Llegada
Compito con mis palabras
No puedo callar a mi reloj
Que eternamente me conversa
Y que me engría con sus teorías
De una ingenua eternidad
Compito con este secreto cáncer
Sin fin, el de ser feliz a pesar
De todos los hijos que no podré tener,
Porque no conozco ni puedo distinguir
Una cuna de un camastro
Compito, en suma, con estas garras limadas
Y este aliento cobarde,
De quien alguna vez creyó ser poeta
Y que ahora se despide,
Para poder caminar callado y nunca más
Competir, así esté a un milímetro de la meta y con veinte mil
Cuerpos de ventaja.