+¿Qué va a hacer Morena con tantos resentidos que le arrojará su elección interna rumbo a la elección del 2027?; Nuevo enfrentamiento con taladores al amparo del alcalde de Xalatlaco
La frase:
Lo que estamos haciendo a los bosques del mundo es un espejo de lo que nos hacemos a nosotros mismos y a los otros.
Mahatma Gandhi
2026: los preparativos electorales
Con la llegada del año 2026 también volveremos a la actividad electoral, pues los partidos políticos tendrán que prepararse para las elecciones del 2027, en las cuales, entre otras cosas, se definirán la integración de los 125 gobiernos municipales del Estado de México, así como la conformación de la próxima Legislatura local y los representantes mexiquenses al Congreso de la Unión.
Se tratará de una fiesta electoral en la que estarán invitados por lo menos una decena de partidos políticos, la mayoría de ellos con registro nacional, el PRD que tendrá únicamente registro en el Estado de México, y uno o dos institutos políticos emergentes que surgirán del trabajo definitorio que realizará el Instituto Electoral del Estado de México desde los primeros días del 2027.
En ese marco, será interesante lo que ocurra en el hoy partido político, movimiento, o lo que sea, Morena, pues al campo electoral saldrá como el favorito, pues actualmente al interior y exterior de esa organización existe la falsa creencia de que con solo su logotipo y colores cualquiera ganará en las próximas elecciones. Y no será así, pero esa parte la explicaremos más adelante.
Por el momento centraremos este comentario en lo que sucederá con el peor enemigo de Morena, que, para bien o para mal de ellos, es Morena mismo.
El primer problema de Morena en ese sentido es ¿qué va a hacer Morena con todos los que pierdan la elección interna en la que deben definirse sus candidaturas? Hay que recordar, que a mayor cantidad de aspirantes, el proceso también arrojará mayor cantidad de resentidos y perdedores. Porque, como en todo proceso democrático, por ejemplo, en las candidaturas a presidentes municipales, habrá 125 ganadores del proceso interno de selección, pero también habrá el doble o el triple de personas que no ganarán las candidaturas y, por lo tanto, terminarán por lo menos resentidos con el partido político.
¿Qué va a hacer Morena con tantos políticos enojados, molestos o resentidos? Volvemos a preguntar. La respuesta más fácil a esa interrogante es: aplicar la clásica operación cicatriz, que es la que sirve para explicar a todos los que no ganarán candidaturas que no les tocaba, que no todos pueden ganar y se hará un llamado a la cordura, a la unidad, y, sobre todo, a la institucionalidad para mantener la unidad interna y evitar rompimientos.
Lógicamente también habrá muchos que se decepcionen y que busquen mejor suerte en otros institutos políticos fuera de Morena, y, aunque sus posibilidades de triunfo por esa vía serán infinitamente inferiores, también estarían en posibilidades de triunfo, pero, si eso ocurre, evidentemente el partido político mayoritario también habrá sufrido un descalabro. Con cada candidato migrante que triunfe, Morena habrá cosechado también una derrota.
Y ahí es donde viene el mayor reto, pues cada aspirante a candidato que no logre el abanderamiento, será un enemigo electoral potencial para el Movimiento de Regeneración Nacional, y el que logre ganar la elección con otros colores, pues definitivamente será una derrota para los de chaleco guinda.
Evidentemente las matemáticas no dan para que todos los aspirantes de Morena ganan en una elección interna, por lo que la estrategia política más importante para ese movimiento de la 4T será exactamente resolver ¿qué va a hacer con todos los aspirantes derrotados en los procesos internos?
La máxima de la política mexicana indica que a tus peores enemigos son a los que debes mantener más cerca, por lo que, la primera opción, es dar un pedacito de poder a todos los que no ganen en los procesos internos del Movimiento de Regeneración Nacional. Y ahí surge la nueva interrogante: ¿Está el Gobierno del Estado de México en condiciones de absorber a todos los que no logren una candidatura de Morena?
Es cierto que técnicamente en el Gobierno del Estado de México todavía hay muchos lugares para miembros relevantes de la 4T que no obtengan una candidatura para la elección del 2027. Se calcula que la administración estatal está integrada todavía –luego de dos años de gobierno de Delfina Gómez Álvarez— de más de 10 mil heredados del gobierno que encabezó el priista Alfredo del Mazo Maza.
