+Lluvias, baches y carreteras destruidas dan la “bienvenida” a quienes reiniciaron actividades educativas en Edomex; Con sorteo de Lotería “ayudan” a fuerza a migrantes mexicanos, a costa de la economía de mexicanos
La frase:
De pronto, los trabajadores de hospitales, son billeteros a fuerza.
VERLO PARA CREERLO
LLUVIAS, BACHES Y CAMINOS DESTRUIDOS
El primer día de clases siempre es conflictivo. A cualquiera se le hace tarde, los arreglos de último momento, los uniformes que no se dejaron listos o los que ya no nos quedan porque aumentamos de talla, todo un caos.
La de ayer fue una mañana muy complicada en miles de hogares mexiquenses, y, para rematar, el clima que no fue muy benigno para el reinicio de las actividades educativas en preescolar, primarias y secundarias de todo el país.
Pero en el Valle de Toluca se tuvo que enfrentar con el problema derivado de las lluvias, en combinación fatal con los baches, que cada vez parecen más socavones, donde muchos automóviles quedaron atrapados en las primeras horas de este lunes 1 de septiembre.
Resulta inexplicable que las autoridades municipales de Toluca, Metepec, San Mateo Atenco y Almoloya de Juárez insistan en promover sus avances en materia de bacheo y reparación de calles destruidas, cuando la verdad sale a relucir a la prueba mínima de credibilidad que es el día a día de las familias que este día tuvieron que enfrentar un complicado problema de movilidad.
Calles totalmente destruidas y en particular en las cercanías de las escuelas, donde parece que la realidad se aferra a descubrir el verdadero rostro de acciones de gobierno inacabadas, mal hechas, peor ejecutadas y con materiales que poco ayudan a resolver los problemas.
Un área donde verdaderamente se enfrentaron problemas graves en esta materia fue en la carretera federal Toluca-Naucalpan, a la altura de Oztolotepec, donde se formó una verdadera trampa mortal para cientos de automóviles que simplemente ya no pudieron seguir su camino porque se les fracturó la suspensión, porque dejaron rotos los amortiguadores o porque les entró agua a sus sistemas y quedaron varados, en el mejor de los casos, y en el peor flotando como barquitos sin control.
La verdad es que las autoridades federales, estatales y municipales han sido rebasadas en ese lugar. El sitio exacto es el cruce con el Libramiento Bicentenario, ese que corta el camino para quienes van hacia Atlacomulco, pero en su incorporación, yendo de Toluca hacia Naucalpan, para tomar el Libramiento, hay que pasar por un tramo donde el agua, los baches y la falta de sensibilidad de las autoridades han formado una trampa mortal.

Ese no es un tema nuevo, ciertamente, ya ha sido denunciado en innumerables ocasiones, pero este es un llamado más a los responsables, que dudamos que los haya, pues no hay autoridad que se tome la molestia por lo menos de ir a darse una vuelta para comprobar lo que aquí se dice y mover algo para mejorar las condiciones de transitabilidad en la zona.
Es un tramo de no más de cien metros lineales en el que los automóviles y camiones se hacen hasta 25 minutos para cruzar, muchos con la intención de salir hacia la carretera de cuota denominada Libramiento Bicentenario, y, otros más, para continuar por esa vía libre con destino a la ciudad de Naucalpan.
La mezcla entre agua, baches, lodo y piedras se han convertido en una mezcla muy desafortunada para quienes pretenden cruzar por ahí, ya que el agua que se acumula por efecto de las lluvias de los últimos días, se entremezcla con una carpeta asfáltica totalmente destruida que han dejado los camiones materialistas que entran y salen a una obra que se ejecuta ahí mismo, donde, al parecer, se construye una nave industrial u otra cosa parecida.
El caso es que el sitio es intransitable, pero no hay poder humano que atienda el problema. Hace exactamente un año organizaciones de transportistas, principalmente taxis, y choferes de camiones, paralizaron un día la carretera Toluca-Naucalpan para exigir que se reparara ese tramo, a la altura de una comunidad llamada El Espino, pero la autoridad federal se limitó a anunciar que se incluiría para el programa de obra del próximo año, y luego la Junta de Caminos del Estado de México fue a tirar ahí algunos camiones de mezcla asfáltica para mejorar las condiciones de movilidad, pero no se solucionó el problema, solo fue paliativo.
