RUMBO AL TEPEYAC, LOS PEREGRINOS CANTANDO Y LOS CONDUCTORES “TRINANDO” DE CORAJE

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Guiados no solamente por la Virgen de Guadalupe sino también por el Arzobispo de Toluca, Raúl Gómez González, alrededor de 30 mil peregrinos partieron de la capital mexiquense para el cerro del Tepeyac, en la que es la edición número 87 de la peregrinación.

El gran problema fue el caos vial que desataron y que en esta ocasión resultó espectacular, no solamente en avenida Morelos y calles transversales, sino en  Tollocan, en donde algún jefe policiaco o de vialidad, tuvo la gran “Ideota” de impedir el acceso de vehículos de Tollocan y los procedentes de Metepec, con dirección al carril de alta velocidad en Tollocan, cuyó tapón duró más de cuatro horas… Todo sea en nombre de la madre de Dios.

Acompañados por la bendición recibida de parte del Arzobispo en punto de las 7:00 horas en la Catedral de San José, los miles de peregrinos provenientes de diversos municipios y localidades de Toluca, iniciaron su camino con “esperanza, fuerza y agradecimiento” hacia la virgen “madre de México”.

Como lo fue para Cristina González, quien desde San Cristóbal Huichochitlán, se unió al camino para agradecerle a la virgen “todas las atenciones que me ha dado y las manifestaciones de amor que he recibido durante mi vida”. Para ella como para Ramón, su hijo de 35 años, “la Virgen de Guadalupe debe ser venerada porque nunca nos deja, siempre que le pedimos que esté con nosotros y que nos ayude, ella nos responde de cualquier forma”.

Aunque para muchos signifique una demostración de amor y gratitud hacia la virgen morena, para otros significa formar parte de un momento de importancia cultural, como lo fue para Enrique, que es del municipio de Atlacomulco y quién viajó solamente para “formar parte de la peregrinación, es la tercera ocasión que participó y me parece muy interesante estar cerca de todas las expresiones de amor y devoción que tienen muchos para la virgen”.

Con música, trompetas, tambores y cantos, los guadalupanos mostraron entusiasmo en todo momento, sin importar si el frío, el calor, la sed, el hambre y el cansancio, pudieran aparecer en el trayecto.

“Somos fieles a nuestras tradiciones, no queremos nunca dejar de agradecerle a nuestra madre todo su amor hacia nosotros y mientras ella y Dios nos presten vida, aquí seguiremos”, recalcó Guillermina proveniente de San José Pathé en Temoaya.