Martes con M de Mito: los descuentos son ahorro
Este es, quizá, el más difundido y el más intrínsecamente ligado a la conciencia del ser humano, y no sólo de México sino de varios países capitalistas.
Hemos abordado este tema en otras ocasiones, pero esta vez lo haremos desde la perspectiva del mito. Y es que, es conocido, la sentencia que reza dos es mejor que uno y eso es hasta cierto punto válido, cuando se habla de beneficios o de servicios y productos que nos hacen falta, pero ¿qué ocurre cuando ya no nos hace falta?, ¿cuándo ya tenemos satisfechas nuestras necesidades? Es justo ahí donde perdemos la conciencia y nos dejamos llevar por el consumismo.
Recordará que hemos hecho hincapié en la necesidad de elaborar un presupuesto, ese documento que nos permite llevar una mejor dirección de nuestras finanzas, y que nos alerta cuando se empiezan a salir de control.
Es una herramienta que nos permite blindaros cuando los medios nos atacan con anuncios de ventas nocturnas, los buen fin o los cada vez más famosos hot sale que son descuentos durante una o dos semanas que organizan principalmente las tiendas y plataformas en línea; y, aprovechándose de la comodidad y facilidad de comprar desde casa, bombardean la mente con descuentos del 15, 20, 30 hasta 50, en algunos casos he llegado a ver ¡70% de descuento! Y obviamente los 2×1, y en algunos casos también he visto los cuestionables 3X5.
No pueden faltar las bonificaciones, los meses sin intereses, pago contra entrega, pago en tiendas de autoservicio… en fin, prácticamente el que no compra es porque no quiere, porque con esas facilidades ¡todos pueden!
Y es ahí donde la gente, se deja envolver, por esas verdades a medias, porque nos dicen ahorra hasta un 50% y llévate el segundo completamente gratis. Ojo aquí, recuerden otra sentencia que dice: nada es gratis, y es que alguien siempre termina pagando el precio.
Ya se ha descubierto que, muchos comercios, descaradamente, inflan sus precios para costear esa promoción. Y repito, no está mal comprar, no está mal consumir, de hecho, –también lo he dicho aquí– es sano para la economía; que esté en constante circulación. Lo malo es el exceso, comprar indiscriminadamente, sin planeación y dejándose llevar por caprichos y sentimientos efímeros, creyendo, erróneamente que se está ahorrando al comprarse 2 pares de zapatos que no necesitaban; creyendo erróneamente que se está ahorrando al comprar algún determinado artículo que se adquirió en una tienda en línea, porque lo obtuvo al 70% de descuento, pero que para tener derecho a ese descuento tuvo que comprar más de 10 artículos para que se lo hicieran válido.
En fin, podría seguir enlistando ejemplos, pero lo que quiero destacar es que se observe la diferencia entre ahorro y promociones.
Regularmente las promociones son descuentos, que incentivan a consumir un determinado producto o servicios.
Y el Ahorro, es un proyecto que se integra de cuatro componentes: un objetivo determinado, un monto específico, y un plazo cuantificable. Y no se debe olvidar, blindarlo contra la inflación. Si no se hace esto, no podemos hablar de ahorro, lo que se hace es guardar papel y metal.
Recuerde planear sus compras. Y tenga presente que el descuento siempre lo paga alguien más. Y le tengo noticias: Las empresas siempre van a evitar pagarlo.