Principios rectores de la materia fiscal

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Una obligación bastante presente en la vida de cualquier ciudadano es la obligación de contribuir al gasto público del país, esto dado que de nuestros impuestos se mantiene toda la labor del gobierno, lo cual deriva en bienes y servicios, que más allá de si estamos de acuerdo en la forma en que el Estado se gasa nuestras contribuciones, es obligación de cada uno contribuir. En este sentido, nuestra obligación deviene de la propia Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su artículo 31, fracción cuarta que, parafraseándola, establece que debemos contribuir al gasto público de manera proporcional y equitativa de conformidad con las leyes. 

Este artículo establece los principios bajo los cuales las personas tenemos la obligación de contribuir, pasando a su explicación, entendemos al gasto público como la suma de las contribuciones y otros ingresos del Estado para cubrir o erogar todos sus gastos presentes en el presupuesto, es decir que una autoridad fiscalizadora no puede en dado caso obligarnos a contribuir un concepto en especial para un bien o servicio público en especial, sino que todas las contribuciones que pagamos se destinan indistintamente a cubrir el presupuesto, cuestión que es de gran ayuda para los ciudadanos, ya que con esto podemos entender que no se nos pueden cobrar conceptos en específico para cuestiones en específico sino que todo lo que pagamos va al mismo lugar y se asigna en general a las necesidades del Estado, con lo cual, se pueden eliminar muchísimos abusos de autoridad. 

El principio de equidad, o mejor dicho de igualdad, implica que todas las personas estamos obligadas al pago de contribuciones, en la medida que estas se generen de acuerdo a los hechos generadores, es decir, si yo me encuentro en una situación de hecho gravada por la ley, entonces habrá que pagar el impuesto respectivo independientemente de quien sea yo. Esto implica la violación constitucional cuando el Estado tolera contribuyentes informales. 

Por su parte el principio de proporcionalidad implica que cada persona tiene que pagar sus contribuciones en la medida que su capacidad económica le permita pagar, siendo que las contribuciones en general se pagan a través de tasas, tal es el caso del Impuesto sobre la renta, donde se paga un porcentaje y dependiendo de lo que uno gane entonces tendrá que pagar, así quien más tiene más paga y quien menos tiene menos paga, de igual modo con el Impuesto al Valor Agregado, si una persona compra cosas de mucho valor pagará más impuesto y si es de poco valor pagará menos impuesto. 

En el caso del principio de legalidad, implica que no se puede pagar ninguna contribución que no este especificada en una ley (no en reglamentos ni jurisprudencias), siendo sumamente importante, dado que la legislación tiene que brindar todos los elementos para su pago como la época, forma de pago, hecho imponible, sujetos, objeto, base, tasa, cuota o tarifa, es decir, los elementos de la relación tributaria para poder cubrir lo que es nuestra obligación pagar.