LA PISTOLA DE TU PIEL
La cuesta arriba
Para llegar a tu piel
Ese sector vetado y clausurado
Como una momentánea primavera en huelga
Fue un pendiente que pronunció
Un tic tac mudo y desesperado donde el tiempo enemigo
Se salió de la órbita
Hacía falta hablar con sonidos sedantes
La conquista del beso de barrio, pero palaciego y luego
Criminal en su dulzura contenida y feroz llegó
Llegó como quien corre tras el último vagón de tren que nos deja
Pero llegó para no moverse en un beso encontrado en el fondo
De esa profundidad y con ese sabor desconocido del infinito
Dispuesto a todo.
Hasta que el beso,
Salido de su cauce, recorrió
Todo ese cuerpo de distintos climax, ruidos, sonidos y cánticos
Que iban llevando los abrazos que se multiplicaban
Con su mirada acuosa, como un lago, como una catarata,
Llena, brillante, de la que no caía ni una sola lágrima,
Y fue así, donde esta laguna de distintas aguas
Descendió,
Y entonces había que bajar
Para ahogarse en una caída libre inexplicable
donde la
Lógica se pasma, las palabras cambian sus antiguos significados
Y surge un disparo, de esa pistola que viene siendo
Toda tu piel que no deja de acribillar
Y llega esa fuga donde uno se queda
Entrar en ti
Para abrigarse de cualquier peligro
Columpiándome como un niño grande o como un grande que se
Achica
Para cabalgar rumbo a esa sonrisa que lo sabe todo
Sin preguntas, sin dudas, con paz ultrasónica y épica
Y así es donde el legendario arte de la almohada sucede
Con toda la gama de suspiros existentes
Hasta el fin de los días.