Poder ciudadano de los datos
El devenir tecnológico en nuestras vidas empieza a normalizar determinadas condiciones que hasta hace poco resultaban sucesos novedosos, como en el caso de la participación ciudadana y la participación política a través de medios digitales, entre los cuáles, destacaron con efervescencia el papel de las redes sociales en las últimas elecciones, con ciertos mitos que al día de hoy no necesariamente son ciertos, como el dicho de que las redes sociales no votan, en atención a que, en el ámbito de participación social, advertimos que todavía existe una brecha grande de las personas que accesan a internet y que ejercen ciber ciudadanía.
Sin embargo, las condiciones actuales dan cuenta de que, con independencia de las brechas antes citadas, el fenómeno de la economía digital ha generado espacios de ciberciudadanía y de participación social a través de internet, entre el conjunto de actividades que realizan los ciudadanos para involucrarse en la vida pública y política mediante el uso de las tecnologías digitales, que poco a poco encuentran espacio, por lo que algunas formas de participación social a través de internet encontramos el activismo informativo que consiste en difundir información relevante sobre temas sociales o políticos a través de redes sociales, blogs, podcasts, etc, con el objetivo es sensibilizar, movilizar y generar opinión pública sobre causas de interés colectivo.
Por otra parte, encontramos la colaboración en línea, que implica participar en proyectos colectivos que se desarrollan a través de plataformas de internet, como Wikipedia, OpenStreetMap, Change.org, etc, ello con el propósito es contribuir al conocimiento común, a la innovación social o a la resolución de problemas.
También, encontramos al deliberación digital que se refiere a la participación en espacios de debate y diálogo sobre temas de interés público a través de foros, chats, videoconferencias, etc, ello con la finalidad es intercambiar ideas, argumentos y perspectivas con otros ciudadanos, expertos o representantes políticos.
Lo anterior, abre espacio también para la e-democracia, que abarca las iniciativas que buscan mejorar la democracia representativa o impulsar la democracia directa a través de internet, como el voto electrónico, las consultas ciudadanas, las iniciativas legislativas populares, los presupuestos participativos, etc, con el objetivo es ampliar la participación, la transparencia y la rendición de cuentas de las instituciones políticas.
Estas formas de participación social a través de internet tienen ventajas y desafíos. Entre las ventajas se encuentran la mayor accesibilidad, diversidad, interactividad y creatividad de la comunicación. Entre los desafíos se encuentran la brecha digital, la desinformación, la polarización y la falta de regulación.
El 2024 es un año de gran relevancia política, ya que se celebrarán elecciones en más de 50 países, que representan casi la mitad de la población mundial. Estos procesos electorales tendrán un impacto en la economía global, las relaciones internacionales y la democracia. Algunos de los países que tendrán elecciones son:
Estados Unidos: el presidente Joe Biden buscará la reelección frente al exmandatario Donald Trump, en medio de una fuerte polarización social y política.
México: se elegirá a la sucesora o sucesor del presidente Andrés Manuel López Obrador, con la posibilidad de que sea la primera mujer en ocupar el cargo, puesto que 2 de las personas aspirantes son mujeres y son las que cuentan con mayores posibilidades de acceder al triunfo.
Rusia: el presidente Vladimir Putin se presentará a un nuevo mandato, tras haber modificado la Constitución para poder hacerlo hasta el 2030. Su reelección es casi segura, pese a las protestas de la oposición y la guerra en Ucrania.
India: el primer ministro Narendra Modi buscará un tercer mandato, con el apoyo de su partido nacionalista hindú, el BJP. Su gestión ha sido cuestionada por la crisis sanitaria, económica y social que vive el país.
Taiwán: la presidenta Tsai Ing-wen se enfrentará a las elecciones con la amenaza de China de retomar la isla por la fuerza, si no acepta la reunificación. Su política de defensa de la soberanía y la democracia ha sido respaldada por Estados Unidos y otros aliados.
En el proceso de participación social y política, las redes sociales son importantes en el proceso político electoral 2024 porque permiten a los candidatos y partidos difundir sus propuestas, interactuar con los ciudadanos y movilizar a sus simpatizantes, facilitan a los ciudadanos el acceso a la información, la expresión de sus opiniones, la participación en debates y la fiscalización de las autoridades, influyen en la formación de la opinión pública, la agenda mediática y el comportamiento electoral.
Sin embargo, las redes sociales también presentan riesgos para la democracia, especialmente si se usan de forma irresponsable o maliciosa. Algunos de estos riesgos son la violación de la privacidad y la seguridad de los datos personales de los usuarios, que pueden ser utilizados para fines ilícitos o manipulativos, el sesgo y la discriminación que pueden generar los algoritmos de inteligencia artificial que seleccionan y personalizan el contenido que se muestra a los usuarios, reforzando sus prejuicios y creando cámaras de eco, la desinformación y las noticias falsas que pueden difundirse a través de las redes sociales, afectando la credibilidad de las fuentes, la calidad del debate y la confianza en las instituciones.
Adicionalmente, como principal medio de difusión de información y de comunicación, las redes sociales, combinadas con el uso de inteligencia artificial, puede tener beneficios, pero también riesgos, para los procesos electorales, entre los cuales tenemos la generación de noticias falsas o deepfakes, que son contenidos manipulados que imitan la voz, el rostro o el discurso de personas reales, con el fin de engañar, desinformar o difamar, también, la manipulación o el ataque de los sistemas electorales, que son los mecanismos que garantizan la transparencia, la seguridad y la legalidad de las votaciones, como el padrón electoral, las urnas electrónicas, el conteo de votos, etc, del mismo modo, el sesgo informativo, que es la tendencia de los algoritmos de IA a mostrar o recomendar contenidos que refuerzan las preferencias, opiniones o creencias de los usuarios, creando cámaras de eco o burbujas de filtro que limitan la diversidad y el pluralismo.
Estos riesgos pueden afectar la calidad de la democracia, la confianza de los ciudadanos, la libre expresión y la participación política. Por eso, es importante promover un uso ético, responsable y regulado de la IA, así como fomentar la educación digital y el pensamiento crítico de los electores.
Sin embargo, de manera subyacente a estos medios de participación social y política las personas juegan un papel fundamental en la adecuada gestión de la información a través de sus datos y la configuración de las aplicaciones y del funcionamiento de las redes, por lo que este año será interesante observar la comunicación social en la conformación de elecciones políticas y que, a partir de dicha organización en el ámbito electoral, puedan convertirse en un canal de comunicación permanente que, eventualmente se empiece a traducir dentro de las nuevas formas de gobierno. Hasta la próxima.