Así como lo escucha. En distintos cargos del Gobierno del Estado de México, desde jefes de departamento hasta subsecretarías, están ocupadas por personas que fueron afines al Partido Revolucionario Institucional, y más precisamente a Alfredo del Mazo Maza. Si no lo creen, sólo falta darse una vueltecita por el sector Educación de esta entidad, donde desde subsecretarios hasta maestros de base no ocultan su militancia priista y están al servicio de Morena, pero pensando todavía en tiempos en los que daban su alma y corazón por el Revolucionario Institucional.
Es cierto que, más que por necesidad que por afinidad, ahora hablan en público y en privado de su lealtad a Morena y a la maestra Delfina Gómez, como hasta hace unas semanas juraban amor eterno por la maestra Trinidad Franco Arpero, quien fue destituida como Oficial Mayor del Gobierno del Estado de México. Pues así, siguen jurando por Morena, aunque sus sentimientos siguen siendo priista.
Y de esos leales está llena aún la nómina del Gobierno del Estado de México. En realidad, Morena no ha tenido tiempo de crear, capacitar e impulsar una política propia, en realidad sigue utilizando la que algún día fue leal al PRI, aunque vestidos con chaleco guinda. Así es que, por ese lado, en realidad sí existen cientos de plazas de las que el Movimiento de Regeneración Nacional podría echar mano en el Estado de México para utilizarlas como premios de consolación para todos los que fracasen en sus proyectos electorales y con ello evitar que Morena tenga el grave problema de ¿qué hacer con tanto resentido?
Así el reto para el partido mayoritario. El resto de los institutos políticos con registro nacional y electoral solo tendrán que resolver un problema: ganarle a Morena.
Nuevo enfrentamiento con taladores al amparo del alcalde de Xalatlaco
El municipio de Xalatlaco fue nuevamente escenario de un enfrentamiento entre fuerzas federales y estatales y personas dedicadas al corte y comercialización ilegal de madera; es decir, taladores clandestinos que dominan los bosques de esa región al amparo de la protección que les brinda el presidente municipal, Abel Flores Guzmán, y que se ha expuesto desde hace varios años, pero no hay autoridad capaz de sancionarlo por su evidente implicación en actividades ilícitas y obvia relación con grupos de la delincuencia organizada.
La delincuencia organizada se refiere a grupos estructurados que cometen delitos graves de manera concertada, buscando obtener beneficios económicos o de poder. Si usted analiza, los taladores son parte de la delincuencia organizada, pues su operación requiere de varias personas que se ponen de acuerdo y organizan para delinquir, en este caso, apropiándose de la riqueza forestal del Estado de México.
El presidente municipal de Xalatlaco, Abel Flores Guzmán, quien fue reelecto hace poco más de un año, en gran medida por el apoyo económico y logístico que recibió para su campaña proselitista precisamente de estos grupos de delincuencia organizada, ha favorecido la operación de operaciones.
Simplemente hay que estar en Xalatlaco cualquier día de la semana para observar cómo, después de las 9 de la noche, transitan sin que nadie los moleste camiones y camiones cargados de madera en trozo que va directamente a empresas que operan ahí mismo, pero más debajo de la zona semiurbana del municipio, donde se procesa todo el producto forestal para luego venderlo en madererías también protegidas por criminales que operan en distintos puntos de la zona metropolitana del Valle de México.
La tala forestal en Xalatlaco es una actividad perfectamente conocida desde hace algunos años en ese municipio, el cual actualmente gobierna el Movimiento de Regeneración Nacional, la cual se hace evidentemente al amparo de la autoridad municipal.
Quienes viven en Xalatlaco saben perfectamente quiénes son los jefes de esos grupos de delincuencia organizada, todo el mundo habla de las constantes reuniones que el presidente municipal, Abel Flores Guzmán, sostiene con ellos, donde se reúnen, y hasta qué beben en sus tertulias, pero nadie hace nada pues –dicen— él está muy bien protegido por los de arriba.
La autoridad federal sí está enterada de lo que ahí pasa, pero cuando intenta intervenir, extrañamente los taladores ya no están, pues son avisados con anticipación por la autoridad local municipal, y, cuando no alcanzan a hacerlo, surgen este tipo de enfrentamientos como el ocurrido este jueves en Xalatlaco, donde, por lo menos, siete personas resultaron lesionadas por proyectil de armas de fuego.
Si la autoridad federal de verdad quisiera poner un alto a la delincuencia organizada que impera en Xalatlaco, primero tendría que meter a la cárcel al presidente municipal, Abel Flores Guzmán, porque mientras él sea el responsable de proteger a los taladores, no habrá operativo que prospere y la destrucción forestal nunca será frenada.