+Murió Doña Musi Echeverri de Sánchez, formó un gran matrimonio con Don Germán Sánchez Fabela
La frase:
Los buenos amigos son como las estrellas, no siempre los ves, pero sabes que siempre están ahí.
ENORME VERDAD
EN MEMORIA DE DOÑA MUSI Y DON GERMÁN
Referir a Germán Sánchez Fabela, es hablar de una vida metódica, de esfuerzo constante, de hacer crecer a una firma automovilística, como Ford, en donde no sólo fue uno de los principales vendedores sino también, uno de los principales benefactores de cientos de niños a través de las llamadas Escuelas Ford, una de las cuales lleva su nombre.
Buen amigo de los amigos, buen conocedor y jugador de futbol, fue presidente del Deportivo Toluca de sus amores en varias ocasiones. Lamentablemente no fue campeón, porque así es el futbol, pero muchos jugadores de su tiempo y de su momento, lo recuerdan por su trato y las distintas operaciones que llevó a cabo con ellos, bien dentro del Toluca o fuera del equipo.
Su trato con los demás presidentes de los equipos, la contratación de jugadores y el traspaso de éstos a otros equipos. Bajo su mando, el Toluca tuvo un superávit financiero que no se ha vuelto a repetir.
Toda una época en el equipo Toluca y en esta ciudad.
Hoy lo recuerdo, porque este domingo 27 de octubre falleció su esposa Doña María del Carmen Isabel Echeverri de Sánchez mejor conocida como Musi. El fallecimiento de Doña Musi ocurre casi 15 años después del fallecimiento de Don Germán, ocurrido el 13 de diciembre de 2009.
La siguiente es una charla con don Manuel Solís Echeverri y Doña Musi Echeverri de Sánchez, esta entrevista se publicó en el libro Con y por su gente, publicado en el año 2018, en su primer tomo.
¿Cuándo lo conoce usted, qué se acuerda de Toluca, por qué a los demás hermanos no los conoció o sí?
Conocí a Germán cuando fue novio de mi prima, anteriormente sí lo llegué a ver en alguna ocasión en lo que era el Tívoli, lo llevaba Efrén Contreras, de los aficionados que fueron directivos, él fue desde más niño que cualquiera de los otros que estuvimos ahí.
Estaba jugando y tenía que ir, pero mi compadrito no, porque él iba a ver al Deportivo Toluca, que es muy diferente.

¿Cómo era Toluca en esos momentos?
Cuando era niño, todo esto que vez aquí eran puros alfalfares de los señores Negrete, servían para alimentar el ganado que tenían en Doña Rosa, había que ir por donde está la gasolinera de los Ballina, en Aurelio Venegas.
Había una presa que se llamaba Los Gachupines, regaba toda la parte de abajo, cuando nos venimos a vivir aquí, estaba reflexionando lo que es la vida y qué es lo que nos han hecho nuestros gobiernos, mi papá compró a los señores Negrete donde vivo ahora o en donde antes vivía en el 600 C de la avenida Hidalgo, lo compró mi papá a 2 pesos 50 centavos el metro, en abonos.
Hoy si me dan 10 mil pesos por metro, no lo vendo, además había una acequia que venía de ahí, se venía por Hidalgo, porque siempre fue ancho, nada más que en lugar de tener los cuatro carriles, tenía dos.
En el centro no sé si lo conociste así, ya después ampliaron. A mi papá le gustaba mucho la jardinería, como teníamos agua muy buena de la presa de Los Gachupines, sembrábamos cebollas, lechugas, rábanos, en el jardín.
Esa presa regaba mucho y existía desde que estuvo el primer equipo del Deportivo Toluca cuando don Fernando Barreto.
Toluca no llegaba más que a Quintana Roo y para el norte no llegaba más que a Lerdo y de Lerdo hacia el norte era el barrio de La Retama.
Eran unos callejoncitos preciosos, empedrados, que normalmente lo hacían los domingos o los sábados las famosas faenas de los barrios que ahora ya no se hacen, ahora si lo hace el gobierno bien, sino ahí se queda.
Antes no, por cierto quién sabe con quién se quedaron los grabados del ingeniero Silva, los vi, unas pinturas en tinta china de todos esos caminitos, casitas, de toda esa parte, hermosas, quién sabe con quién se quedaron.
¿Don Germán jugó futbol?
Siempre jugó. Amateur, en algunas cascaritas, porque le encantaba, ya después que estaba casado aquí, todos los domingos veníamos a echar cascaritas.
Cuando hizo su casa Germán hizo su campito a propósito para echar los domingos la cascarita de futbol, muy aficionado.
Cuando jugaban los tíos que era Manolo, Roberto, mi viejo, mis hijos chicos y se enojaban porque quitaban de jugar a los chicos, se divertían toda la mañana, advierte doña Musi.

El Ford Anglia fue de los primeros autos chicos que hubo, ¿verdad?
Fue un coche inglés, legítimo. Ahí lo tengo, está tapado, lo puso a mi nombre, en ese coche me enseñé a manejar, precisa doña Musi.
Ya no había automáticos, además ibas con cualquier mecánico y te lo arreglaba, ahora le abres el motor y dices y ahora ¿qué hago?, pues llorar.
Lo que ocurre es que no está pasando gasolina, le quitaba el carburador, le soplaba y échalo a andar; o la bomba no trabaja, déjame limpiarla tantito porque ya se tapó el filtro que tiene.
Lo que es la tecnología, a la mejor son mejores los coches, pero antes todo el mundo te lo arreglaba y ahora no todos lo hacen.
¿Era muy fuerte su amistad con don Germán?
Era curioso, como a la una y cuarto, me hablaba su secretaria, señor don Manuel, por ahí va don Germán que lo espere, todos los días llegaba a platicar cinco o diez minutos y a la 1:25, 28, compadrito te dejo porque sé que comes a la una y media, sí, tú también te vas, porque comes a la una y media, por eso te vas, sino te quedabas.
Era tan chistoso mi viejo que decía a Manolo, voy a platicar contigo cosas importantes, que no esté nadie, porque vamos a platicar cosas importantes, puro futbol, era su vida el futbol, confirma doña Musi.
Primero eras tú, eras la intocable, nadie podía decir algo. No sabes que cuando eran novios, había un conjunto que tocaba bonito, el día de las madres organizábamos unas mañanitas, pero mi compadrito los alquilaba y se iba a una caseta a hablar por teléfono de larga distancia, ¿qué quieres que te toquen?, ahí se pasaba media hora con el teléfono.
Estaba en Guadalajara, por teléfono me echaba mis mañanitas, asienta doña Musi.

