Planimetría anatómica, geometría del cuerpo humano y biometría estática
Una vez que repasamos las cuestiones generales de lo que supone medición del cuerpo humano, así como las implicaciones técnicas y éticas del uso de tecnologías de carácter biométrico en el marco de la conducta y esfera de libertades del ser humano, toca abordar de manera particular la biometría estática, como principal técnica en dicha materia de uso común para identificación y autenticación única de seres humanos y el análisis de los componentes subyacentes a dicho uso aplicativo que no necesariamente refleja una consideración tecno ética de la protección de las personas en torno a la obtención de información derivada de la planimetría anatómica. Por ello, se pretende un análisis particular que permita identificar los diferentes riesgos que surgen en la operación biométrica en un amplio espectro.
Así, para una aproximación inicial conviene retomar como referencia el hombre del Vitruvio, a fin de entender la planimetría anatómica y la geometría anatómica, como las principales expresiones de la biometría estática, o más bien, la biometría en sentido propio conforme a su uso común, misma que se basa a partir de datos biométricos con carácter estático, como un primer paso para el análisis biométrico de aplicación actual en general y conforme a una perspectiva integral de apreciación de los riesgos y factores asociados, y posteriormente, retomaremos dicho ejemplo desde una perspectiva digital, para valorar la prospectiva del uso de la información biométrica dinámica a través de analogías que sirvan para dimensionar la configuración de la información que servirá como insumo para dichas valoraciones.
En ese orden de ideas, conviene apreciar la obra del hombre del Vitruvio como un plano cartográfico, ya sea, por una parte como un mapa y, en otro extremo como un plano cartesiano, como elementos base de la identificación y autenticación biométrica, en el primer supuesto, en torno a la identificación de las características de los diversos elementos de la anatomía humana en lo general y en lo particular, y, en el segundo de los datos y parámetros que se utilizan como referencia para realizar la comparación entre los diversos elementos que forman parte de un conjunto, a partir de la medición realizada originalmente. Este enfoque se limita a una medición en dos dimensiones, es decir, únicamente respecto a la identificación de información en dos planos (que a su vez, aplicativamente implicará el uso de dos o tres dimensiones como parámetro de medición) como requisito básico de operación (que, como se verá, distinguirá a la biometría estática de la dinámica, ya que la segunda constituirá una medición cuatro dimensiones).
En ese contexto, tenemos que en la medición del cuerpo humano que parte de lo general en torno a la talla y el peso y que ya brinda ciertas muestras de identificación general de las personas, cobra de manera especial la medición de cada una de las partes del cuerpo y sus características, que surgen a partir de la perspectiva de la diversidad y la originalidad de cada una de las personas, las cuales, desde el punto de vista orgánico, son susceptibles de considerarse como únicas y no necesariamente irrepetibles (lo cual podrá dar lugar a un análisis particular en torno a la genética y las implicaciones complejísimas de su manejo); para pasar a un nivel de medición más profundo, como lo es la del genoma humano y la información genética, así como en su momento, también podrá revisarse la información molecular, atómica, así como sus atributos de tipo físico, químico, vibracional e inclusive energético.
De los tres niveles señalados, posiblemente solamente el intermedio, es decir, el de la medición de las características únicas de ciertas partes del cuerpo, será posiblemente los mecanismos que puedan resultar útiles y funcionales para la elección de muestras y su uso efectivo para identificar y a las personas en planos extrapolados, como en el caso del digital, en el que el uso de información biométrica ha resultado una solución útil para la gestión de la identidad de las personas en el ciberespacio, solución que requiere un análisis forense – prospectivo para valorar cuáles características pueden tener un uso funcional para tales finalidades, tomando como referencial los parámetros que surgen de la planimetría y la geometría, es decir, que no sean tan generales que no permitan la identificabilidad de la persona, ni tan profundos, como en el caso de la genética, que eventualmente limiten la posibilidad de que las personas mantengan como característica su originalidad a partir de la posibilidad de replicabilidad a partir del uso del código genético (lo cual, no necesariamente haría inviable la posibilidad de identificación única, ya que, la originalidad implica también la posición de un cuerpo o entidad en el espacio – tiempo).
