Martes con M de Mito: Invertir en Oro
El metal más preciado de la Tierra, y causante de tantos bienes y desgracias, no podría quedar fuera de esta lista. Desde la remota, y lejana antigua Grecia, ya se contaban mitos y leyendas, como la del Rey Midas, aquel que tenía la facultad de convertir todo lo que tocase en oro. Y ya sabemos de qué modo concluye ese relato, dando una buena lección de lo que puede provocar la ambición.
Es gracias a las películas, y antes a los cuentos, que el mito del oro se ha fortalecido. Ya saben, existen cantidad de relatos donde el rey con sus joyas y todo su oro da muestra de gran poder; las ciudades encantadas y míticas como El Dorado, construidas de oro puro, amarillo y brillante, bien macizo. Las estatuas, los retablos, historias y relatos de piratas, barcos hundidos en los océanos repletos de cargamentos de monedas de oro.
Las historias del viejo oeste, con el sheriff, los caballos, las cantinas, las recompensas en bolsas… En fin, este mito lleva siglos, más bien milenios nutriéndose en las mentes de la mayoría de las personas. Considero que la gran parte de la humanidad asocia el oro con poder, lujo, riqueza, seguridad y otras cosas relativas.
Bien, ahora va el primer golpe de realidad. ¿Está listo? Ahí va: El oro es un metal que se encuentra en la tierra y como tal es finito.
Ahí le va el otro: El oro ya se acabó. Ya se extrajo, si no todo, sí la gran mayoría. De hecho, en la década de los 90 del siglo pasado, varias mineras cerraron definitivamente, pues ya no hay vetas de extracción. Por ahí alguien podrá decir, todavía existen minas laborando, sí, pero son las mínimas y de igual modo es su extracción.
Recuerdo que alguna vez leía que todo el oro del mundo cabe perfectamente en 20 albercas olímpicas. Si esto es verdad o no, no debe ser tema relevante, lo que debe importar es que recalca que es todo lo que hay. Y no va a haber más. Nadie puede producir más oro. Nadie puede generar oro de la nada. O ¿Conoce a algún alquimista?
No se me asuste. Esto tiene sus partes buenas, ¿recuerda cuando vimos el tema de las Criptomonedas y recalcamos precisamente esa característica: que ya no va a haber más? Sólo se emitieron una cantidad limitada de criptomonedas para evitar, malos manejos que sí ocurren con los billetes corrientes y circulantes, donde los gobiernos pueden imprimir de más y generar toda una ola de factores que afectan las economías.
Regresando al oro, cuyo nombre en latín es Aurum, de ahí que en la tabla periódica de los elementos químicos se registre con las letras Au. Como ya no hay nuevo oro este tiende a reciclarse, ya que varias piezas de joyería se funden junto con algunos componentes de aparatos electrónicos y tecnológicos que llevan este precioso material en su estructura. Esto genera que los que se encuentran en la parte de la Demanda, luego se pasen como Ofertadores, generando dos precios para el metal amarillo, uno de venta, y uno de compra.
Recordemos que ya hemos visto en otros temas que después de la segunda gran guerra, el patrón oro dejó de regir la economía mundial y se eligió al dólar como nuevo patrón. Pero también ya hemos visto que el dólar no está exento de crisis y malos manejos, entonces es cuando el oro se convierte en una opción para inversión.
Ojo aquí, recuerde el viejo adagio, que decían los abuelos: No metas todos los huevos en la misma canasta. Hay que diversificar. Se debe tener un portafolio completo de inversiones, ya hemos visto en otros mitos que no sólo esta reservado para los ricos.
Al invertir en oro debe tener en cuenta que se trata de una inversión a largo plazo, diez años o más. Y que no es recomendable que, si el dinero le urge, o se le presenta una emergencia, retire el dinero destinado a esa inversión. Ese dinero debe quedarse destinado, repito, con miras a 10 años.
Puede hacerlo en metales en físico. Puede ir, en México a la Casa de Moneda.
Puede adquirir acciones en empresas mineras, que sería un poco indirecto, pues entran factores como huelgas, deudas… pero va relacionado al metal precioso.
Puede hacerlo también en derivados.
Para finalizar, puede que se tenga joyas o monedas. Ahí ya se entra en otras áreas, como joyería y numismática. Donde entran al juego temas como, el material, el trabajo artístico, el estado en el que se encuentra la pieza, etc. Y ahí la recomendación es que la venda a un coleccionista o experto que seguramente pagará más, que una institución donde lo que busca es recuperar el peso en oro. Así que ya lo sabe, no está mal invertir en oro, pero no piense que se va a hacer rico de la noche a la mañana.