Después de esas serenatas, ¿cómo le piden que se case?
Realmente nos quisimos mucho, nos escribíamos todos los días una carta, luego los domingos poníamos, como a las diez de la noche, música romántica, era en el radio, mi viejo y yo nos comunicábamos oyendo la música, vivía en Guadalajara y él en Toluca, duramos año y medio de novios y luego nos casamos, relata doña Musi.
Se le subió el amor a mi compadrito, te quiso más entonces que tú a él, tú si lo querías porque era muy atento, educado, trabajador, tenía muchas cualidades que no lo viste en otros novios, pero de qué se enamoró se enamoró.
Te conoció y dijo con ésta me caso.
A veces dice uno qué suerte tuve, que no se fue de aquel lado, porque tuve la oportunidad de conocerlo, de otra manera no lo hubiera conocido, revela doña Musi.
Cada año iba a checarse a EU, qué pasó, ¿Por qué murió?
Acababa de venir de Houston. Venía con Ricardo Mondragón, estuve al otro día con Ricardo vino Germán ayer, me enseñó todos sus análisis, de la uña al cabello, todos perfectos.
Ricardo le dijo a Germán, lo tengo como un magnífico médico, estás muy bien, te felicito, todo te salió bien, sigue tomando la medicina y a la hora que le llamaron a Ricardo que se había muerto, no lo creía Ricardo.
Ya es designio de Dios o qué.
Pienso que sí, porque nunca se quejó del corazón. Dijo su esposa.
Se quejaba de sus dedos, era de lo único que se quejaba. Traía frascos de marihuana para sus rodillas.
Un día en Tenancingo salió una planta de marihuana, el muchacho me dijo vamos a dejarlo, entonces lo dejamos y luego hice infusión con esa marihuana, porque me acuerdo que antiguamente, casi en todas las milpas de algunas personas sembraban la sembraban para hacer la infusión combatir los dolores, no para fumar.
Era muy común, todo el mundo sabía que había una mata de marihuana, pero era para eso, yo le daba sus botes de infusión de marihuana. Mi viejo se ponía en sus rodillas, porque de herencia mi suegra sufrió de artritis, precisa doña Musi.
Lo que más sufrió mi compadrito era de sus dedos de sus pies, cómo lo regañé esa vez. A nadie le avisó.
Nada más llegó con un muchacho de la agencia, qué te pasó hijo, me operé los dos pies, ¡qué bárbaro!, primero te hubieras operado uno y el otro después. El arco del pie lo tenía muy alto, los zapatos, los tenis ya no los aguantaba, cuenta doña Musi
Regañé a mi compadre, qué tal que te mueres, por qué no le hablaste a Germancito que te acompañara, a quién le avisaste, a nadie, a mí sí me había avisado que lo iban a operar, afirmó doña Musi.
Lo regañé, un paro cardíaco, un accidente, cuando llegó, dijo ya me operé.
Realmente ese día, que murió, fue un día completamente normal, el día anterior, se fue a la agencia, comió normal, a sus horas, porque era exacto para sus alimentos, en la noche comió lo que siempre acostumbraba.
Nos acostamos, fue 12 de diciembre, hacía frío, él siempre veía su programa de López Dóriga, y a mí se me hacía un poco tarde y hasta me dormía, pero ese día dijo, les aconsejo que vayan a ver la luna es una luna que va a pasar mucho tiempo para que vaya a haber una luna igual.
Le dije, no se te antoja ir a ver la luna, no estoy calientito en mi cama, fueron sus últimas palabras, yo ya no me paro, pero yo sí me voy a parar.
Me di la vuelta, me bajé al antecomedor, la luna estaba hermosa, la tuvimos con una luz hermosísima, subí y le dije viejo, vale la pena que te pares, porque está la luna preciosa, yo no me levanto, fueron sus últimas palabras.
Ya no vio el programa de López Dóriga, dice con lágrimas en los ojos doña Mussi.
Hace falta mi compadre y hace falta que estuviera en el Deportivo para que estuviera mejor, siempre decía, alguien está metiendo la cizaña, alguien, estos muchachos no eran así, voy a descubrir quién es el canijo y lo voy a echar afuera y lo echaba.
Estaba entregado por completo, no creo que haya habido otro que haya querido tanto al Deportivo Toluca, que lo haya querido tanto como mi compadre.
Los hijos de usted con don Germán, sus nombres.
El doctor Germán, luego sigue Héctor, luego Ernesto, luego Mauricio, Adriana y Dani
Honestos, honrados, no nada más trabajadores, porque hay gente muy trabajadora sí, pero es muy ladrona, tus hijos son muy honestos, muy honrados, muy educados, atentos con las personas, no hacen distinción de nadie, tienen muchas cualidades.
Hoy, Doña Musi se ha reunido con su esposo, Don Germán. En paz descansen ambos.