Es así que, una vez reconocido el tipo de elementos que funcionalmente son susceptibles de ser viables para su reconocimiento en el ámbito biométrico, resulta necesario pasar a la identificación particular de las partes que serán objeto de desarrollo, supuesto que no resulta sencillo, si advertimos que las características que el día de hoy son medibles como en el caso de las crestas epidérmicas y las papilas dérmicas, las cuales, son las principales características visibles de la piel, y que, particularmente por la funcionalidad de las extremidades desarrolla ciertas características, no necesariamente implica que ello sea exclusiva de las plantas de las manos y los pies, sino que más bien, considerando las cuestiones técnicas y fácticas de operación, hacen viable un uso seguro a partir del uso de dicha información en ciertas condiciones, lo cual, eventualmente no representaría la misma estabilidad y seguridad, si a partir de dicha información se obtuvieran datos adicionales que pudieran dar cuenta de características fisiológicas con atributos vitales que pusieran en riesgo particular a la persona, como podría ser el caso de la obtención de información genómica o simplemente de la eficacia y persistencia de elementos orgánicos presentes en el mismo tejido que van desde las glándulas sudoríparas, la descamación, la humedad, entre otros atributos que pudieran dar cuenta de un estado de salud presente o futuro.
Es por ello que, se vuelve necesario que más allá de los estándares técnicos que se van desarrollando por parte de la industria conforme a la viabilidad y factibilidad coyuntural de dichos atributos, se realice una cartografía completa de dichos atributos y las expectativas funcionales de sus características, a fin de que la tecnología a desarrollar, respete dichos elementos como base de la funcionalidad, y que, cualquier otra mejora, tome como referencia la evaluación técnica y la aprobación científica – normativa de dichos parámetros para incluirlos como mejora, o, en caso de rebasar dichos parámetros, identificar que su uso no debería realizarse para identificación de las personas en función de los riesgos que se generan bajo escenarios no controlados, las condiciones generales de su aplicación o implementación, o, simplemente la desproporcionalidad de su uso.
Es por ello que, más allá de la aplicación específica que pudiera dársele a un componente del cuerpo humano conforme a su perspectiva de aplicación genética, se requiere una planimetría anatómica certera que permita cartografiar las diversas dimensiones del cuerpo humano y los enfoques o visiones de medición biométrica, para lo cual, no sólo se requiere valorar cuáles partes del cuerpo son susceptibles de medición y los elementos geométricos que pueden ser valorados para su identificación, sino, desentrañar la mayor cantidad de elementos de identificabilidad (como podría ser los órganos, los tipos de tejidos, las características de los tejidos, ciertas características fisiológicas, entre otras) para contar con un catálogo de referencia que dote de rigor a la escalabilidad del uso de información biométrica de manera planificada y no, hacia un uso técnico aleatorio que somete la información ante una atrofia funcional como consecuencia de la vulneración de las bases de datos que cuentan con dicha información, sino, más bien, hacia una identificación de las principales características del ser humano que sean medibles y que, inclusive puedan identificarse cuáles deban ser las etapas en las cuales pueda llevarse a cabo su enrolamiento en el marco del derecho humano a la identidad de las personas, así como a una coadyuvancia con el ejercicio de sus libertades de manera segura, dando especio que la industria pueda explotar las características que representen un riesgo menor, como parte de una política planificada de largo plazo en materia de identidad (precisando que, el uso de datos genéticos merecerá un análisis particular que no formará parte del análisis de la biometría estática, ya que conforme se señala en el presente análisis, dicha información no debería ser objeto de tratamiento biométrico para efectos de identidad fundacional, ya que escalaría, al parecer, a otro nivel de discusión en torno a las características de una persona, que requeriría una política particular en torno a información genética). Hasta la próxima.