Al cabo de un año y de muchas lluvias en los últimos días la zona está peor que nunca, los accidentes para los automovilistas se repiten cada hora, y las pérdidas para las empresas que por ahí intentan cruzar para mover sus mercancías son cada vez más altas. Pero nadie hace nada.
Los municipios aledaños, que son Otzolotepec y Xonacatlán, han hecho esfuerzos infructuosos para aliviar el problema, pero no se trata de simplemente tapar un bache, ahí se requiera una acción de renivelación y luego la reparación completa del tramo, porque, de otro modo, los propietarios de vehículos seguirán enfrentando reparaciones mecánicas de gran envergadura a costa de sus propios recursos.
Sería bonito que llevaran a pasear a la Presidenta de México por esa zona, para que comprobara en vivo y en directo que las cosas en este país no están tan bien como ella lo aseguró durante su informe de gobierno, que la realidad casi siempre supera a la fantasía en la que pretende que le creamos todos los mexicanos.
El Sorteo de Lotería que busca, a fuerza, la cooperación de los mexicanos
A la gastada economía de los mexicanos, ahora se sumó otro factor que está causando gran molestia entre muchas personas y un efecto económico adverso para muchos más. Se trata de un sorteo que la Lotería Nacional para la Asistencia Pública tiene organizado para el próximo 15 de septiembre, cuyos recursos, se supone, serán para beneficiar a los migrantes, a quienes desde el extranjero buscan una nueva oportunidad de vida en México, o, en la mayoría de los casos, seguir su camino hacia el norte de la República Mexicana, para cruzar la frontera en busca del llamado sueño americano.
El propósito puede ser muy bueno, porque ciertamente son miles de personas que enfrentan condiciones de migración que los ponen en peligro, enfrentan hambre y condiciones infrahumanas. O sea, ayudarlos sería muy bueno en cualquier ámbito.
El problema es el cómo se está cumpliendo con ese propósito. Resulta que la Lotería Nacional hizo miles de billetes para ese sorteo, los cuales se están entregando a los trabajadores del gobierno federal, para que ellos los paguen o los vendan, lo cual obviamente va en su perjuicio.
Empleados de organismos como la Secretaría de Educación Pública del gobierno federal, del ISSSTE, de la Secretaría de Salud federal, entre otros, están siendo obligados a pagar hasta 2 mil pesos por los boletos que les dieron a vender para el magno sorteo de la Lotería Nacional.

De por sí los trabajadores del sector federal no atraviesan por un buen momento económico y ahora menos, con esta obligación de pagar los famosos boletos que incluso tienen que ofrecer en las salas de los hospitales federales o del ISSSTE, incluso el contagio poco a poco está llegando a los hospitales mexiquenses pues también los médicos y enfermeras del ahora IMSS Bienestar ya están siendo obligados a dejar sus labores para convertirse en billeteros de Lotería.
Se trata de una medida a todas luces injusta y cruel, pero eso parece importarle poco a los dirigentes sindicales de la Secretaría de Salud y del mismo IMSS Bienestar, pues la orden está dada, y aquellos que no cubran con los pagos por los boletos de Lotería antes del 10 de septiembre serán sancionados quitándoles de sus sueldos el equivalente a lo que hayan recibido de boletos para vender. Con la agravante de que el que no los liquide antes de esa fecha, los mismos no participarán en el sorteo, por lo que, si alguno sale premiado en el sorteo del 15 de septiembre, simplemente no será pagado el premio correspondiente.
Así las cosas, ahora los burócratas federales y los federalizados, por ejemplo, los que transfirió el sector salud mexiquense al gobierno federal, a través del IMSS Bienestar, pues también enfrentan esta situación y estarán siendo obligados a ayudar, a fuerza, a los migrantes internacionales, en una idea muy solidaria del gobierno federal, pero que está teniendo gran impacto en la economía de los trabajadores mexicanos.