Los años perdidos
Si alguien creía que la política mexicana no era trascendente y vital, al leer que hablamos además de economía, educación, seguridad, etc. lo horrendo es que primordialmente se trata de vida y muerte.
En efecto, quienes promovieron y triunfaron en el fraude de 2006 en contra de AMLO, que chinga le pusieron a México y si hay Dios, de dudarse, merecerían –como dijo Francisco Martin Moreno– que los quemen con leña verde.
¡Que friega!
Seis años en donde miles de compatriotas se fueron al otro mundo, irrazonablemente. En los que privó (y priva en ciertos lugares) el narcoestado.
Un infeliz sexenio en el que la desigualdad fue el signo y en el que la defensa ciudadana estuvo en manos de Genaro García Luna, cuya vida y milagros son de un sexenio perdido, teniendo como director de orquesta a un aficionado a las lides etílicas. Gobernó 72 meses, 260 semanas comandados por quienes fraguaron el fraude, verbigracia Elba Esther, la maestra del mal. Desdichados sean los del grupo Atlacomulco, Televisa, TV-Azteca y periodistas rameros (as) etc. etc.
Ya la pagarán no sé dónde, porque nos pudimos ahorrar sangre, desigualdad y odio.
Infelices politiquillos que no han entendido que debieron darle valores a su juventud. Y no fincar el destino en lo material.
Y luego Enrique Peña: 6 años en manos de un ignaro, construido por la publicidad y que triste que los que vivimos en EDOMEX ni en cuenta nos dimos en su sexenio de las torpezas de su equipo encabezado por Luis Videgaray Caso.
Ahora en este nuevo amanecer, se glosa admirativamente nuestro pasado, se limpia la casa, se vuelve a la dignidad pretérita y con los pedazos de país que dejaron el trio infernal: Fox, Calderón, y Peña, va brotando lo que siempre debió ser.
Fueron 12 años en dos tiempos: 6 de sangre y dolor y en el segundo tiempo de mentiras (¿y el tren México-Toluca?) ignorancia y bloff. Y de Fox ni hablar nunca fue cambio si no más de lo mismo, pero corregido y aumentado.
El anecdotario de este trio es interminable.
Solo recordemos la plagiada tesis de Peña y su boda suntuosa en la catedral de Toluca, a Calderón vestido de comandante Borolas Y Fox queriendo hacer presidenta a Martita. Tres perlas que sintetizan ese malhadado tiempo.
¿Y pensar que hay entes que añoran el retorno del PRIAN?
Pero diría un ateo: hay un Dios… ¿será? O como mi trique. Si a este mundo vine y aunque bien lo hice no dejé de sufrir y al llegar al otro de sufrir no dejo: o una de dos o no existe Dios o le hice nomás al pendejo.