LIDERAZGO CON PROPÓSITO 2023

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Un liderazgo bueno y fuerte es lo que necesita el mundo hoy. Dondequiera que miramos desde nuestros gobiernos hasta nuestros negocios, vecindario y hogares, nos encontramos rodeados por los desbastadores resultados de la inestabilidad, la indecisión y la corrupción; todo porque falta liderazgo.

En este nuevo año 2023 en el que grandes movimientos sociales y políticos están aconteciendo en el mundo, en nuestro México y en nuestro #Edomex, es imperativo que ante las grandes ausencias de paz y de un Estado de Derecho se levanten verdaderos liderazgos más allá del marketing y de la publicidad, más allá de cargas o posición social y sobre todo más allá de buenas intenciones sin objetivos claros.

En esencia, la verdad es que no hemos alcanzado el cambio ideal, es más, apenas hemos cambiado poco. Hoy, como ayer, seguimos afrontando retos, asumiendo nuevos roles, adentrándonos en cambios que no son fáciles de asumir; al igual que ayer nos envuelve un entorno complejo, lleno de obstáculos, ambientes desestabilizantes, condiciones variables y sobre todo, con reclamaciones cada vez mayores y con confusiones de identidad de liderazgo en el que se debemos concientizar que el ser “jefe” no es sinónimo de ser líder.

Hoy como ayer ante el panorama electoral y social es fácil caer en el desánimo, visionar pensando en el fracaso, detenernos ante la menor dificultad, comenzar y no terminar, resbalar una y otra vez creyendo que del error sacamos ventaja, y en especial que nuestros logros son fruto del fracaso de otros. Si es así, entonces tenemos que preguntarnos: ¿y… qué papel juego en lo individual para causar un cambio positivo en esa época?

Pues bien… hoy, como ayer, este mundo requiere la presencia de verdaderos líderes. Personas que estén dispuesta a apropiarse de su rol, a asumir retos, a tener una mirada optimista, a imaginar grandes triunfos, a sobre ponerse al ambiente hostil, a marcar la diferencia, a tener la capacidad de desechar sus intereses egoístas por hacer realidad propósitos perpetuos, y sobre todo a dejar una huella de consecuencias eternas.

Cuando hablamos de necesitar líderes, entonces nos obligamos a hablar de liderazgo. Y precisamente, esto es lo que necesita nuestro mundo actual: liderazgo. Pero un liderazgo transformacional, que impacte positivamente no solamente en las personas, sino también en la historia, un liderazgo de deje marcas indelebles, un liderazgo que produzca bendición. No un liderazgo matizado, enclaustrado y mimetizado por el pensamiento humano; al contrario, un liderazgo delineado por el gran Artista: Dios. Y precisamente, con el fin de modelar un liderazgo de impacto, debemos recurrir al pensamiento de Dios dejado para el hombre: La Biblia.

Recordemos que nada sucede hasta que alguien proporcione liderazgo: Es una ley de la vida y la historia lo demuestra, por ejemplo: hasta que no apareció un hombre llamado Martin Luther King y dijo «tengo un sueño» no se reivindicaron los derechos civiles en Norteamérica.

Si bien lo largo de toda la historia, e incluso en el mundo actual, la mayoría de los problemas se remontan a la falta de líderes competentes. El mundo y nuestro país necesita urgentemente líderes preparados y ungidos que brinden estabilidad con influencia que nos permita sobrevivir como sociedad.

Necesitamos líderes con propósito que marquen el paso, que influyan, que sean creativos y solucionen problemas, pero sobre todo que nos inspiren con una vida ejemplar, un carácter digno de admirar ante la tempestad y sobre todo sensibles ante las necesidades de la entidad y de la población.

Proverbios 28:2