Los Testigos de Jehová distribuyen publicaciones en 49 lenguas mexicanas

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Con hablantes de 68 lenguas indígenas, México se encuentra entre los primeros 10 países del mundo con más lenguas originarias y es el segundo lugar en Latinoamérica, solo después de Brasil. A pesar de tal riqueza lingüística, existen muchas actividades como la investigación, la preservación y la traducción a idiomas indígenas mexicanos detenidos por diferentes actores. Sobre este tema, el GALA (Grupo de Acompañamiento a Lenguas Amenazadas) opinó: “La inclusión del INALI (Instituto Nacional de Lenguas Indígenas) en el INPI (Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas) sería una regresión”, afirmó que ven con preocupación la falta de interés en fortalecer las lenguas originarias.

Ante la necesidad de continuar en la lucha por preservar las lenguas indígenas, muchos grupos se han sumado a esta labor, uno de ellos son los testigos de Jehová que han contribuido a la revitalización de las lenguas indígenas al traducir y publicar literatura bíblica en 49 idiomas originarios del país, así como en un buen número de sus variantes.

Desde principios de los noventa, los testigos de Jehová se han dado a la tarea de facilitar información en su propio idioma a personas zapotecas, mayas, tsetsales y náhuatl, cuyas lenguas, según datos del INALI, cuentan con el mayor número de hablantes en el país.

Con el paso de los años, esta labor también ha alcanzado a idiomas con pocos hablantes, como el Tarahumara occidental, con 15 mil hablantes, o el otomí en el Estado de México, con apenas 20 mil. Un caso sobresaliente es el de la lengua Ixil, originaria de Campeche, que, de acuerdo con el Sistema de Información Cultural (SIC) México, es hablado solo por 83 personas. Los Testigos han publicado revistas, tratados, videos y animaciones en ixil, sin ningún afán lucrativo.

Tan solo en el Estado de México los testigos traducen y contribuyen a la revitalización de 12 lenguas indígenas, entre ellas Mixe alto y bajo, Mazahua, Totonaco y más. Con el propósito de mejorar la calidad de la traducción, se han trasladado los equipos de traducción de los testigos de Jehová a las localidades en las que se habla el idioma. Este contacto de primera mano con los hablantes nativos del idioma les permite producir publicaciones más fáciles de entender.

La aportación que realizan los testigos de Jehová a la preservación de las lenguas en riesgo de desaparición y el impulso a la enseñanza de lenguas indígenas ha sido reconocida por la Secretaría de Educación Pública del gobierno mexicano, sin embargo, el mayor reconocimiento viene por parte de los hablantes que aprecian el respeto a su cultura al recibir información en el lenguaje de su corazón.

Benjamín López Casimiro es hablante de una de las variantes de amuzgo. Desde hace varias décadas, su idioma dejó de enseñarse en las escuelas de Los Liros, un pequeño pueblo de alrededor de 1 mil habitantes, en el municipio de Xochistlahuaca, en Guerrero. Benjamín López, quien actualmente tiene 33 años, recuerda que cuando cursaba los primeros años de primaria, los maestros todavía usaban un libro en amuzgo, pero después se decidió que la enseñanza sería solo en español. Así, aunque la mayoría de los pobladores de Los Liros son bilingües, no todos saben leer su lengua materna. Alrededor de 2007, empezaron a recibir publicaciones en amuzgo, primero libros y revistas; ahora cuentan con canciones, videos y numerosa información en su idioma, gracias a la labor de los testigos de Jehová. “Para mí es lo máximo escuchar una canción o leer en mi propia lengua. Es algo muy bonito, lo veo como un regalo de Jehová”, dice.