Primavera
Prima fragancia, primero verdor del año,
flores que rejuvenecen con rojo candor
el amarillo de sus pétalos fieramente guardado
y el rosa de las rosas ermitañas de antaño.
Blanca margarita indecisa, sí, no, puede ser,
quién sabe si esta vez la vida se adapte y
en el flujo de los días calientes, soleados
podamos sanar de los inviernos pardos.
Los pájaros no se cuestionan este dato
y los mamíferos buscan nidos altos,
casas temporales donde irrrumpa la luz.
Las hormigas obreras sueñan con volar
como si ser avispa fuera para ellas.
Las nubes emblanquecen el cielo gris;
al menos lo hacen algodonoso y amplio.
Esa belleza irá a parar mientras tanto
al verano más próximo, madura,
fructificada, de rodillas ante la lluvia
que amenaza impasible con inundarla.
Cambia la naturaleza, su bravura calma,
las crías crecen, crecen, del amor animadas,
pero tú no volverás a mirarme siquiera,
nada hay de interés por mí de natura.
Otros tres meses esperando que caiga
la mañana mientras la noche refresca
los deseos de criaturas ordinarias.