lo colectivo, para reflejar lo que verdaderamente nos representa y que se aloja principalmente en nuestro corazón, como ese motor que nos ayuda a dar forma a nuestras creencias, puesto que, como ya he esbozado, la magia de la Navidad también se traduce en lo digital, porque a pesar del panorama complejo, estamos aquí y, mientras estemos siempre existirá la forma de corregir el rumbo, lo cual, a través de la tecnología que hoy tenemos disponible, nos brinda la esperanza que de descifrar adecuadamente lo que queremos como humanidad, logremos materializar todo lo que nos propongamos.
¡Feliz Navidad, aprovechemos la dicha de estar y compartir con nuestros seres amados ya que la magia de lo digital, no sólo nos permite construir un mejor mundo, sino estar conectados y vincularnos con quiénes nos importan! Y, aunque estoy seguro que la magia de la humanidad, se traducirá en lo digital, nuestra realidad objetiva presenta parámetros, por lo cual, existiendo estos medios digitales, no se reserven nada, ya que, si el entorno nos ha perdonado para estar aquí, no hay ningún otro obstáculo que nosotros hagamos lo mismo como un signo de agradecimiento. Hasta el siguiente año, abrazo cariñoso y gracias por ese gran regalo de su tiempo y su lectura.